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Como en todo matrimonio, los peros se mezclaban con retazos de felicidad. Oigamos la Rima XXIV:


                Dos rojas lenguas de fuego

                que a un mismo tronco enlazadas,

                se aproximan, y al besarse

                forman una sola llama

                .................................

                dos ideas que al par brotan,

                dos besos que a un tiempo estallan,

                dos ecos que se confunden ... :

                eso son nuestras dos almas.


Poco antes de la boda, Bécquer había escrito sus Cartas literarias a una mujer (evidentemente dedicadas a Casta) en las que decía: "Aún tengo presente el gracioso ceño de curiosidad burlada, el acento mezclado de pasión y amargura con que me dijiste: ¿Crees que mi pregunta es sólo hija de una vana curiosidad de mujer? Te equivocas. Yo deseo saber lo que es la poesía porque deseo pensar lo que tú piensas, hablar lo que tú hablas, sentir lo que tú sientes, penetrar, por último, en ese misterioso santuario en donde a veces se refugia tu alma y cuyo dintel no puede traspasar la mía."


Ciertamente aquí Bécquer es fiel transcriptor de las palabras de su mujer: tienen el mismo estilo del ya mencionado libro de Casta Mi primer ensayo: colección de cuentos. La escena es recogida en la famosísima Rima XXI:


                "¿Qué es poesía?", dices mientras clavas

                en mi pupila tu pupila azul.

                "¿Qué es poesía?", ¿Y tú me lo preguntas?

                Poesía ... eres tú.


¿Qué acontecimientos ocurrieron, además, durante esos siete años?

El 9 de mayo había nacido el primogénito Gregorio y el 14 de octubre de aquel 1862 regresa toda la familia desde Noviercas a Madrid para que Bécquer pueda ocuparse de sus asuntos periodísticos; su frágil salud se resiente en Madrid. Para que descanse, todos pasan una temporada en Sevilla donde el poeta rememora su infancia y juventud, y se reencuentra con su hermano Valeriano. Casta tiene ocasión de conocer a sorianos de Yanguas (donde ella fue confirmada), dedicados a la trashumancia.


A principios de 1864 regresan a Madrid las dos familias Bécquer y poco después marchan todos a Veruela. Aquí hay que hacer una precisión del mayor interés. Valeriano se había casado con Winifreda Cogan (Liverpool, 1838) el mismo año que Gustavo Adolfo, aunque ya llevaban viviendo juntos dos años y tenían dos hijos, Alfredo y Julia, que ahora contaban, respectivamente 5 y 3 años; Gregorio tenía poco más de año y medio.


La vida en Veruela de los hermanos artistas ya la conocemos por lo que nos ha contado Gustavo en sus Cartas desde mi celda, pero la de las dos mujeres con los niños, nos la podemos imaginar. En aquella extensión "desamortizada", destartalada, aisladas y rodeadas de incomodidades, las horas debían ser eternidades, especialmente para Casta que no era precisamente una maruja como pretendían sus "biógrafos". Winifreda no se quedaba atrás, así que decidió abandonar definitivamente marido e hijos para volverse al Puerto de Santa María con su familia. Su felicidad había durado hasta que el matrimonio los separó.


Casta esperó en vano que Valeriano siguiera a su mujer para que así Gustavo Adolfo quedara vinculado realmente a ella una vez liberado de la dependencia que siempre le ligaba a su hermano mayor. Pero no ocurrió tal. Peor aún: Gustavo no se sintió aludido por lo ocurrido, siguió pegado a su hermano como la uña a la carne, y cada vez más despegado de su mujer.


El mismo año 1864 regresan a Madrid Bécquer, Casta y el niño. Con Narváez, que siempre fue muy afectuoso con Bécquer, fue nombrado nuestro poeta "Censor de novelas".


En 1865 cae Narváez; Bécquer pierde el empleo, los dos hermanos vuelven a Veruela, Casta se queda en Madrid aquel verano esperando dar a luz a su 2º hijo, Jorge, y alimentando su desasosiego por las ausencias de su marido. Contradictorio este Bécquer que estaba muy enamorado de su mujer y era un padre entrañable pero no era consciente de la tormenta que se acercaba. Aquel otoño se declara un brote de cólera en Madrid y las dos familias Bécquer marchan a Ávila.


1866 es el año de la gran producción periodística de Bécquer; le dan un permiso de 45 días para restablecer su salud, que se repite al año siguiente con el mismo propósito: entonces se van a vivir a Noviercas donde son muy bien acogidos.


En 1868 se gesta el Madrid pre-revolucionario. En los primeros meses Bécquer probablemente manda a Noviercas a la familia quedándose él en Madrid con Valeriano. Después de octubre, los dos Bécquer van con Julia a Noviercas. Casta espera su tercer hijo.


15-12-1868: Nace en Noviercas Emilio, el tercer hijo de los Bécquer. El nacimiento provoca un drama conyugal y la separación de los esposos. El acontecimiento es explicado por unos y por otros de diversas maneras, y siempre intentando adivinar, porque no hay datos concluyentes. No voy a entrar en la valoración de las opiniones que por otro lado son bien conocidas.


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