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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Pgs. 1    2    3

Antes, en todos los lugares estaba el tonto del pueblo. Su equivalente ahora es el tonto de nación que se da en todas las nacionalidades.


Pifia traductoria de orden superior: Llamar al famosísimo puente metálico del firth del Forth, el cuarto puente (aún se puede oír tal en el doblaje de la película de Hitchcock 39 escalones).


Durante muchos años el barrio estuvo abastecido por la pequeña tienda de ultramarinos de Bienvenido. Se jubiló éste y le ha sucedido un chino en el mismo negocio. Bienvenido ha tenido buen cuidado de que se mantuviera una continuidad asonante. El barrio se lo ha agradecido sinceramente.


Para no molestar a los demás, la Dama de Elche se ponía los cascos cuando quería seguir alguna película en versión original, esto es, en ibero.


Por proteger demasiado a Antonio Pérez, el rey Enrique IV de Francia sufrió un accidente que afectó gravemente a sus cervicales. Le pusieron un collarín en forma de gorguera escarolada que lo dejó muy propio en la historia para los siglos venideros.


El cojo caminaba ayudándose de su bastón. La cojera consistía en que un calcetín era más alto que el otro.


Alianza de civilizaciones: La primera alianza ha de producirse entre los políticos y los biogenetas. El paso siguiente será conseguir que los humanos no seamos sólo o blancos o negros, sino que podamos tener la piel como la de las vacas holandesas.


Como todo el mundo conoce, el estadio de San Mamés es “La Catedral”. Pero cuando entre en vigor la Alianza de las Civilizaciones, quien sabe si el Santiago Bernabeu no cambiará su nombre por “La Mezquita ”. Entonces será de ver a los 120.000 espectadores buscando sus zapatos a la salida del partido.


Hay gordos que no engordan bastante con esos tanques de palomitas que engullen en los cines, y cuando van al Metro se ponen una gran mochila a la espalda, llena de no se sabe bien qué. Su proyecto de vida: ocupar el mayor volumen posible en el espacio.


He oído a uno que modulaba sus estornudos a la manera de los tonos de su móvil.


Los ácaros son alérgenos, pero los cátaros eran alérgicos a la Inquisición.


Al llegar a viejo decidió cambiar la bañera por una ducha a nivel. Toda precaución era escasa: asideros ergonómicos, luego espacio para la ayuda de otra persona, después, un asiento y al final, acceso para la silla de ruedas … Cuando empezaron las obras tenía la sensación de estar edificando su mausoleo en casa.


Cuando los políticos propugnan el entendimiento entre todos, deberían mostrarnos antes cómo andan ellos de esa potencia del alma, pues hay serias dudas al respecto.


Un líder para un pueblo de discapacitados. Gracias a él nos hemos dado cuenta de que no es que hayamos perdido fuerzas o aptitudes: Es que tenemos impedidas o entorpecidas algunas actividades (en las intelectuales pensó el líder, sin duda, y con toda razón).


Bienvenida sea la taumatúrgica mutación constitucional (discapacitados en vez de disminuidos): Los tetraplégicos se convertirán en hemiplégicos, los de Alzeimer avanzado disfrutarán de un Parkinson precoz, etc, etc.


Ah, Sr. Zapatero, un consejo!: Menos énfasis, menos sonrisas y más consultas al diccionario.


En los primeros años sesenta, cuando Barajas era tan familiar que las familias despedían a los viajeros casi al pie del avión, volé un día a Londres con mi jefe. Del alboroto familiar se destacaron de pronto los gritos  “¡papá, papá!”. Cuando instintivamente iba a volverme, mi jefe me retuvo con un tirón: “¡Quieto ahí, que nunca se sabe!


Socialismo: A cada uno lo suyo.

Comunismo: Lo suyo, a cada uno de los demás.


En los países civilizados abundan los cementerios donde reposan los héroes de las guerras que los unieron en su día. Es costumbre que cada año acudan a ellos sus seres queridos. Un día, un autobús lleno de seres queridos se despeñó y se mataron todos. Para evitar nuevas muertes decidieron trasladar el cementerio al país de origen.


Por este orden, se calzaba unos zapatos muy particulares: primero, naturalmente, el que  era de ante y luego el de despué.


La paloma picoteaba su pitanza en medio del camino. Vió venir un coche, se apartó lo justo para dejarlo pasar y siguió su picoteo. ¡Hay que ver el distinto que tienen algunos animales!


Después de aquella traumática intervención, el médico se puso muy serio y le dijo: Ahora tiene V. que andar. Y añadió: Pero tiene que andar bien, porque ya sabe que quien mal anda, mal acaba.


Los músicos del Metro: El más inocuo, el que se mete en el vagón con su piano de cola; el más peligroso, el violinista que ya se ve cómo lleva varios ojos ensartados en la punta del arco cuando se pasa de un vagón a otro.


Diálogo en  la consulta:

- A sus pies, señora, pongo los míos para que con sus blancas manos, que no ofenden, tenga miramiento de ellos, dijo el caballero mientras se inclinaba levemente desde sus lumbares.

- Sin cuidado quede, caballero, repuso la podóloga, que yo sabré manejarme con sus partes que tanto me honran y tan poco merezco.