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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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En otro orden de cosas resulta muy simpático ver el lío que se hacen los niños con algunas palabras de los mayores, así como observar el significado sui géneris que ellos les suelen asignar.


Escuchemos el diálogo:


- ¿Tu podrías decirme cómo eres?


- Soy ... más bien ... desconfiado.


- ¡Ah! ¿Sí?


- Sí, nadie puede confiar en mí.


Como contraste, obsérvese la sabiduría que encierra esta precisión en boca de un chaval de 11 años.


- Un político es el que está siempre criticando y un hombre de estado es el que es criticado siempre.


A saber qué idea tenía de los mormones aquel pequeño que participaba su interés por conocer el estado de Utah para ver allí las gaviotas de California.

Y respondía así a la perplejidad de su interlocutor por lo que pudieran hacer unas gaviotas tan lejos del mar.


- Sí, van allí huyendo de la contaminación, y también para comer mormones.


- ¿Tienes hermanos o hermanas?


- No, soy soltera.


- Y qué, ¿Tienes algún animal?


- Sí, tengo un perro.


- ¿Y tiene pedigree?


- ¡Uf, montones!


- ¿Cómo lo sabes?


- ¡Porque se está arrascando todo el tiempo!


- ¡Hola! Parece que esta mañana tienes un buen resfriado, ¿no?


- Sí, y un buen estornudo también.


Aquel niño tenía cuatro peces de colores y explicaba que se pusieron como locos, empezaron a saltar de la pecera y se ahogaron en el aire.


Los niños son como esponjas que se empapan de conversaciones familiares que entienden a su manera. La esponja se puede escurrir en cualquier momento con resultados imprevisibles.


Veamos cómo interpretaba uno de ellos las relaciones iniciales de sus padres:


- Mi padre trabajaba en un mercado de verduras donde mi madre solía ir a comprar.


- Cada vez que mi madre pizcaba el género, mi padre la pellizcaba a ella, de forma que no pudieron soportar la cosa así por más tiempo y se casaron.


Otra daba al señor una pista de cómo reconocer a su madre si se la tropezara.


- Mi madre lleva zapatos negros de ante y las bragas limpias.


Aquel otro tenía un padre policía e informaba que los presos le llamaban pies planos.


- ¿Y qué hace tu padre?


- Eso es lo que más le fastidia. No puede hacer nada porque ya están en la cárcel!


Una de ética profesional:


- Mi padre es un buen abogado. De los que sacan de la cárcel a la gente mala.


Esta niña estaba decidida a ser ama de casa.


- ¿Y con quien piensas casarte?


- Creo que con una mujer.


- ¡Pero si tú eres una chica ...!


- Sí, pero las mujeres dan mucho menos trabajo que los hombres, según le he oido a mi madre.


Otras historias familiares.


- En casa somos cinco niños, pero ya no vamos a tener más.


- ¿Y cómo puedes estar tan seguro?


- Porque mi padre dice que de cada seis que nacen, uno es chino, y no queremos el chino.


- ¿Qué es lo que hace tu hermano el mayor?


- Es paracaidista.


- Y cuando escribe, os cuenta experiencias interesantes?

¡Claro! Hace poco se torció un tobillo y se rompió una pierna, y en el último lanzamiento le tuvieron que empujar.


- ¿Quieres a tu hermanito?


- ¡Claro! Yo quería que viniera aunque mi padre, no.


- ¿Cómo es eso?


- Mi padre y yo tuvimos una discusión el año pasado; él dijo que no quería más niños, y yo que sí.


- ¿Y qué pasó?


- Pues que mi hermanito llegó hace dos meses, así que me imagino que mi padre se habrá dado cuenta ya de quien es el que manda.


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