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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Al Reino Unido siguen los buenos aliados de USA Australia, Corea del Sur, Alemania, Italia y Francia. En resumen, a los EE.UU lo que le preocupa es perder el poder con que maneja el Banco Mundial y el FMI, pero se ponen estupendos no sea que los chinos esos vayan a reproducir las chapuzas financieras que los bancos americanos perpetraron hace bien poco (recordar el Lehman Brothers). Y no hablemos de  la preocupación estadounidense por lo medioambiental que es tan seria como que los EE.UU están fuera del Protocolo de Kioto.


Lo de las exigencias sociales no sé si apunta a lo relativo a libertades y derechos humanos en un país comunista (el país gigante), o al mismo asunto en otro pequeño, Guinea Ecuatorial, el amigo por excelencia, cuyos dueños Obiang y familia son tan respetuosos con los más elementales derechos de sus súbditos y se llevan tan estupendamente con las petroleras americanas.


La Casa Blanca es testigo gráfico de las relaciones de amistad entre las dos familias: La Obama y la Obiang. Lo acreditan sendas fotografías tomadas respectivamente en 2009 y 2014.


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b) El hedonismo conduce de plano al decaimiento de la productividad.


El ideal prevalente consiste en trabajar lo menos posible.


La ética del esfuerzo ya no es un ideal colectivo.


La pereza se ha convertido en una pasión más natural que el trabajo.


En la sociedad en que ahora entramos vuelve a ser central la fiesta, el jolgorio, el espectáculo deportivo o musical, el entretenimiento a través de las redes sociales. Añádase el generoso consumo de alcohol y de drogas alucinógenas por parte de los jóvenes, la verdadera epidemia de nuestro tiempo.

Espero que todo esto no tenga que ser, necesariamente, el estandarte de la sociedad estabilizada. Ciertamente ocurre, pero no porque el crecimiento haya alcanzado su límite. Cuando yo era chaval y se trabajaba pluriempleadamente a tope se oía este dicho que aún recuerdo: “Si el trabajo es salud, viva la tuberculosis!”. Entonces había mucho de las dos cosas: trabajo y tuberculosis.


Ahora mi hija, muy generosa, se reúne todos los lunes por la tarde con nosotros, sus padres, para jugar una partida de intelect. Lo pasamos bárbaro (y observo que ella también). Ella, además, está comprometida en varias simultáneas con amigos en las redes sociales para jugar a lo mismo. ¡Ni punto de comparación lo gratificante que resulta un juego presencial, con el frío intercambio de jugadas a distancia con un amigo que ni siquiera sabes quien es.


En la sociedad estabilizada va a haber muchas oportunidades que habrá que saber aprovechar para bien, evitando que sirvan para mal. Copio de D. Meadows:

Ni el crecimiento es siempre bueno ni el crecimiento es siempre malo. Lo que hace falta no es crecimiento, sino desarrollo. En la medida en que el desarrollo requiera una expansión física, éull Žsta debería ser equitativa, asequible y sostenible, contabilizando todos los costes reales.

Las personas no necesitan automóviles enormes; necesitan admiración y respeto. No necesitan un flujo constante de ropa nueva; necesitan sentir que otros las consideran atractivas.

Tratar de colmar necesidades reales pero inmateriales -de identidad, comunidad, autoestima, superación, amor, alegría- con cosas materiales, es crear un apetito insaciable de falsas soluciones para deseos nunca satisfechos.

La sostenibilidad se contempla como un mundo al que hay que aspirar, no a regañadientes, sino con alegría, no con espíritu de sacrificio, sino de aventura. Un mundo sostenible podría ser mucho mejor que el mundo en que vivimos hoy.

Un estado sostenible no sería una sociedad de desencanto y estancamiento, desempleo y quiebra que experimentan los sistemas económicos actuales cuando se interrumpe su crecimiento.

c) El pacifismo se revela como la creencia más utópica. Supone que van a cesar los conflictos bélicos o se van a resolver por negociaciones o mediaciones. Es una suposición poco realista.


En la sociedad actual el sector de actividad que más se expande es el de las empresas de seguridad.


Funciona realmente la creencia en un pacifismo difuso, que se traduce en el eslogan pacifista de “no a la guerra”. Una obviedad. Es como si alguien levantara una protesta con la pancarta de “no a la enfermedad”.

