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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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A los niños se les ocurren cosas que ya quisieran muchos humoristas para sus repertorios.


Aquella niña explicaba así al presentador del programa de TV cómo había sido elegida para participar.


- La profesora nos seleccionó a tres y luego nos sorteamos, así que has tenido la suerte de que ganara yo.


- ¿Y eso?


- Porque las otras dos niñas tienen sarampión.




Esta otra pequeña aseguraba que su perro tenía una cosa igual que su madre.


- ¡El cumpleaños, 5 de enero!


Mi madre es muy buena con los crucigramas, aseguraba una niña.


- ¿Cuántos hace cada semana?


- Ninguno. Quiero decir que es muy buena para empezarlos; los tienen que terminar los demás de la familia.


- Mi madre hace esculturas sin vestidos.


- ¿Y no se enfría?


- No tonto, los desnudos son los otros.


- Mi padre es tan trabajador como un castor.


- Muy interesante; ¿sabes lo que eso quiere decir?


- Yo creo que es que los castores están siempre derribando árboles con sus dientes ...


- ¿Y es eso lo que hace tu padre?


- No, hombre, mi padre no es realmente un castor. Además tiene dentadura postiza.


- ¿Sois muchos en casa?


- Cuatro hermanos y tres hermanas.


- ¿Y qué tal?


- ¡Oh es estupendo! Todo el mundo tiene alguien a quien mandar.


- ¿Cuál es tu peor hábito?


- Mi hermano; lo tengo ya desde hace seis años y medio.


- ¡Qué ojos tan bonitos tienes! Alguien más en la familia tiene los ojos verdes?


- Sí: mi padre, mi madre, mi hermano, y el gato de mi vecino.


- Mi hermana acaba de tener un bebé pero nadie me ha dicho aún si es un niño o una niña, así que no sé si soy un tío o una tía.


¿Y qué decir de la lógica de los niños?


A la consideración ética de la madre que explicaba cómo estamos aquí en la tierra para ayudar a los demás, saltó la pregunta del niño:


- Y para qué están los demás entonces?


Cierto niño comentaba entre alegre y preocupado que tenía algo mejor que un hermano o una hermana: tenía una perra con perritos.


- ¿Y cuántos tiene?


- ¡Ese es el problema!


- ¿Cuál?


- ¡Que tiene 9 cachorros y sólo 8 tetillas!


Este otro tenía una lógica fría e imaginativa. Explicaba así sus razones para querer convertirse en serpiente venenosa.


- Si envenenas a la gente, y eres una persona, te meten en la cárcel. En cambio, si eres una serpiente no te pueden hacer nada porque no hay cárceles de serpientes.



Había otro que no quería pasar de los 11 años. Y se explicaba:


- Desde el momento que tienes 12 años, tienes que pagar más por todo.


- Deberías tomar siempre un buen desayuno para así hacerte mayor antes.


- No me interesa, porque entonces me moriré más joven.


- ¿Qué crees que es un soltero?


- Un tipo que tiene más dinero que un casasdo.


El tema de la dedicación futura, de la profesión cuando uno sea mayor es algo que surge con facilidad.


Aquel pequeño estaba decidido a ser misionero y predicar en África. El presentador le siguió la corriente ensalzando la dificultad de la empresa.


- ¿Por qué en África?, insistió.


- Porque allí tienen cocodrilos muy grandes y cuando la gente no me escuche se los pienso soltar.



Otro, con 6 años, sabía que sus padres iban a estar orgullosos de él cuando condujera su furgón blindado para transporte de dinero.


- Ya sabes, es la clase de trabajo donde encuentras cantidad de gente interesante, como atracadores de bancos ... y además ganas 3.000 euros a la semana.


- ¡Eso es un montón! ¿Estás seguro de que se gana tanto?


- A veces, incluso más. No tienes más que echar mano de lo que llevas en el furgón y coger lo que quieras.


Había otro que quería ser geometrista ... de esos que salen a coleccionar piedras ...

Pero necesitaré tener otro trabajo además.


- ¿Y eso?


- Porque me hará falta el dinero para mantener a mis mujeres.


- ¿Qué?!


- ¿No sabes? Me voy a marchar a Siberia donde puedo tener un harén.


Esta niña, cuando fuera mayor iba a ser o enfermera, o veterinario, o azafata. La explicación fue:


- Porque me gustan los animales y los hombres.


Cuando a un jovenzuelo se le preguntó por sus aficiones, respondió: Colecciono toda clase de cosas: tarjetas, cerillas, piedras, coches, sombreros ...


- ¿Y qué vas a ser cuando seas mayor?


- Chatarrero.


- ¿Tú, qué quieres ser?


- Instalador de moquetas durante la semana y predicador los domingos.


- ¿Y cómo así?


- Es que mi padre es instalador de moquetas y mi madre quiere que yo vaya al cielo.


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