Estás en: Federatio

QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

INICIO


Pgs. 1    2    3    4

De todas maneras no se esperaba de Durán una salida tan tonta como la del papel moneda. ¿Ha observado la literatura que exhiben los billetes europeos en sus diferentes variantes? Habrá que plantearle estas tres preguntas:


¿Cómo se dice en catalán EURO? ¿Cual es en catalán el acrónimo de Banco Central Europeo? ¿ Cómo se dice en catalán Mario Draghi?


Que, ¿Por qué no puede haber traducción simultánea en el Senado? Porque es la Cámara diseñada para que en ella se entiendan, poniendo en común sus asuntos, los representantes de las distintas C.A. Lo que todos esos representantes tienen en común es la lengua española.


Pero, quede tranquilo el señor Durán, que para eso están los socialistas del progreso que desde Granada nos han dicho:


Necesitamos reformar la Constitución para sustituir el Senado por una auténtica Cámara de representación territorial, sin la que no puede funcionar un Estado de corte federal.


En lo que dicen está implícito que ese Senado tendrá traducción simultánea que es imprescindible para que se entiendan los turcos con sus medusas, los maoríes con su Antártida y los de las Islas Seychelles con sus peces de colores.


Creo que los socialistas asturianos ya están buscando un buen traductor simultáneo para que enseñe a los catalanes cómo se dice butifarra en bable.


Para ir terminando. Juristas de prestigio opinan que hay que hacer la complicada actualización de la Constitución pero que, para ello hay que plantearse antes la revisión de los Estatutos de Autonomía. Parece que estos son el coladero para introducir por la puerta trasera las transferencias inconstitucionales o las nuevas creaciones superfluo-clienterales que conviene cada vez. La obra cumbre de estos desafueros es, sin duda, el Estatuto 2006 de Cataluña.


Los españoles tendremos que curarnos del síndrome de santa Rita: Santa Rita, Rita, Rita; lo que se da no se quita.

Transferencia calentita,

blindadita.


¡A ver si se van a creer esos fachas que me van a desconectar de esta mamandurria que tanto trabajo me ha costado conseguir! ¡De reducir derechos, nada! ¡Ni un sólo paso atrás!


Y, por fin, un apunte sistémico. Hasta ahora hemos venido hablando de la Declaración socialista de Granada (6-7-2013) sin advertir que es una segunda edición de la que publicaron en Santillana del Mar (30-8-2003).


El progreso de nuestros socialistas es imparable. En 10 años han progresado desde el Paleolítico superior (las Cuevas de Altamira junto a Santillana del Mar) hasta la Granada de los reyes Católicos. Y lo más asombroso de todo es que en Santillana no aparece nunca la raíz federal asociada a España, y en Granada aparece seis veces.


Los socialistas del cambio han pasado de la España unida a la España federal. ¿Qué les ha pasado en tan poco tiempo? ¿Creen de verdad que lo federal va a engolosinar a los independentistas? o ¿Pretenden fascinar a todos los españoles con un cambio, que saben inconstitucional, pero que asociando las palabras carácter y federal en habilidosa muestra de cómo se puede manipular el lenguaje sin que la gente se entere, puede dar sus frutos electorales?


Copio de la DECLARACIÓN SOCIALISTA de Granada (6-7-2013) añadiendo las notas que considero oportunas:


[Están] “Por una parte, los que siempre vieron con recelo el Estado autonómico, han encontrado la oportunidad de impulsar el retorno a la recentralización y cortar las alas al autogobierno de nuestras nacionalidades y regiones.


Por otra parte, el nacionalismo moderado de Cataluña ha abandonado el terreno de la moderación y se ha pasado al campo del secesionismo. Ya no busca la mejor forma de encajar a Cataluña como una realidad específica y diferenciada dentro de España: busca directamente que Cataluña rompa

con España.


Frente a todo ello, la posición de los socialistas es clara y firme: el triunfo de cualquiera de esos dos proyectos antagónicos, el que pretende recentralizar España y el que pretende desmembrarla, sería un desastre y desataría de nuevo todas las tensiones territoriales que durante demasiado tiempo hicieron imposible la convivencia en libertad de los pueblos de España, además de hacer aún más difícil la salida de la crisis.


Ni el retroceso ni la ruptura son la solución que España necesita. Pero tampoco lo es el inmovilismo, porque hay realidades que están ahí y no se pueden ignorar. (1)


La solución, una vez más, es la reforma en profundidad. El Estado de las Autonomías tiene que evolucionar, tiene que actualizarse y perfeccionarse. Y tiene que hacerlo en su sentido natural: avanzando hacia el federalismo, con todas sus consecuencias.


Este no es sólo el camino lógico y constructivo; es también el único punto de encuentro posible para restablecer el consenso territorial en España. Y por eso el Partido Socialista, en el ejercicio de su responsabilidad, lo va a proponer, lo va a defender y lo va a impulsar con todas sus fuerzas.” (2)


(1) Menos mal que el relator socialista no cuantifica, porque de hacerlo, le saldría el tiro por la culata, ya que hay alguien más en juego. Están los que piensan que hay que conservar las Autonomías después de someterlas a un buen lavado, de clarificar las competencias autonómicas y estatales, sin meterse en nuevos jardines federales y siempre dentro de la constitución. Me consta que muchos votantes de extrema derecha son de esta opinión. Y me atrevería a decir que, descontando a los antisistema e independentistas, la mayoría aprueba el sistema autonómico que tenemos, si bien, purificándolo.


Lo que no aprueba es que haya gurteles, ni eres, ni familias Pujoles; ni políticos que metan la mano en cajas de ahorro o bancos públicos que se puedan crear; ni sindicalistas que se permitan juergas a costa de los parados; ni estructuras de poder que, retorciendo el lenguaje, engañen a la gente.


Habrá que recentralizar lo que haga falta y cortar las alas de las tonterías que se lo merezcan. Los socialistas llaman a esto oponerse a la profunda revisión que el Estado de las Autonomías necesita hoy. Ellos sabrán por qué.


(2) Majister dixit. La resaltación no es del magister; es mía.