Una pista para entender lo del rey y el reino nos la da la Fig, 1 que es un cuadro resumido de lo que supuso en el siglo XVIII el cambio de dinastía en España: De la Austriaca a la Borbónica.

Hasta el 1-11-1700 en que muere Carlos II a los 38 años, el reino de las Dos Sicilias estaba gobernado por la Casa de Austria, rama española. A la muerte de este último rey sin sucesión, le sucede Felipe V a partir del 16-11-1700, es decir, a las dos semanas.

Este gran cambio que parecía plantearse como una cuestión simplemente española y de índole administrativa, se convirtió en una guerra civil española y, a la vez, europea: La llamada Guerra de Sucesión española (1701 - 1713). En un maremágnum de fluctuantes alianzas y contra alianzas. En una caza despiadada de los residuos que pudiera dejar el perdedor. En una confrontación entre ideas centralistas absolutistas y federalistas, etc. etc.

Es el momento de aclarar algunas cosas de las resumidas en la Fig, 1.

-Felipe V ganó la Guerra de Sucesión, pues según el Tratado de Utrcht de  1713, se le confirmaba como rey de España. Podría parecer que fue rey de España a partir de 1713, pero no hubo tal. Como dije antes, reinó desde el 16-11-1700 porque ello es lo que estaba estipulado en el testamento de Carlos II que, de los dos pretendientes al trono, descartaba al Austriaco en favor del Borbón.

-A esta Guerra de Sucesión le habría cuadrado bien como nombre vulgar el de Guerra de los dos cuñados. En efecto lo habían sido los dos cabezas de lista, Luis XIV de Francia y el Emperador de Austria Leopoldo I. La mujer de éste último no sale en la Fig, 1, pero su sitio estaría en el mismo renglón de su hermana María Teresa (ambas hermanas eran hijas del mismo padre y de la misma madre). La hermana ausente, de nombre Margarita Teresa, se casó con Leopoldo I y con él tuvo cuatro hijos, ninguno de los cuales, por diversas razones, heredó al emperador. De haber ocurrido tal, la cosa se habría complicado muchísimo más de lo que ya estaba.

-Como se ve, y como se adivina, los árboles genealógicos de las dinastías europeas no nos dejan ver el bosque de matrimonios entrecruzados entre parientes, que llegan a dar como resultado nuevos parentescos inverosímiles. Invito al lector a entrar en

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para ver cómo uno puede llegar a ser abuelo de sí mismo.

-Bromas aparte, la endogamia practicada por la realeza, también tiene, a veces, efectos sorprendentes. Véase como ejemplo este de dos hermanos del mismo padre y de la misma madre: El malogrado Carlos II el hechizado (retrato de Juan Carreño de Miranda) y la Infanta Margarita Teresa (rubita y hermosa criatura, protagonista de Las Meninas velazqueñas, y futura esposa del emperador Leopoldo I).

-Las rayas rojas en la descendencia de Leopoldo I indican que a éste sucedió su hijo José I y, a este último, su hermano Carlos VI, también conocido en la Guerra de Sucesión como Archiduque Carlos. Nótese que VI es el siguiente a V, es decir, a nuestro Carlos V (Carlos primero de España y quinto de Alemania).

Fig. 1