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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Pgs. 1    2

He aquí las alabanzas y curiosa justificación que W. Churchill dedica a Lord Fisher, el Primer Lord del Mar durante la 1ª GM y nº19 en la lista biográfica:

<… interés inseparable a la extraña y dinámica personalidad de Lord Fisher…

… la gran figura del viejo marino…

… sus venganzas y maniobras estaban inspiradas por su celo en el servicio, y encaminadas, como yo sostuve, al beneficio público…

… Fisher trajo al Almirantazgo una inmensa ola de entusiasmo por la construcción de buques de guerra. Su genio era principalmente constructor, organizador, animador…

… me complacía en extremo encontrar en mi principal colaborador naval (Lord Fisher) una fuerza impetuosa e intensa …

… tuvimos poderosas razones para estar satisfechos de que todos aquellos barcos y aquellas masas de pequeñas embarcaciones surcasen en tropel las aguas. Esa fue la hazaña y la contribución de Fisher. Fue tan grande y decisiva que, en cuanto a mí se me alcanza, lo compensa todo….>


De la biografía se deduce que Fisher era un hombre de astillero más bien que un estratega naval. Cualquier chaval de los que jugábamos en el pueblo marinero de san Vicente de la Barquera a tres navíos (Tres navíos en el mar; otros tres en busca van) se habría dado cuenta de la “ocurrencia” de Fisher al pretender evitar el tránsito naval alemán bloqueando el Báltico por el estrecho de Skagerrak pero olvidándose de la existencia desde 1895, del canal de Kiel construido totalmente dentro de Alemania entre Kiel y la desembocadura del Elba (Schleswig-Holstein) conectando, por consiguiente, el Báltico con el Mar del Norte.


W. Churchill se lo advirtió, pero él

<jamás quiso afrontar esta obvia cuestión…

…Siempre me había limitado a considerar su conducta en este periodo crítico como resultado general de un quebranto nervioso. Sigo creyendo que semejante colapso moral y mental es su más favorable excusa y la mejor explicación de su caso>.


Como español, voy a tratar un par de cosas que me han llamado la atención. La primera se refiere al ministro inglés Balfour que, en la guerra de Inglaterra contra los Boers, en Sudáfrica, conminó al defensor de la ciudad de Ladysmith (Natal) sitiada por los Boers a mantener a ultranza la defensa hasta ser liberada. Y lo fue.


Conviene hacer algunas aclaraciones para facilitar la comprensión de ciertos acontecimientos. Me dice mi amigo Tony Ainslie, natural de Ciudad del Cabo, que los primeros europeos en instalarse en África del Sur fueron los holandeses Boers, agricultores que aprovecharon la oportunidad que les brindaba el lugar para vituallar las naves holandesas rumbo a las Indias Orientales. Algo parecido hicieron luego los ingleses camino de la India. Lo que vino después fue el descubrimiento de oro y diamantes en la zona y, todo ello mezclado, la lucha encarnizada de las dos potencias europeas por el dominio total: las dos guerras de los Boers que dieron la victoria al Imperio Británico.


Éstos ocupaban las provincias interiores de Orange, Natal y Transvaal; los ingleses, las situadas hacia el mar. Lo que nadie me ha dicho es por qué el bar que había en la planta baja de la casa que yo habité en san Vicente de la Barquera siendo niño, se llamaba “El transbaal” (ahora “Boga-boga”).


Y, la pregunta a la quería llegar: ¿Quién era esa Señora Herrero que daba nombre a una ciudad tan lejos de España? Nos lo explica muy bien Salvador de Madariaga en


http://www.caprichos-ingenieros.com/placer1.html


Era la extremeña Juana María de los Dolores León que tuvo el valor de acogerse al amparo del capitán Harry Smith en su propio campamento, cuando fue acosada por la soldadesca del Wellington que había entrado victorioso en la ciudad de Badajoz luchando contra las tropas de Napoleón. Se enamoraron, se casaron y ella siguió a su marido hasta su muerte sin apartarse de él ni siquiera en las batallas que tuvo que lidiar por el ancho mundo: Waterloo, África del Sur, la India … Él fundó ciudades y dio a esta de Natal el nombre de su muy querida mujer española.


Y para terminar, dos detalles extraídos de la biografía de Alfonso XIII.


Todos conocemos el atentado que sufrió el rey el día de su boda a manos del anarquista Mateo Morral; la pareja real salió indemne pero el asesino mató a 23 personas y dejó heridas a más de 100.


Esto que copio de W. Churchill ahora, me era desconocido:


<El rey me habló de otros atentados contra su vida. Recuerdo, particularmente, uno. Regresaba a caballo de una parada, cuando un asesino surgió de pronto ante su caballo, empuñando un revolver, a escasamente un metro de distancia. “El polo resulta muy útil para estas ocasiones –dijo el rey-. Puse la cabeza de mi caballo en su dirección y me lancé sobre él mientras disparaba.” De esta manera logró salir ileso. En total fueron cinco atentados consumados y muchas conjuraciones abortadas. El conocimiento que hice con él en 1914 fue renovado con sus múltiples visitas a Inglaterra, y siempre pude observar en él una preocupación vigilante por los intereses de su patria y un sincero deseo por el bienestar material y el progreso de su pueblo>


Las elecciones municipales que le llevaron al destierro y a su abdicación posterior


<… fueron una revelación para el rey. Toda su vida había estado perseguido por conspiradores y asesinos; pero toda su vida se había confiado libremente a la buena voluntad de su pueblo. Jamás había vacilado en mezclarse entre las multitudes, o ir solo, sin escolta, a donde la parecía bien. En todos los viajes de su vida encontraba muchos amigos, y, siempre, cuando era reconocido, alcanzaba ovaciones y respeto. Sentíase, pues, seguro de tener tras sí la constante fidelidad de la nación; y habiendo trabajado continua y lealmente en su servicio, entendía haber merecido su afecto. Un relámpago iluminó la sombría escena. Vio en torno suyo una extensa, arraigada y, aparentemente, casi universal hostilidad personal hacia él. Pronunció entonces una de aquellas expresiones, que se le atribuían en aquel interesante periodo, y que muestran la fuerza y la calidad de su comprensión de la vida. “Me parece como si hubiese ido a visitar a un viejo amigo y me encontrase con que había muerto”.>