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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Esta noche me dirás la verdad. Saqué de mi gaveta unas monedas; tenían el busto de los monarcas de España: cualquiera diría que son retratos; sin embargo, eran artículos de periódicos …

Come y bebe de mis artículos, añadí con desprecio; sólo en esa forma, sólo por medio de esa estratagema se pueden meter los artículos en el cuerpo de ciertas gentes.

Hermosa y eficaz metáfora. Alegoría, más bien. ¿Y qué son la una y la otra sino pura estratagema?

… al pueblo le han dicho: “Hoy es un aniversario” y el pueblo ha respondido: “Pues si es un aniversario, comamos, y comamos doble” …Miserable humanidad, destinada siempre a quedarse más acá o ir más allá … el vientre es el encargado de cumplir con las grandes solemnidades. El hombre tiene que recurrir a la materia para pagar las deudas del espíritu.

Ahí empieza la filosofía de salón de Larra. Pero cuando sale (Tercié la capa, calé el sombrero y en la calle) se tropieza con una realidad que le hace meditar su tristeza en medio del alboroto y la abundancia (es preciso pasar por el dolor para ir desde la cuna al sepulcro, nos dice). Y transcribe una visión negra de los escaparates colmados de comestibles acumulados (risa y algazara, compra y venta, sobras por todas partes y alegría). Y detrás de todo ello, asomada, la guerra civil. Como el gigante de Goya señoreando el paisaje.

No pudo menos de ocurrirme la idea de Bilbao: figuróseme ver de pronto que se alzaba por entre las montañas de víveres una frente altísima y extenuada; una mano seca y roída llevaba a una boca cárdena, y negra de morder cartuchos, un manojo de laurel sangriento. Y aquella boca no hablaba. Pero el rostro entero se dirigía a los bulliciosos liberales de Madrid, que traficaban. Era horrible el contraste de la fisonomía escuálida y de los rostros alegres. Era la reconvención y la culpa, aquella agria y severa, ésta indiferente y descarada.

Solana no hubiera pintado mejor una escena surrealista como la que Larra se saca de su chistera. Ahí queda, de todas formas, como guión cinematográfico disponible o como argumento de pintor pacifista. Y continúa:

Todos aquellos víveres han sido aquí traídos desde distintas provincias para la colación cristiana de una capital. En una cena de ayuno se come una ciudad a las demás.

Larra no da puntada sin hilo. Todo le aprovecha para reflexionar en voz alta por si alguien quisiera acompañarle en sus meditaciones. En la capital no hay víveres, hay que traerlos de fuera, de donde se producen. Esa colación cristiana simboliza la mezcolanza cómplice de la espiritualidad religiosa y del materialismo aquí representado por la gula. Justo lo contrario de lo que los cristiano-romanos pretendieron con la abolición de las saturnales. Y menos mal que la cena del día 24 era de ayuno. Era el fin del ayuno que había durado 40 días. El día 25 sería ya el no va más. Excelente alegoría esa de una ciudad comiéndose a las otras. La sangrante desigualdad de la opulencia y los desastres de la guerra. Hoy podríamos hablar de nuestra opulenta sociedad que se mete los dedos en la boca para poder seguir comiendo, mientras de detrás del escaparate nos mira el rostro macilento de otro mundo que se ahoga en la miseria.

Siguen algunas pinceladas de ocasión que nos sitúan ante un hombre que sabe trascender toda situación; y además, con gracia:

Una representación (teatral) en que los hombres son mujeres y las mujeres hombres. He aquí nuestra época y nuestras costumbres. (Y otra) Un novio que no ve el logro de su esperanza; ese novio es el pueblo español: no se casa con un solo Gobierno con quien no tenga que reñir al día siguiente.

Vaga solitario a merced de sus pensamientos por entre lo nocturno de la Nochebuena viendo las puertas que se cierran y las cocinas que se abren.

Las campanas que ha dejado la junta de enajenación en el aire, y que en estar en el aire se parecen a todas nuestras cosas, citan a los cristianos al oficio divino.

La llamada a la misa del gallo desde algún campanario aún no intervenido. La tal junta era el organismo desamortizador ocupado en trasladar iglesias y conventos a la propiedad del estado. Éste alquilaba los bienes, los vendía, los convertía en graneros, en espacios de utilidad militar, o en lugares de acogida a gentes sin recursos. Ya me referí más arriba a cómo terminó la desamortización. En el aire estaban las campanas y su aire vibrante se metía por los oídos de la gente desamparadamente insegura, tan en el aire como las campanas de donde procedía. Va al encuentro de su criado que le espera

Como espera la cuba al catador, llena de vino; mis artículos hechos moneda, mi moneda hecha mosto se ha apoderado

de su criado que ha dejado de ser hombre para convertirse en la verdad. Intencionadamente paso por alto la descripción ominosa que Larra hace de su criado. Es una reiteración perversa de la observación que nuestro autor hace al comentar el título del artículo: en él habría puesto delante de sí a su criado, si valiera más que él; pero de haberse dado ese caso, el criado sería Larra, cosa que no ocurre.

