stás en: LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS

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1. Estímulo sensorial externo (objetivo).

Uno de los sueños de Maury ha llegado a hacerse célebre. Hallándose enfermo en cama soñó con la época del terror durante la Revolución francesa, asistió a escenas terribles y se vio conducido ante el tribunal revolucionario, del que formaban parte Robespierre, Marat, Fourquier-Tinville y demás tristes héroes de aquel sangriento período. Después de un largo interrogatorio y de una serie de incidentes que no se fijaron en su memoria, fue condenado a muerte y conducido al cadalso en medio de una inmensa multitud. Sube al tablado, el verdugo le ata a la plancha de la guillotina, báscula ésta, cae la cuchilla y Maury siente cómo su cabeza queda separada del tronco. En este momento despierta presa de horrible angustia y encuentra que una de las varillas de las cortinas de la cama ha caído sobre su garganta análogamente a la cuchilla ejecutora.

El relato es ciertamente estremecedor por su verismo, pero a mí me conduce a esta reflexión. La caída de la varilla es un hecho objetivo que aparentemente acontece después del sueño terrorífico y en perfecta sincronización con su desenlace, cosa que parece inverosímil. Por tanto habrá que buscar otra explicación a la secuencia de los hechos.


Para empezar, no sabemos cuánto dura un sueño; podemos hablar, incluso, de milisegundos. Tampoco sabemos cómo, donde y en qué condiciones guarda nuestro cerebro sus recuerdos. Tal es así que actualmente la Unión Europea está empeñada en el ambicioso proyecto del Human Brain Project (iniciado en 2013) que trata de simular el cerebro humano con supercomputadores para saber mejor cómo funciona.

Por otra parte en los tiempos de Freud no se sabían cosas que hoy están al alcance de cualquiera: La agilidad de Google en su increíblemente veloz búsqueda de cualquier cosa, la ingente cantidad de datos que guardan los servidores, etc. etc.


Ahora que queremos reproducir nuestro cerebro, ¿no estaremos en condiciones de pensar que ese mismo cerebro pueda ser una especie de réplica de la Internet que hoy conocemos? Si ese fuera el caso, la ejecución de Maury podría explicarse así:


“Lo primero que se produce es el estímulo sensorial externo de la varilla cayendo sobre el cuello del sujeto. Tal hecho desencadena la petición a su servidor cerebral de la recuperación del contenido manifiesto del sueño descrito que, seguro, tiene guardado y bien empaquetado (lo debe tener porque en su momento constituyó algo que impresionó fuertemente a Maury; en caso contrario no se habría producido el sueño que se registra).

     La recuperación y disfrute del sueño dura algún milisegundo; a continuación se produce el despertar del sujeto. Este despertar es un hecho fisiológico que dura algún segundo por muy repentino que sea.

     En este juego de segundos y milisegundos se puede alojar la percepción del decapitado de que todo ocurrió como él mismo lo describe. No hay que olvidar que El cerebro nos engaña según la obra del Profesor Rubia.”


Y añadiré que ese engaño recuerda mucho al truco de la excelente película El golpe (1973, de música de piano memorable) en la que se juega con el desfase de información que en las apuestas producen los timadores entre la noticia que reciben de la Western Union y la que ellos transmiten al público.


Fíjense en lo que dice Freud a continuación de la descripción del sueño. Me resultaría interesante poder comparar mi explicación con esa discusión que menciona:

“Este sueño provocó una interesante discusión que en la Revue Philosophique sostuvieron Le Lorrain y Egger sobre cómo y en qué forma era posible al durmiente acumular en el corto espacio de tiempo transcurrido entre la percepción del estímulo despertador y el despertar una cantidad aparentemente tan considerable de contenido onírico”.

Leyendo más adelante me encuentro con la solución de Freud a este sueño, que se parece mucho a lo que a mí se me ha ocurrido. Para él existe en el soñante una fantasía previa (como un sueño diurno) completamente elaborada ya, que se lleva al sueño inmediatamente después de la caída de la varilla y sin ninguna demora elaborativa.


Freud presenta tres sueños más, semejantes al de la guillotina, pero con el timbre de un despertador como estímulo sensorial externo. Los tres tienen un contenido manifiesto completamente distinto pero guardan algo en común: partiendo de imágenes silenciosas se va produciendo un crescendo de ruidos de naturaleza  variada que convergen al final en lo que hace claramente un despertador cuando suena; entonces se despierta sobresaltado el sujeto.


