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Pgs. 1    2    3    4

Federatio non petita, stultitia manifesta


En 1967 compré en Madrid el piso que aún habito en 2020. Lo primero que hice después de comprarlo fue visitar a quien a la sazón era Presidente de la Comunidad de vecinos. Voy a ver si esta compra me da pie a explicar la diferencia entre lo que es una federación y lo que no lo es.


He de advertir que tuve suerte en la adquisición a pesar de no tener opciones: era el último piso que quedaba por vender. Del Presidente aprendí que la comunidad tenía unos estatutos que había dejado escritos y aprobados la inmobiliaria al hacer la entrega de la obra. Además, instituyó como portero al que había sido guarda de la construcción y que, por consiguiente, la conocía.


Luego fui enterándome de otras cosas, en especial, de la multiplicidad de intereses de los vecinos: A los del sexto les encantaba la visibilidad que procuraba la altura y el no tener vecinos arriba que molestaran; Los de la letra H tenía el cuarto de baño ventilado a la calle; los del segundo estaban aislados térmicamente en todo su entorno; muchos disfrutaban del sol, a la vez, directamente del sur e indirectamente del reflejado por el bloque que está al norte; el del bajo estaba contento con el perfume de las rosas del jardín, y porque no tenía necesidad de coger el ascensor …


A unos les convenía un piso de pequeña superficie, a la mayoría les venía bien el tamaño estándar y otros habían adquirido dos contiguos para unirlos, cumpliendo con los debidos permisos. Muchas de estas particularidades estaban contempladas implícita o explícitamente en los coeficientes de propiedad que responsabilizaban a cada propietario en la satisfacción de las cuotas de comunidad.


Además de estas particularidades, luego había otro tipo de sensibilidades. Uno era muy inclusivo y muy transversal: no es sólo que no pagara a la Comunidad, es que no pagaba a nadie. Otro tenía muchos perros en casa y era raro que alguno no se meara en el ascensor; pero como el dueño pagaba el recibo de la Comunidad que cubría la obligación del portero de mantener limpios los espacios comunes, pues a él, plin!


Luego podía ocurrir que varios vecinos del bloque y otros del bloque de al lado se unieran en la federación de amigos de la Antártida, otros en la de enemigos de las medusas mediterráneas y alguno más raro, junto con varios de otros distritos de la ciudad,  ya estaban federados de tiempo atrás en la de peces de colores del océano Índico.


Ya se ve lo que todo esto daba de sí. Por un lado una Comunidad de propietarios, cada uno de los cuales era, en realidad una comunidad autónoma: una consistía en una pareja de recién casados, otra la formaba una viuda mayor con su caniche; en otra había cuatro niños con su madre separada; también había una pareja de gais que se llevaban muy bien y otra de marido, mujer, dos niñas y un abuelo. Así, por este estilo, hasta un total de 17 Comunidades Autónomas. Había, además dos solteros, en sus respectivos pisos: A uno le llamaban los vecinos, el ceuta y, al otro, el caballa, porque era de Melilla.


Por otro lado estaban los federados, muy orgullosos de serlo. No todos los de las Comunidades Autónomas estaban federados pero ello no les creaba mayores problemas. En general se llevaban bien entre sí, lo cual no evitaba que los de los peces de colores y los de las miedosas se miraran con recelo. Estos últimos creían que sus bichos se llamaban así porque daban miedo, pero parece que las desavenencias culturales no generaban traumas relevantes.


Ya tenemos retratada a la España que reconocemos ahora, con sus 17 Comunidades Autónomas y sus dos Ciudades Autónomas. Y con sus estatutos (recuerden los de mi comunidad de vecinos). Éstos últimos no eran los de las C.A nacionales; eran los de su conjunto: Se trataba de la Constitución Española de 1978.


A título anecdótico diré que de las 17 + 2 C.A, sólo tres son interiores (La Rioja, Madrid y Castilla la Mancha). Son periféricas, doce, de manera que la provincia de Soria pertenece a una C.A periférica.


Aquí es obligado decir algo que suele pasar desapercibido: Esa Constitución, la que se escribió en 1978 y ahora podemos leer, después de aprobada y promulgada, no muestra a las C.A por sus nombres, los que hoy nos resultan familiares, por una razón muy sencilla: porque no existían. Y este es su gran mérito: El texto sirvió para orientar un cambio colosal que llegó a ser posible después de su aprobación.


Por citar un caso particular que avala lo que digo: La provincia de Segovia pretendió constituirse en C.A y no lo consiguió, simplemente porque la Constitución en rodaje no lo permitía.


Como se ve, la Constitución que tenemos, la del 78, no está actualizada y habrá que actualizarla. No es que entonces no hubiera Comunidades Autónomas con estatutos, es que tampoco existía la UE, ni el euro, ni la princesa Leonor.


FUNDIDO EN NEGRO, que vienen los socialistas.


Nos dicen éstos en su Declaración de Granada de 6-7-2013 lo que van a hacer:

“Vamos a defender un Estado de las Autonomías del siglo XXI, con una estructura territorial de carácter federal capaz de proporcionar todo lo que de él demandamos”


………………….



Comparación de dos pronunciamientos campanudamente solemnes.

1.- El de los socialistas, “… el carácter federal capaz de proporcionar todo lo que de él demandamos”.

2.- El de la Primera República española: “Vino para erigir definitivamente en España el templo del derecho, de la justicia, de la moralidad y de la honra, que es el de la ¡República democrática federal!


La puesta en práctica de este Punto 2:

Figueras, el primer presidente de dicha República democrática federal (duró en el cargo menos de 5 meses), llegó a gritar cuando presidía un consejo de ministros:

«Señores, ya no aguanto más. Voy a serles franco (y, naturalmente, no podía referirse a su Excelencia): ¡estoy hasta los cojones de todos nosotros!» (y huyó a Francia).

Con el segundo presidente de la República democrática federal, Pi y Margall , las provincias, capitales, pueblos importantes y no importantes pasaron rápidamente a convertirse en repúblicas independientes. Pi y Margall duró poco más de un mes y también huyó a Francia, como su colega anterior.