QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Pgs. 1   2   3  

     

Encima y, para mayor escarnio, las comercializadoras esas nos toman el pelo en sus propagandas.

Recuerdo que cuando Publicidad Mackinsey se implantó en España, me gustó su atractivo eslogan: “publicidad es la verdad bien dicha”. Pues en este caso, resulta que ni se dice verdad ni se dice bien.


Copio de la propaganda de una de esas comercializadoras:

<El mercado eléctrico español se encuentra liberalizado. Lo que significa que los precios no están regulados por el gobierno y todo está expuesto a una subasta. En este sentido, las empresas generadoras de electricidad tienen dos opciones a la hora de vender esa energía producida. O bien venderla de forma directa a las comercializadoras [que son intermediarios puros] con lo que se consiguen precios más competitivos en comparación con otras empresas, ya que no hay intermediarios de por medio [con excepción de ellos mismos, claro] …>.


Es decir, esas comercializadoras de electricidad tan prestigiadas, son la última versión de “los reventas” que siempre han merodeado por las colas de compradores de entradas en taquilla, para acceder a conciertos o partidos de futbol de mucha importancia.


Terminados mis comentarios a los cuatro puntos debo decir que, por más que me he esforzado, no he conseguido averiguar cómo se desarrolla la subasta esa ni con qué criterios intervienen en ella las comercializadoras. Ni qué valor añaden para justificar su comisión de reventa. En un ejercicio de pura imaginación voy a ofrecer mi propia explicación siguiendo los siguientes escenarios.


*Escenario 1, subasta.

Estamos en la Venta, junto al muelle de San Vicente de la Barquera. En vez de bonitos, el barco ha traído 1000 kg de sardinas. El supervisor responsable de la subasta se ha puesto en contacto con el armador del barco y ofrece a los asistentes todas las sardinas al precio de 5 € el kilo. Hay quien dé más, grita. Y se anuda el siguiente diálogo:

-Yo doy 6.

-¿Hay quien dé más?

-Y yo, 7.

-¿Hay quien dé más?

Y yo, 8.

-¿Hay quien dé más?

………….. Silencio. El que paga 8€ por el kg de sardinas se las lleva todas. Él sabrá a cuánto se las va a vender a sus clientes (por supuesto, a más de 8€ el kg que, a su vez son más que los 5 con que se habría conformado el armador).


Debo aclarar algo: En San Vicente de la Barquera había un recovero que iba por las aldeas (Boria, Santillán, la Acebosa, La Revilla, Roiz, Lamadrid, etc) para comprar huevos que luego revendía el jueves en el mercado de San Vicente. Ya se ve que sus clientes del jueves pagarían a gusto el sobreprecio como recompensa al valor añadido que él había inyectado en los huevos al ponerlos a su disposición.


*Escenario 2, subasta.

Nos situamos en la sala de subastas del hotel Bayren en la playa de Gandía. Hoy no se subastan ni sardinas ni cuadros más o menos artísticos. Se subasta otro producto: el kw h. En la primera fila de la sala hay, centrados 5 asientos. Detrás hay otros 687 – 5 = 682 asientos.


Los 687 comercializadores se acomodan en sus asientos después de haber exhibido a la entrada sus credenciales. Éstas incluyen ahora una restricción importante. Cada uno sólo puede aspirar a comprar tantos kw h como los que corresponden a su cartera de clientes; y al precio que resulte, claro.


Tres de los cinco que se sientan en la primera fila representan el 90 % de la generación de electricidad; los otros dos representan el 10%. Esos porcentajes están en línea con los de sus carteras de clientes, si bien hay que tener en cuenta que hay clientes que se han salido de los cinco para alistarse en alguno de los otros 682.


El supervisor responsable de la subasta (La OMIE) se ha puesto en contacto con los generadores correspondientes a los de los 5 asientos para fijar el precio único del kw h y la cantidad de kw h que están dispuestos a producir al día siguiente. En definitiva, se pone en juego el producto precio por cantidad. El resultado de ese producto es el que el responsable de la subasta debe cotejar con la información que vayan ofreciendo los ofertantes.


El precio único a ofertar supongo que lo ha acordado la OMIE siguiendo una pauta semejante a la que describo más arriba, en el Comentario al punto 3.


El supervisor responsable (el de la OMIE) abre la sesión de la subasta con estas palabras: Para mañana se ofertan N kw h totales al precio único de P € el kw h. ¿Hay quien suba este precio P?

Los 5, que ya saben que sus jefes han subido el precio debido a que el gas importado ha subido, se callan como muertos. Dan P por bueno.


Los otros 682 que oyen el mutismo de la primera fila, también se callan a fin de caer simpáticos a sus clientes; eso sí, a éstos les clavarán su irremediable comisión pero les asegurarán que hay que ver lo barato que les venden el kw h.


El supervisor responsable cierra la sesión con estas palabras: Mañana habrá disponibles N kw h totales al precio único de P € el kw h.


*Escenario 3, subasta.

Es muy parecido al 2, pero entraña una novedad. El supervisor responsable abre la sesión exactamente con las mismas palabras que antes, como consecuencia de una negociación análoga a la mantenida previamente con los generadores. Termina con el clásico

-¿Hay quien suba este precio P?

-Yo subo a P + p, dice uno de los 5.

-¿Hay quien dé más?

Silencio de cementerio en los 687; ya que no se puede bajar, que no suba más no se vayan a cabrear demasiado los clientes.


El supervisor responsable cierra la sesión: Mañana habrá disponibles N kw h totales al precio único de P + p € el kw h.


Y uno se pregunta, ¿de dónde ha salido este p con el que no se contaba? Pues ha salido de que uno de los 5 generadores venía reclamando desde hace tiempo unas indemnizaciones que se le debían y no cobraba, de manera que ha intentado ver si así colaba su maniobra de empezar a satisfacerlas.