No sé si interpretar esa crueldad de Larra como el recurso común que se suele emplear para descargar sobre algún indefenso próximo nuestras iras, complejos o frustraciones a fin de liberarnos de toda esa escoria que tanto nos pesa. Nuestro escritor reacciona y viene a decirnos que esa crueldad que ha empleado no es más que el medio para ilustrar su pedagogía. O más aún; con un rasgo de valiente humildad, hunde intencionadamente en lo profundo de la miseria a su criado a fin de resaltar más las reconvenciones que de tan abajo le han de llegar:

Pero la Providencia, que se vale para humillar a los soberbios de los instrumentos más humildes, me reservaba en él mi mal rato del día 24. La verdad me esperaba en él y era preciso oírla de sus labios impuros.

… quedamos dentro casi a oscuras yo y mi criado, es decir, la verdad y Fígaro, aquélla en figura de hombre beodo.

Y la verdad empezó a hablar:

Escucha: Tu vienes triste como de costumbre; yo estoy más alegre que suelo … ¿Por qué esa distracción constante y esas palabras vagas e interrumpidas de que sorprendo todos los días fragmentos errantes sobre tus labios? ¿Por qué te vuelves y te revuelves en tu mullido lecho como un criminal, acostado con su remordimiento, en tanto que yo ronco sobre mi tosca tarima?

Y la verdad sigue recitando las verdades del barquero. La justicia sólo busca a criminales de menor cuantía, no a los que arrebatan el sosiego de una familia seduciendo a la mujer casada o a la hija honesta … a los que matan una existencia con una palabra dicha al oído, a estos ni los llama la sociedad criminales, ni la justicia los prende porque la víctima no arroja sangre, sino agoniza lentamente consumida por el veneno de la pasión que su verdugo le ha propinado.

Larra tiene el valor de acusarse a sí mismo de asesino de esa laya por boca del criado, aunque la acusación es presentada a manera de representación teatral.

-Silencio, hombre borracho!

-No, has de oir al vino una vez que habla!

Y el criado-Larra sigue inmisericorde con la confesión general de todo lo que el escritor almacena en su interior: Es el desahogo de su desasosiego. Indiferente al honor de una familia, embustero frente a la mujer, resentido de una mujer pérfida, buscador insaciable de felicidad a costa de destrozar otros corazones, víctima de su amor propio de escritor herido por la indiferencia, la envidia o el rencor de los demás.

Lo que sus lectores hemos podido apreciar en él en cuanto a la gracia de su prosa, él mismo lo remacha con una afirmación terrible: Si tuviera un amigo, cosa de la que duda, no vacilaría en reírse de él sin el menor empacho con tal de mantener su tipo de gracioso.

Aparenta estar sobre los demás cuando en realidad es como todos: partidista, buscador incansable de victorias a costa de cualquier humillación. Servidor servil del mundo que le paga. Ha de ser el gran vengador de sus verdugos en cuanto se haga con el látigo de la venganza, por más que pretenda pasar por despreocupado liberal. Es tan inconsistente en sus principios y tan mudable de opinión como los otros a quienes critica.

Buscador insaciable de gloria, destroza con la pluma a sus lectores y luego busca ansiosamente el incienso de su alabanza. Comerciante de la adulación, adula para ser adulado, siempre con la duda de si cosechará laureles o más bien la celda de un calabozo.

¡Basta, basta!, Grita Fígaro

Pero el borracho continúa. Rico caprichoso en riesgo permanente de dependencia de un usurero que te cobrará muy caro el veneno de los banquetes de la vanidad. Buscador incansable de la verdad que no encuentras en los libros que hojeas nervioso día y noche. Personaje a la moda, bailas enloquecido pero sin alegría; eres como una llama movediza que simplemente quema.

Si necesitas de una mujer, echas tu corazón a los pies de la primera que pasa, sin conocerla y sin pensarlo dos veces. Luego pasa lo que pasa: un corazón destrozado a merced del juego de los demás a quienes increpas, cuando el reproche merecido de imprudente y necio es el que te corresponde.

Inventas palabras de alta calidad y cuando descubres que son sólo palabras, blasfemas y maldices. Desgraciado, hombre de mundo pretendidamente elegante pero ambicioso y ni siquiera enamorado ni literato. No te mandas a ti mismo y estás ebrio de deseos y de impotencia.

El criado calló y cayó derrumbado por el esfuerzo.

Entonces habló Larra: Ahora te conozco, dia 24!

Con horror y desesperación durmió la Nochebuena dudando si llegaría el día 25. Ese mañana incierto. Una premonición: un estampido y otro mañana no llegaría nunca ya. No hay vuelva V. mañana que valga.


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