Desde siempre, las técnicas de marketing han destacado por tener una cosa en común: su carácter de sutileza y persuasión. Cuando yo vivía en Córdoba en los años cincuenta solía pasar por delante de casa una vendedora ambulante de pescado que, a grito pelado, se anunciaba amenazadora: ¡Que me voy!


Aquel señor mayor se paseaba con las manos a la espalda cogiéndose una muñeca con la otra mano. Pretendía así subir su mirada al cielo, y que el peso de los brazos sueltos hacia delante, no le orientara los ojos al suelo que le espera: La controversia de siempre entre el suelo y el cielo, tan cara a la rima poética.


Era muy reacio a acudir al médico. Cuando se le presentaba algún achaque y le animaban a la consulta, solía decir: esto ya se pasará, y si no se pasa, a la Facultad de Medicina! (allí es donde tenía registrada la donación de su cuerpo).


Aquel ingeniero que había dedicado toda su carrera a la investigación, donó su cuerpo para que investigaran con él. Y el actor de prestigio donó su calavera para que con ella se representara dignamente Hamlet.


Muchos de los políticos que se ponen delante de las manifestaciones tienen de líder tanto como el  mascarón de proa del “Juan Sebastián Elcano”.


Por si no nos habíamos dado cuenta aún, la televisión de alta definición va a definir altamente, es decir, con todo detalle, las bobadas con que nos idiotizan los de la Tele.


No hay por qué preocuparse. Nuestros republicanos actuales son muy razonables y sensatos. Ya no quieren una República como la primera ni como la segunda. Quieren para España una República helvética.


El lenguaje jurídico es fascinante por su elegancia, sencillez, precisión y belleza, siempre que no se meta en paréntesis entre paréntesis de bucles en bucles que nos conduzcan a una total desesperación hermenéutica.


Para liberarnos del calor ambiental que producimos, entre otras cosas, con nuestros acondicionadores de aire, instalamos nuevos acondicionadores de aire: La espiral de la violencia medioambiental que no cesa! Porque el gasto de energía para refrescarnos, también caldea.


Mucho se habla del blindaje de los altos directivos y de los Estatutos de Autonomía, pero nadie piensa en el blindaje de los prestidijitadores. ¡Cómo se las arreglarán para que, con el agresivo periodismo de investigación que hoy tenemos, sigamos sin saber cómo desaparece un pañuelo de la mano de un mago!


Pasando por el escaparate de una tienda de efectos de gimnasio, uno no puede evitar acordarse del Santo Oficio.


Antes, la mujer quedaba para un cosido, un zurcido y la reparación de cremalleras. Ahora, con el advenimiento de la igualdad de sexos y de derechos, también. Solo que ya no es la mujer de uno, sino la de la tienda de arreglos.


Nada es verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira. Lo explica muy simpáticamente Peter en su simpático Principio: La verdad, la belleza, la competencia o incompetencia, y las lentes de contacto, están en el ojo del que aprecia.


Desde que el Papa se caló en Roma un tricornio, dejó de llamarse Benedicto XVI para convertirse en Benemérito XVI.


Cuando los comerciantes más antiguos aún rotulaban sus tiendas como Ultramarinos, la nueva generación ya ponía Comestibles. Pero hubo uno que no sabía inglés, aunque sí latín, que se anunciaba como Edibles y Potables. Vendía cecina, sardinas arenques radiales en grandes cajas cilíndricas de madera, congrio seco con aspecto de teselado hueco, sifón, vino, gaseosa de bola, zarzaparrilla, etc.


No sé si será porque soy un poco bradiacusio, pero tengo la impresión de que el Presidente Zapatero va a cumplir con lo de dejar el Estatuto Catalán como una patera: llena de náufragos por dentro y por fuera.


Ahora Lutero está de moda. Creo que han hecho una película con su protagonismo. Por otra parte, los de la reforma (esta vez de viviendas y locales comerciales) no dan abasto.


A juzgar por una furgoneta que hay a la puerta de la casa parroquial (Obras de todas clases) y por los escombros en forma de puertas, mamparas y tabiques que ya no se ven, parece que estos curas se han convertido al protestantismo: Ya están plenamente instalados en la reforma.


Adivina, Casimiro: Cual de los dos es más corto, Casiano o Nicasio?


A aquel felizmente casado, que de pronto y sin saber cómo, se enamoró de su vecina Paz, le espetó su mujer un día al regresar a casa: ¡Si vis Pacem, para bellum!


Mi amigo Jesús Hilario Tundidor me dice que a él el arroba de marras le recuerda una larga cambiada. De acuerdo con la metáfora; y yo añadiría que, en visión cenital. ¡Poeta tenía que ser!


Pablo y Virginia son dos arrobarios donde archivo sus arrobas. Son mi nieto mayor y mi hija menor. Ambos viven ahora en sendas islas: Australia y Gran Canaria. Exactamente a mitad de camino de sus asentamientos está la isla Mauricio, escenario de la novela Paul et Virginie, de Bernardin de Saint-Pierre que yo leía en la clase de francés de mi Bachillerato. Puras coincidencias.


La lengua española ha hecho una pirueta original llamando arroba a esa a con cuello de cisne que se mueve por Internet. Consecuencia inevitable: Un correo electrónico se llama ya un arroba (total, un cambio de sexo sin gasto para la Seguridad Social). Y cartearse por Internet, arrobarse, que es un verbo bien hermoso. Un arrobario es la carpeta donde se guardan los arrobas o el buzón que los contiene.

(ver http://www.caprichos-ingenieros.com/terminos8.html)


Querid@ amig@: Si estás segur@ de que tu ti@ está viv@, invítal@. Aprovechando el cambio de sexo gratuito y la ambivalencia sexual, miren Vs. las cosas que hoy se pueden leer.


Lo primero que hago al levantarme es vaciar la vejiga, el recto y el @rio.


Antes nos apañábamos con un solo ministerio de Industria y Comercio. Ahora hay muchísima gente que comercia con los pps en los @rios, pero son muchos menos los que realmente producen  algo con sustancia en la Industria Internética!


Tenía una letra manifiestamente mejorable. Un amigo le pidió que le escribiera la referncia de su @. Sabía el amigo que sólo algunos signos son admitidos por el sistema (el punto, el guión y algunos otros que no recordaba). Al ver la dirección le preguntó a su amigo: ¿El primer signo es tal vez un signo de admiración? Y el otro le respondió: No; no soy tan pretencioso; es humildemente una jota!

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