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QUÉ hay detrás

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Rosalía, alma convulsa impregnada en pesimismo que se acerca al nihilismo; veamos algo de En las orillas del Sar:

Mientras el hielo las cubre

con sus hilos brillantes de plata

todas las plantas están ateridas,

ateridas como mi alma.


Estos hielos para ellas

son promesas de flores tempranas,

son para mí silenciosos obreros

que están tejiéndome la mortaja.

Becquer lo diría de otra forma:

Mi vida es un erial:

flor que toco se deshoja;

que en mi camino fatal,

alguien va sembrando el mal para que yo lo recoja

De todas maneras el verso de Rosalía penetra en el lector y lo inunda con su belleza; es una cuestión de belleza universal. ¡Qué digo universal! Habrá que decir planetaria.


Rosalía de Castro ya brilla en el firmamento de forma oficial, como una auténtica estrella. La candidatura de la escritora gallega ganó con una aplastante mayoría de votos el concurso para designar con su nombre la estrella ahora conocida como HD 149143, situada en la constelación de Ofiuco, a 240 años luz de la Tierra. Su planeta asociado, HD 149143, también pasará a denominarse Río Sar. El círculo de la poetisa universal, más universal que nunca, se ha completado.


Rosalía de Castro y el río Sar son los claros vencedores de la votación en Internet para elegir el nombre de una estrella y su planeta, dentro del proyecto internacional impulsado por la Unión Astronómica Internacional (IAU) como parte de las actividades de celebración de su centenario. En el caso de España se votó entre una docena de propuestas con un total de 34.179 votos.


EL PRÓLOGO DE MADARIAGA


Fiel a mi experiencia de volver a leer el prólogo de un libro que he leído, es lo que he hecho,  con el resultado de incluir a Coti en el colectivo de MEE (Mujeres Españolas Estupendas) que, estoy seguro, estaban en la mente de don Salvador.

El hilo del ovillo empieza en el aprecio de nuestro autor por el cuello de una de sus protagonistas, ya dije que, semejante al del abuelo de Coti por el de su nieta. Y para no dejar en el olvido los delicados versos de Amado Nervo:

Esta niña dulce y grave,

tiene un largo cuello de ave,

cuello lánguido y sutil

cuyo gálibo suave

finge prora de una nave,

de una nave de marfil.

De vuelta al prólogo veo que nuestro autor reflexiona sobre las desemejanzas que se dan entre mujeres, particularmente, entre españolas, francesas e inglesas. Dice:

Hay dos artes de baile, ambos verticales: el francés y el español. Más arte que naturaleza el primero; más naturaleza que arte el segundo. O más talento que genio en el baile de Francia, más genio que talento en el de España.

La bailarina de ópera a la francesa, estilización de la feminidad (estilo, forma, talento), mujer tallada en peonza, figura geométrica, intelecto danzante, domina sus movimientos con el cerebro, donde reside el centro de mando de todo el baile. La corriente de energía vital baja del cerebro a los miembros, y va a fluir hacia la tierra como un fluido eléctrico por la punta del pie. Por contraste, en la bailaora española, la energía vital parece surgir de la tierra, penetrar el cuerpo entero de la mujer natural, y después de animar todas y cada una de sus formas con el mismo ritmo potente, brotar como llama invisible cabeza arriba. A esta calidad –su verticalidad suprema, su poder de síntesis humana- debe el baile español su profundo poder universal.