Acabo de evocar la cuestión de la duración de los sueños. Fíjense en el ejemplo que, al respecto, pone Freud más adelante:

“Sentado en un sillón dispuesto entre bastidores, se preparaba el autor a asistir a la primera representación de una de sus obras, cuando, vencido por la fatiga, se quedó dormido en el momento de alzarse el telón. Durante su reposo [es decir, soñando] asistió a la representación de los cinco actos de que su obra constaba y observó la impresión que cada una de las escenas producía en el público. Terminado el último acto, oyó encantado cómo reclamaba el público el nombre del autor y lo recibía con grandes muestras de entusiasmo. Cuál no sería su sorpresa al despertar en este momento y ver que la representación no había pasado aún de los primeros versos de la primera escena. No había, pues, dormido arriba de dos minutos.”


2. Estímulo sensorial interno (subjetivo).

Las imágenes visuales constituyen el principal elemento de nuestros sueños. La aportación de los restantes dominios sensoriales, incluso el auditivo, es menor y más inconstante. Estos estímulos subjetivos los tenemos todos disponibles dentro de nosotros y los podemos manipular jugando con la intensidad de luz o de oscuridad que les hagamos llegar al cerrar los ojos, deformándolos, dándoles movimiento, haciéndolos  aparecer en cantidades crecientes o decrecientes, convirtiéndolos en destellos difusos, etc.

Todas estas habilidades oníricas me recuerdan las posibilidades que pueden extraerse hoy de:

-Las imágenes prediseñadas que ofrece Word.

-Las manchas de tinta del test de  Rorschach.

-Los dibujos de Goya en El sueño de la razón produce monstruos.

-El dibujo de Mingote cuando le hicieron Académico del sillón r: El sueño del diccionario produce alucinaciones (se autodibuja soñando palabras que empiezan por la r minúscula).

-Las deformaciones de imágenes que pueden conseguirse con Photoshop.


3. Estímulo somático interno (orgánico).

Nuestros órganos internos, que en estado de salud apenas nos dan noticia de su existencia, llegan a constituir para nosotros, durante los estados de excitación o en las enfermedades, una fuente de sensaciones, dolorosas en su mayoría, equivalentes a los estímulos de las excitaciones agudas y sensitivas procedentes del exterior.

Pero pueden darse sensaciones que no nos trascienden y que sin embargo los sueños pueden poner de manifiesto. Es el caso tratado por Artigues de una mujer de cuarenta y tres años que durante un largo período de tiempo, en el que aparentemente gozaba de buena salud, sufría de horribles pesadillas, y sometida a examen médico, reveló padecer una enfermedad del corazón, a la que poco después sucumbió.

Radestock, Spitta, M. Simon, Tissié, Börner y Weygandt tratan en abundancia sueños orgánicos.

Yo voy a aportar el mío:

SUEÑO Nº 3

Este sueño no es uno concreto sino más bien la expresión de esos sueños generalizados y de carácter recurrente que suelen darse con frecuencia. Me servirá de base para explicar el que luego expondré como SUEÑO Nº 4.

Hace 20 años padecía una hiperplasia benigna (benigna, pero muy hiper) que después me he tratado favorablemente. La próstata había aumentado mucho de tamaño con los típicos inconvenientes: dificultades de micción, incontinencia, etc. Durante el reposo, ya fuera nocturno o de siesta, me acometían frecuentes sueños urinarios: deambulaba por una ciudad en busca morosa, infructuosa y a la vez agobiante de algún servicio para evacuar, sin conseguir dar con ninguno. La angustia me despertaba y era entonces cuando emprendía veloz carrera al cuarto de baño.

Krauss designa el proceso de paso de las sensaciones orgánicas a imágenes oníricas con el nombre especial de transustanciación.

4. Fuentes de estímulo puramente psíquicas.

En esta materia hay opiniones para todos los gustos:

Tissié reduce las fuentes oníricas a los tres tipos de estímulos vistos antes, y añade: Les réves d'origine absolument psychique n'existent pas.

Wundt, advierte que en la mayoría de los sueños actúan conjuntamente estímulos somáticos y estímulos psíquicos desconocidos o conocidos como intereses diurnos.

Freud adelanta que el enigma de la formación de los sueños puede ser resuelto por el descubrimiento de una insospechada fuente psíquica de estímulos.

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