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Para que de la pluma de A. Machado saliera un extraordinario romance tuvieron que coincidir estas tres circunstancias: La referida excursión que permitió el asentamiento de la acción. El hecho de que alguien del pueblo le contara el drama rural que se había vivido por allí. Su predisposición a romancear. Nos dice en el prólogo a Campos de Castilla (1917):


"... pensé que la misión del poeta era inventar nuevos poemas de lo eterno humano, historias animadas que, siendo suyas, viviesen, no obstante, por sí mismas. Me pareció el romance la suprema expresión de la poesía y quise escribir un nuevo romancero. A este propósito responde La tierra de Alvar  González."


El argumento es bien dramático: Una familia rural con un buen pasar. Tres hijos: los dos mayores se casan y cuidan la hacienda. El pequeño, destinado a clérigo, cuelga la sotana y emigra a América. Los mayores, por codicia, y para adelantar la herencia, matan al padre y lo arrojan a la Laguna Negra. Ya dueños de la heredad se sienten impotentes ante el destino: Les vienen malas cosechas, se empobrecen, no logran hijos. En éstas, regresa el hermano menor enriquecido; con propósito de levantar la hacienda se casa e inicia una vida venturosa. Los hermanos mayores, llenos de rencor y envidia, huyen de su destino acompañados de fantasmas que los conducen al mismo lugar de la Laguna Negra donde otro día sepultaran a su padre, pereciendo dentro de ella.


En Diciembre de 1910, con Leonor, marcha A. Machado a París para seguir un curso de ampliación de estudios que dictaba Bergson en la Sorbona; al efecto había recibido una pensión. Era su tercer viaje a la capital francesa. Y qué creéis que fue lo primero que hizo nuestro hombre, el que sería poeta universal y académico en el sillón del Nóbel Echegaray? Pues escribir una sentida y sencilla carta a la abuela de su esposa, en Soria. Que por cierto moriría pocos días después: Un detalle de su dimensión de hombre bueno.


Otra cosa que debió hacer, sin duda, es escribir o terminar el cuento-leyenda, en prosa que había concebido: La tierra de Alvar González. Y a continuación, darle forma de romance.


Antes de salir para París, A. Machado se pone en contacto con Ediciones Renacimiento que dirigía Gregorio Martínez Sierra entregando el original de Campos de Castilla por el que recibe un anticipo de 300 pesetas, ya que, por faltar texto (precisamente el ya citado romance) no podían empezar a componer. Más tarde y ya de vuelta en Soria, el 8 de febrero de 1912 escribe A. Machado a Juan Ramón Jiménez: "En breve publicaré un librito titulado Campos de Castilla en el cual va un poemilla que dedico a usted: La tierra de Alvar González".


La vida en París del matrimonio Machado transcurría con normalidad: nuestro poeta asiste a sus clases, Leonor acude a esperarlo a la salida, se establece una buena relación con el matrimonio Darío (su mujer Paca era española y apoyó siempre a Leonor). Ésta, la niña de pueblo castellano, se adaptó enseguida a su nueva situación. D. Antonio escribía y Leonor salía de compras. Pensaron pasar aquel verano en Bretaña, pero la desgracia acechaba.


En los primeros días de julio Leonor, a la salida de los almacenes "La Samaritana" y yendo con el tiempo justo a buscar a su marido, nota que le han robado el bolso (nada nuevo bajo el sol). Vuelve corriendo a buscarlo en los almacenes, sin éxito; llueve, corre, se acalora y se enfría. Enferma. El 14 de julio sufre una hemoptisis. Permanece 55 días ingresada en la Casa Municipal de Salud parisina. Finalmente los médicos, por razón del clima, recomiendan el regreso a Soria.


A. Machado escribe entonces a Rubén Darío:

     "Así pues, yo he renunciado a mi pensión y me han concedido permiso para regresar a mi cátedra; pero los gastos de viaje no me los abonarán hasta el próximo mes en España. He aquí mi conflicto. ¿Podría V. adelantarme 250 ó 300 francos que yo le pagaría a V. a mi llegada a Soria?

Tengo algunos trabajos para la revista (Rubén Darío dirigía entonces Mundial Magazine) que le remitiré si V. quiere. Le ruego que me conteste lo antes posible, y que perdone tanta molestia, a su mejor amigo, A. M."


Rubén Darío reacciona rápidamente y el 16 de setiembre el matrimonio Machado está ya en Soria. Allí encuentran a Leonor más guapa y más mujer, pero no mejora. Su marido está obsesionado con ella. Los médicos ofrecen un diagnóstico muy grave y recomiendan, como así se hace al terminar el invierno, tomar una vivienda en la soleada subida al Mirón donde el aire puro lo llenaba todo. Por allí se suele ver a nuestro poeta empujando en silla de ruedas a su amadísima carga. Sin apartarse de su lado, sin queja y con enorme paciencia está el poeta siempre presto a entretener a su esposa, a leerle libros, en fin, a darle todo lo que está en su mano.


Mundial Magazine publica el primer día del año 1912 La tierra de Alvar González con ilustraciones nada menos que de Vázquez Díaz. Rubén Darío, una vez más, cumplió como un caballero. Leonor se alegra con el recuerdo de Rubén y Paca. El 4 de mayo escribe A. Machado el emotivo poema A un olmo seco que por su hondura y posibilidades interpretativas da en custodia a su amigo Palacio: Leonor ya estaba desahuciada y no quería que lo conociera.


                Al olmo viejo, hendido por el rayo

                y en su mitad podrido,

                con las lluvias de abril y el sol de mayo,

                algunas hojas verdes le han salido.


¿Será el propio poeta ese olmo viejo en el que ve, como en un espejismo, un rebrote de la vida? Sigue el poema con una larga descripción del árbol y sus circunstancias, que no cansa en ningún momento, para terminar:


                ... olmo, quiero anotar en mi cartera

                la gracia de tu rama verdecida.

                Mi corazón espera

                también, hacia la luz y hacia la vida,

                otro milagro de la primavera.




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