La sociedad estacionaria debe encontrar su equilibrio entre lo deseable y lo posible. Ni un militarismo de instrumentación carísima conducente a endeudamientos imposibles, ni un pacifismo inane que desemboca en la esperada lamentación subsiguiente.


Hemos de colaborar con nuestros aliados para merecer nuestra defensa, pero siempre dentro de nuestras posibilidades que, muy bien pueden tener un peso soft más bien que hard: Un buen servicio de inteligencia en vez de un despampanante porta-aviones colmado de superferolíticos cazabombarderos.

CUATRO


Un hecho paradójico de nuestro tiempo es la escasa incidencia de la movilidad geográfica, pese a que ahora los transportes son más baratos que nunca.

Puede que a nivel estadístico de los grandes números esta apreciación sea acertada, pero mi experiencia me dicta otra cosa. Entre mis familiares y amigos que son todos de corta extensión, puedo contar entre sus descendientes los siguientes casos de personas que viven o han vivido en diferentes países (un total de 40 individuos): cinco en el Reino Unido. Tres en Alemania. Cinco en Holanda. Tres en Australia. Dos en Grecia. Cuatro en EE.UU. Uno en México. Uno en Francia. Cuatro en Suecia. Uno en China. Dos en Hong Kong. Uno en Bélgica. Dos en Brasil. Uno en Puerto Rico. Cinco en Suiza.

En España la movilidad geográfica interior es muy escasa. A ello contribuyen los compartimentos estancos de las burocracias regionales y la alta proporción de propiedad de las viviendas.

A los impedimentos burocráticos que presentan las regiones en general hay que añadir el rechazo que produce en muchos la convivencia en las regiones separatistas.


El tema de la propiedad de la vivienda merece una consideración especial. Para mí constituye un ancla, una raíz que da solidez a la existencia y mucho más en tiempos volátiles como los que nos toca vivir. Si uno vive arrendado y se queda sin trabajo, se queda también sin techo, y eso es demasiado serio. Se suele tomar bastante a la ligera lo de los alquileres: es como si uno tomara una casa como se toma un tren …


Una forma de cohonestar movilidad y vivienda es, precisamente, tener un piso en propiedad y habitarlo, pero si hay que moverse, con ayuda de la red siempre se podrá alquilar el piso de uno para con su alquiler pagar el del otro en el lugar de destino.

CINCO


Se ha contenido el impulso de movilidad social ascendente que antes se debía a los diplomas académicos.

Aclararé esto con un ejemplo. Todas las semanas nos reunimos en tertulia un grupo de ingenieros, de edad entre ochenta y tantos a noventa y pocos. La cantidad de asistentes varía pero, podemos fijarla en seis. Pues bien, de entre todos al menos tres somos hijos de maestro. De los que se llamaban “maestros nacionales” y antes aún, “maestros de escuela” (tal vez para distinguirlos de los maestros de otros oficios). Eran los epónimos de quienes lo pasaban mal: “ese pasa más hambre que un maestro de escuela.”

En la sociedad estacionaria que ahora empieza los licenciados universitarios que verdaderamente triunfan son los que hacen mucho dinero [y muy rápidamente]. Tales logros no requieren acumular largos años de estudio ni mucho menos el interés por el conocimiento.

Quisiera reflexionar sobre esto: nuestro autor da la impresión de pensar que el motivo del colapso del crecimiento ha de ser a la vez lo que prime en la nueva sociedad. Si así fuera, estaríamos apañados. La nueva sociedad debe ser la superadora de los males que la precedieron. Ojalá Bolonia resuelva esta especie de antinomia; no estoy muy seguro.

SEIS


En el plano de las actividades colectivas la sociedad adquisitiva nos había acostumbrado a que los hijos iban a vivir mejor que los padres.


[al no cumplirse esta expectativa] Los progenitores toleran que los hijos permanezcan mucho tiempo en el hogar paterno y se diviertan todo lo posible.

Como se ve, hemos llegado al infantilismo total de todos, padres e hijos. Menuda tarea de maduración tiene que acometerse en la nueva sociedad estabilizada!

