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En 1918, con el apoyo del PSOE, Unamuno se presenta a las elecciones a la alcaldía de Salamanca y sufre una derrota apabullante. Fracasa también en su intento de salir elegido senador por el claustro de la Universidad.

… Salamanca se le hace cada vez más insoportable al tener que aguantar los desaires del claustro.

De derrota en derrota, nuestro biografiado seguía escribiendo contra todo lo divino y lo humano a propósito de su situación.

Unamuno redobló sus ataques al rey y dio comienzo además a una nueva campaña contra los mandos del Ejército. Al final consiguió que Alfonso XIII lo recibiera en audiencia.

Unamuno acudió a la entrevista acompañado de Romanones. En las dos horas que duró aquella, según el propio Romanones confirmaría, Unamuno no se apeó de un tono desabrido, amonestando al rey y reprochándole haber puesto la Corona en peligro. Se habló de la universidad pero se pasó como sobre ascuas por el asunto de la destitución.

Miguel no quería pedir ni aceptar que el rey le reparara la ofensa de la destitución porque le repugnaba recibir de gracia lo que se le debía en justicia.

Con todo, estos años de tribulaciones políticas, fueron para Miguel de intensa productividad literaria y periodística. Y de prestigio literario creciente.

En 1917 Ortega percibió con claridad que el sistema se derrumbaba en pleno auge de particularismos

(obrero, militar, regionalista, eclesiástico) que correspondían a las graves cuestiones que nadie había sido capaz de resolver, y menos que nadie, la Corona que se replegaba asimismo a la defensa de sus intereses particulares.

Así las cosas, del 13 al 15 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña Miguel Primo de Rivera y Orbaneja da el golpe de Estado conducente a su Dictadura aceptada por el monarca. De esta manera termina este capítulo nebuloso que venimos comentando.

Intentaré abrir algún claro en la niebla esa apoyándome en Wikipedia:

La turbulencia política y social iniciada con el desastre del 98 impidió que los partidos turnistas lograran implantar una verdadera democracia liberal, lo que condujo al establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, aceptada por Alfonso XIII. Con el fracaso político de esta, pero con su éxito en materia de obras públicas, infraestructuras y tranquilidad ciudadana, el monarca dejó de apoyar al dictador e impulsó una vuelta a la normalidad democrática con intención de regenerar el régimen. No obstante, fue abandonado por toda la clase política, que se sintió traicionada por el apoyo inicial del rey a la dictadura de Primo de Rivera.

Alfonso XIII abandonó España voluntariamente tras las elecciones municipales de abril de 1931, que fueron tomadas como un plebiscito entre monarquía o república.

Yo, que había nacido en 1932, recuerdo, de cuando empezaba a tener uso de razón oír hablar de “en tiempos normales …” referidos a los de “la dictadura”. De hecho, mis sorianos padres que se habían casado en 1928 pospusieron su viaje de novios a Barcelona para el año siguiente a fin de poder disfrutar de la magnífica Exposición Internacional de Barcelona de 1929.

Eso de los tiempos normales debía ser cosa de los intrahistóricos, de la gente común y corriente, porque los políticos, que vivían de la turbulencia política, no hacían buenas migas con la dictadura. Con alguna excepción, como se verá en el capítulo siguiente.

Curiosamente, otra novia soriana llamada Leonor Izquierdo Cuevas, no pudo ir en viaje de novios con su marido Antonio, a Barcelona, por causa de la Semana Trágica habida en aquella ciudad. Eso le había ocurrido al matrimonio Machado en 1909.

CAPÍTULO 12. Miguel contra Miguel.

Otro juego de Juaristi. Cuando se empieza a leer este capítulo, uno interpreta su denominación de una forma, y cuando lo termina lo ve de otra completamente distinta.

En el capítulo anterior se veía a Unamuno enfrentado con todo bicho viviente: desde el rey hasta sus colegas sin olvidar al ejército. Pero faltaba alguien a quien todavía no se había enfrentado: Ese tal era el propio Miguel de Unamuno.

El enfrentamiento se produjo a cuenta de la dictadura de Primo de Rivera (instaurada en 9-1923).

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