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FIABILIDAD

RELACIÓN DE FIABILIDAD PROVEEDOR-FABRICANTE

NOTA PRELIMINAR

El experto se puede saltar esta nota, pero a quien no lo sea o dude de si lo es, le resultará útil la aclaración de que, por convención difícil de violentar,  α designa aquí tanto el riesgo del proveedor como el valor de la fractila derecha en la tabla de la distribución χ2, al igual que β, además de representar el riesgo del Fabricante cliente, es el parámetro de forma de la distribución de Weibull.


Lo primero que hay que decir es que esta relación no está tan consolidada, en general,  como en la industria aeronáutica o electrónica, aunque va siendo cada vez más fluida e irá mejorando si sigue como modelo a las industrias citadas, que es cosa que ya se viene observando.

Así pues, conviene conocer lo que son planteamientos reales en el modelo, para irlos asimilando ahora como teóricos, pero cada vez más cercanos al uso diario.

Tomemos dos ejemplos extremos. El del nuevo Proveedor que suministra al Fabricante de camiones la palanca de dirección, y el asimismo nuevo Proveedor que suministra lámparas de 24 voltios. Es claro que no puede darse el mismo tratamiento fiabilístico a ambos elementos. Pero ambos tratamientos deben tener en común lo siguiente:

1- Una precisa definición de la misión de ensayo (qué es fallo).  

2- Unos riesgos que están dispuestos a asumir tanto el Proveedor como el Cliente.

3- Los dos valores de MTBF (tiempo medio entre fallos) asociados a esos dos riesgos.

4- Una estructura del Plan de Fiabilidad.

5- Como consecuencia de las cuatro condiciones anteriores se seguirá una relación entre tiempo de ensayo y cantidad de fallos y la consiguiente decisión de aceptación o rechazo.

En lo sucesivo, llamaremos Fabricante (del camión) al cliente, y Proveedor, al proveedor propiamente dicho que se asienta en la Industria Auxiliar.

1.- Lo normal es que sea el Fabricante quien establezca la especificación de ensayo apoyado en su experiencia y necesidades. Pero cada vez es más frecuente el hecho de que los Proveedores sean auténticos especialistas que, además, llegan a acumular las diversas experiencias de distintos Fabricantes. Cuando éste sea el caso y, previo acuerdo, lo ideal es que el ensayo se haga en casa del Proveedor, tal vez con un compromiso de auditorías asimismo acordadas. Así se podrá sacar el máximo partido de los equipos de ensayo que, a buen seguro, tendrá disponibles el Proveedor.

2/3.- Como en Fiabilidad hablamos siempre de probabilidad (recordemos que fiabilidad  es la probabilidad de que algo cumpla con su misión), se sigue que el Proveedor correrá  el riesgo  de que, como consecuencia del ensayo acordado, le salgan rechazadas  α  % de las partidas a pesar de que realmente ofrezcan un MTBF igual al valor θ0 acordado (no se olvide la inicial M -Medio-) como NCA (Nivel de Calidad Aceptable).

Asimismo, el Fabricante corre el riesgo  β de aceptar un  β % de partidas con un MTBF igual al valor  θ1 asimismo acordado como NCI (Nivel de Calidad Inaceptable, pero tolerable en el límite).

4/5.- La estructura del plan es lo que diferenciará el tratamiento de las palancas de dirección y de las lámparas. Al estudiarlos por separado se verán las consecuencias.

Hay que destacar el paralelismo entre un Plan de Fiabilidad y un Plan de Muestreo. Ambos se plasman en la CCO (Curva Característica de Operación, o curva de eficacia) con la probabilidad en ordenadas, de darse el valor de las abscisas. Éstas son el porcentaje de defectuosos en el segundo caso, y el MTBF en el primero. En los dos casos se aplica el subíndice cero al NCA y el uno al NCI.

Como es natural, los valores aceptables e inaceptables están invertidos, lo que conduce a CCO simétricas.


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