QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Otra curiosidad. Copio de la página 39:

… cuando bajábamos a Navarra (el guipuzcoano –nuestro autor es de San Sebastián- , interiorizada la disposición convencional del mapa, considera que baja a Navarra, aunque el punto de partida de su viaje esté al nivel del mar).

Justo eso mismo me ha pasado a mí siempre, y precisamente con Sajonia: que la Alta Sajonia esté en la parte baja del mapa alemán, y la Baja Sajonia en su parte alta, me confundían en el despropósito. Total por cambiar el orden de las letras a y ele en dos palabras bien diferenciadas: altitud y latitud.


Más sobre “La hora de difuntos”:

En Oteiza se exponía al difunto junto a la entrada de la casa y los críos corrían a verlo y a zamparse las pastas que se ofrecían.

En mi caso, la curiosidad se resolvía de manera parecida. Cuando subíamos a San Andrés, en Soria, para jugar al futbol, teníamos que pasar a lo  largo del hospital donde había, en lugar apartado, una pequeña dependencia con puerta mal encajada por cuya rendija nos asomábamos curiosos a ver el muerto que dentro, tendido sobre una estrecha mesa desnuda esperaba su entierro.

Los días laborables mi padre entraba en casa a las tres de la tarde, de vuelta de la fábrica con el periódico pinzado bajo la axila. Preguntaba a su mujer: <<¿Sabes quien se ha muerto? Mi madre le arrebataba el periódico y lo abría por las páginas de las esquelas. Éstas suelen ser copiosas, particularmente en invierno, temporada alta de tanatorios.


Algún día, nosotros también estaremos ahí y no podremos vernos.

El tema de las esquelas ayuda mucho a la literatura. Cela coleccionaba las más curiosas y mi amigo Mariano, también. El otra día me mandó el texto de una en que aparecía un difunto de apellido Mujeriego en la que su desconsolada esposa pedía una oración por su alma. Nuestro autor, abundando en el tema, nos cuenta:

Muchos, incluso quienes hubieran perecido en accidente, se morían después de recibir la bendición apostólica de su Santidad, lo que me llevaba a concebir la imagen veloz de un papa ajetreado y obicuo.

Como nuestro autor es vasco, yo añadiré una observación por mi cuenta. Dado que los apellidos vascos no se despintan, me salta a la vista que hay mucho euskaldún que se viene a Madrid a descansar eternamente en las esquelas del ABC.


Llevo varios artículos leyendo cosas relacionadas con la ETA que me han hecho dudar del título del libro que, como dije por mi cuenta y riesgo, debía suponer una utilidad por cada desgracia. En definitiva, no conseguía ver la utilidad de los asesinos de ETA ni de sus asesinatos. Pero he llegado al artículo que titula Diez días en la grieta que considero un dechado de muchas cosas y que voy a desgranar por los variados intereses que sugiere.


Se trata de diez días pasados por nuestro autor en Argentina en los que muestra que sabe moverse con soltura no solo en su querido País vasco y por el resto de España sino también por Hispanoamérica; y me malicio que siempre en compañía del DLE.

¿Qué es el peronismo? Lo pregunté sin segundas intenciones, …. Me contrapreguntaron que cuánto tiempo pensaba hollar el suelo patrio (el suyo, se entiende), y contesté que diez días. Entonces desistí nomás … Harían falta largos años, complejas investigaciones; las pesquisas no prosperarían aunque preguntase directamente a peronistas ya que ellos tampoco lo saben … Eso sí, a ninguno le cupo duda que el país está partido en dos: los peronistas y el resto. Lo llaman la grieta (social, histórica, política, futbolística, botánica, musical, astrológica … ). Lo atraviesa todo. Divide y malquista. País de dos valvas, Argentina …Boca [Juniors] o River [Plate].

Entonces desistí nomás. Esto, que suena por su propio acento, hay que analizarlo gramaticalmente:


Desistí.- 2ª persona singular del imperativo del verbo desistir (igual que desiste; como si al plural desistid se le quitara algo –la d final- para singularizar, pero conservando su agudeza).


Nomás.- Se usa en 11 países americanos en oraciones exhortativas generalmente pospuesto, para añadir énfasis a la expresión.


Esto del acento en la conversación me recuerda dos situaciones vividas. Estaba en una ocasión sentado a la mesa de un restaurante en Verona con dos colegas españoles. Naturalmente, rodeados del murmullo suave del acento italiano. Al cabo de un rato uno de nosotros descubre en una mesa vecina una conversación con idéntica acentuación que la italiana, solo que estaban hablando en español: eran unos argentinos.


Otra. Bajaba yo por la acera de la izquierda de la calle Felipe IV que hace frontera mediante un pretil con el Museo del Prado, cuando observo, más abajo, un grupo sentado en ese pretil, hablando en voz alta como si fueran, tal como se espera por el lugar, españoles de cualquier periferia. Cuando llegué a su altura pude ver que estaban junto a una combi con matrícula griega. Naturalmente, no hablaban en español.


                  Ingenuo, acaso pelma, pensé tenerlo más fácil preguntando a los argentinos qué es un argentino … penetré hasta el hueso. Ellos se

                  aferraron a apellidos y prosapia: mi abuela vasca, mi mamá alemana, mi bisabuelo italiano … polacos, gallegos, judíos,  

                  orientales…Argentina semeja una oficina de personas perdidas …


Resulta curioso observar que dos países tan semejantes en su melting pot (crisol de extranjeros mezclados) como los EE.UU y Argentina resulten tan diferentes: los del primero tienen por lema de su escudo el famoso E pluribus unum, y los del segundo merecerían tener, según aprecia nuestro autor, otro que rezara E pluribus nec unus. O mejor aún, E pluribus duos (por lo de país de dos valvas, según Aramburu).


NOTA.- En latín valen tanto e o ex como prefijo; y en español, también: ver erradicar o extraer.