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Veamos ahora una serie de gestos referentes a la sique ascendente. La sonrisa puede ser una máscara que uno aprende a ponerse, o una defensa para ablandar sentimientos. Comunica agrado en una relación estable.

La expresión es signo indicador desde lo interior a lo exterior. La carcajada es menos discreta y más espontánea y visceral que la sonrisa. Expresión tan extremosa no puede ser duradera.

La risa que acompaña a la alegría es algo intermedio entre la sonrisa y la carcajada. La alegría hace adoptar al hombre una postura positiva frente al ambiente: brota del núcleo de la personalidad y es como un aroma que se extiende por todo.

Gesto es la traducción de un estado de ánimo por cualquier medio de expresión emotiva y no sólo por los de la cara. La mímica se refiere al rostro, y la pantomímica, a todo el cuerpo.

El entusiasmo es por naturaleza pasajero. La mano simboliza el gesto más aún que el rostro. De ahí el gesto de aplaudir. Gesto significa hecho y las cosas se hacen con las manos.

Al conjuntarse gestos de rostro, manos y voz, tenemos un compendio de expresividad.

La kinésica estudia el lenguaje del cuerpo. El más directo es el contacto, especialmente el de las manos entre sí y el del brazo en la espalda.

Podría decirse que los humanos precisamos de la danza para expresarnos completamente con una proporción entre gesto (del rostro) y postura (gesto del resto del cuerpo). Se llega a decir que un gesto parece forzado si es sólo gestual y no postural.

En este sentido, nuestro personaje muestra su placidez con gesto y postura. Ello indica que dicha relación es válida no sólo para las expresiones rítmicas.

La vida está llena de pequeños placeres. La sabiduría consiste en descubrirlos. Con los ojos cerrados se saborea mejor el placer. Éste es más gratificante cuanto más compartido, y el gesto lo demuestra.

También se da la autocomplacencia. Un gesto tan rotundo como éste puede confundir un estudio sicológico sin previo análisis de otros gestos parciales, con la síntesis del conjunto.

No es más rico quien más tiene sino quien se conforma y complace con lo que tiene. Esto, que es cierto, puede ser una simplificación aventurada a la hora de juzgar a alguien.

Quien quiera usar la fisiognómica para descubrir los signos de un modo de ser síquico a través de las apariencias corporales, ha de saber que la fantasía sicológica es necesaria para un buen diagnóstico.

Así, con un poco de imaginación podemos ir más allá del gesto. Veamos cómo se puede estar en lo que se hace y al tiempo ocupar el pensamiento en cosas distintas.

Lo mismo da servir un wiski que fregar. Se puede fregar a conciencia y pensar en el trabajo por cuenta propia que espera al regresar a casa.

La sique descendente es también diversa. La frontera entre ésta y la ascendente está en la dialéctica pesimista/optimista tan graciosamente reflejada aquí.

El sentimiento de tristeza se da asociado a otros: desesperación, impotencia, enfado, preocupación ... Tristeza es lo que queda de permanente cuando estos pasan.

El llanto es el desenlace fisiológico de la tristeza y puede incluso desencadenar emociones semejantes en otros. Freud decía que el captar los signos externos de una emoción puede provocar el mismo efecto en el observador.

Se piensa que hoy todo es fácil y olvidamos, al ver a los esforzados de la huelga de hambre, que hubo épocas en que el hambre se daba a las gentes sin el menor esfuerzo por su parte.

La proxémica, o ciencia de la proximidad, estudia las relaciones del individuo según la distancia. Este mendigo se siente realmente invadido por la generosidad de un donante.

Mientras este otro, en actitud de pedir, se ve libre para gritar su indigencia.

La vida es pura sorpresa, y las precauciones no sirven siempre. Además, en la percepción ocurre que inconscientemente estamos preparados para el paso continuo de una situación a otra. Si el paso es brusco caemos en el llamado shock aperceptivo.

Darwin estudió el fenómeno de la expresión y en su tercera ley enunció: La excitación nerviosa, independientemente de toda costumbre o intención, se transmite en todas direcciones.

La expresión corporal asociada a un esfuerzo físico comporta gestos característicos determinados por la duración, intensidad y forma de las tensiones musculares.

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