SIETE

En el campo de la Administración Pública la inercia de una sociedad expansiva llevaba a considerar que el presupuesto de un año debía ser más elevado que el del anterior.


La sorpresa llega cuando en una sociedad estacionaria, hay que acostumbrase a que el presupuesto público se mantenga constante e incluso decrezca en términos reales.

Pareciera que para entender estas verdades de Perogrullo hubiera que acudir a Einstein a ver si nos las explica. Yo, modestamente, ya hace que me ocupé del tema en clave de humor porque, si lo tomas en serio es para llorar el tiempo que dura un presupuesto. Sabido es que el Rosario completo tiene 15 misterios y el abreviado 5. Yo compuse uno de 10 misterios (ministerios) que mezclan ironía de ficción con una escandalosa realidad que tuve ocasión de presenciar con mis propios ojos. Ver http://www.caprichos-ingenieros.com/misterio.html.

OCHO


Una consecuencia de los elementos anteriores es la tendencia a la expansión de los derechos individuales por encima de las obligaciones.


… si se siguen ampliando los derechos [sin límite] se puede producir la quiebra del Estado del bienestar. No es cuestión baladí.

A “la quiebra” la llamaba “colapso” Denis Gabor en su libro de 1972 La sociedad madura. Hay que recordar que cuando se habla de esto, a lo de … los derechos … el parlante siempre añade “que tanto nos ha costado conseguir”. Tal añadido suele estar en boca de quien nunca ha dado un palo al agua (generalmente algún sindicalista: de los verticales, los horizontales o los inclinados –inclinados al pito y la pancarta-).

NUEVE


Hay un elemento que trasciende la escala de una sociedad. Es la llamada globalización.


Ese concepto exagera la repercusión mundial que puedan tener los fenómenos de cada sociedad en particular.

Efectivamente la globalizacióull —n debe ser una cualidad de la sociedad estabilizada. Ya di a entender que ésta o es global o es inviable a escalas locales. Lo que pasa es que la irreversible globalización no es aún lo que debe llegar a ser. En manos de los poderosos, como está, se ha escindido en dos globalizaciones distintas y simultáneas: la de la riqueza y la de la pobreza. Donde mejor se aprecia esto en los países emergentes. Ya lo mostré al analizar los hitos del primer Capítulo de nuestro libro, al referirme a la India.


Un aspecto contra la globalización que esgrimen los ecologistas es el de que la solución futura para  suministrar alimentos pasa por los cultivos locales en evitación del transporte de cultivos lejanos que encarece los costes.


Hoy la mitad de la población mundial vive en ciudades y dentro de 15 años se espera que lo haga el 60 %. Así pues, la solución ecologista para la alimentación y para los intercambios familiares en forma de trueque puede que quede reducida a las pequeñas comunidades rurales.


Por el contrario, el costo decreciente del transporte facilitará algo que es deseable para todos: que los productos estacionales puedan estar al alcance de todos en cualquier parte del mundo. Ya lo estamos viendo últimamente.

DIEZ


Hace un siglo circulaba por Europa el mito del “peligro amarillo”.


Hoy se ha generalizado con más fundamento debido al impetuoso ritmo de industrialización del gigante asiático.


La situación es tan desproporcionada [entre China y Occidente] que tendrá que romper por algún lado.


El efecto inmediato del “factor chino” es una contención de las posibilidades de desarrollo de los países occidentales.

No alcanzo a comprender la relación que nuestro autor pretende entre su último párrafo y los tres anteriores. Me aventuraré, en cambio, en mis propias conjeturas a la luz de las recientes noticias disponibles procedentes de agencias internacionales y de la propia China (marzo de 2015).

La Casa Blanca ha expresado su preocupación sobre la decisión del Reino Unido de participar en la creación de una nueva institución financiera impulsada por China, el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (AIIB), que Washington teme aspire a competir con el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Desarrollo Asiático.

Washington confía en que su socio (UK), al convertirse en la primera potencia del G-7 que participa como socio fundador de la nueva institución financiera, utilice su influencia para “asegurar la adopción de estándares altos”. “Tenemos preocupaciones, después de muchas conversaciones, sobre si el AIIB cumplirá estos estándares, sobre todo en lo relativo a la gobernanza y las exigencias medioambientales y sociales”.