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TRANSPARENCIA

Mesa redonda mantenida en el Instituto de la Ingeniería de España el 30-5-2012. Su título era

Por un futuro empresarial en España: Ética y responsabilidad corporativa.

Fue presentada y moderada por Carlos Javier Alia, Presidente del Comité de Gestión Empresarial del IIE, con la participación de:          

- Antonio Garrigues, abogado, Presidente de la Firma Garrigues abogados y asociados. De entre sus muchísimos cargos institucionales destacaré, por alusión, el de Fundador y miembro del Comité Ejecutivo del Capítulo Español de Transparencia Internacional.

- Mónica Oriol, economista, Presidenta del Circulo de Empresarios y de SECOT (Seniors Españoles para la Cooperación Técnica). Es Consejera de varias Compañías integradas en el IBEX 35. La primera O de su apellido es la  misma que la o del acronimado tren Talgo.


Me hubiera gustado tener escrito el texto de las conferencias, pero sólo está disponible el vídeo, es decir, la voz. Por añadidura, con la versión que me llega tengo dificultades para extraer contenidos. En fin, procuraré ser fiel a las ideas que se expresaron. En cualquier caso, el lector puede acceder al vídeo en cuestión que está colgado en el sitio web del IIE. Añadiré, para quienes no estén familiarizados con mi sitio web, que en este tipo de reseñas lo que pretendo destacar es aquello que el texto original me sugiere a mí, y que ahora irá en margen izquierdo amplio.

Asistí a la convocatoria con mucho interés porque pensé que el tema habría de tener bastante que ver con el crecimiento y sus límites que es tema de mi preocupación, y porque ya conocía de antes a los ponentes. A Antonio Garrigues, por una conferencia que dio en el ICAI sobre algo asociado a lo jurídico en el ámbito internacional, y a Mónica, porque la conozco desde mi último periodo como Senior de Secot. De ambos me quedo con su sencillez, claridad de ideas y brillantez expresiva.

Sí quisiera detallar algo sobre mi conocimiento de Mónica. Yo he sido senior de Secot durante los últimos 20 años habiendo editado la revista SECOTMADRID desde 2005 a 2011. Con ese motivo y antes de que Mónica fuera Presidenta de Secot, en 2008 publicamos la entrevista que mi amigo el senior Julio Rico le hizo. Es una entrevista modélica en sus dos vertientes: la periodística en la que destaca la sabiduría y sensibilidad de Julio al ejercer su profesión, y el poco común valor humano de una madre joven y jovencísima abuela que sabe de qué habla cuando, con toda naturalidad, sostiene que la mujer está capacitada para ofrecer servicios, ya sea en la empresa o en el hogar, porque tiene la experiencia de la maternidad que consiste precisamente en eso: en estar al servicio de los más débiles, los niños (tiene seis hijos y cuatro nietos).

En cuanto a mí, diré que en la misma revista SECOTMADRID, y en su nº de junio de 2010 publiqué el artículo titulado Del rey abajo, ninguno cuya tesis era que crecer, sólo lo necesario, y que crecer por sistema, a costa de lo que sea y para lo que sea, artificialmente y como panacea, resulta pernicioso. Como todo el mundo está de acuerdo en que crecer es imprescindible para crear empleo, y como el crecimiento indefinido es insostenible, la conclusión es que habrá que encontrar otra manera de emplearnos.



Carlos Javier Alia

Empezó el presentador con esta frase que últimamente hemos oído con frecuencia: No hay bastante pan para tanto chorizo. Incluso cosas mucho peores se han dicho de políticos, empresarios y personas diversas. Y, esto, a qué se debe? Es el resultado de la crisis? Ciertamente, pero hay algo más.

El comportamiento ético en las empresas no es lo suficientemente grande o fuerte. Pero, sobre todo, la raíz está en el concepto que de la ética tiene nuestra sociedad en la que se premia al pillo y que viene arrastrado desde la novela picaresca del Lazarillo de Tormes. Hasta un economista de prestigio decía el otro día en público: Si tú tuvieras que gobernar y tomar decisiones, también renunciarías a tus principios inquebrantables.

Mientras se siga pensando así no avanzaremos mucho. Es necesario que la sociedad reflexione sobre si es eso lo que realmente quiere o por el contrario preferiría que ese tipo de comportamiento que nos perjudica a todos, se penalice. Como dice el profesor Antonio Argandoña, se trata de una enfermedad social grave, contagiosa y que hace mucho daño a la confianza de los ciudadanos, en el Mercado, en el Estado y en la Política. La confianza sufre; probablemente no moriremos de corrupción, pero nos va a hacer muchísimo daño.

Y ¿qué papel pueden desempeñar las empresas dentro de esta regeneración que puede ser necesaria? Un papel importante; no es que tengan que ser puras e inocentes, pero sí que deben ser más transparentes. Han de recompensar los comportamientos éticos y penalizar aquellos que no lo sean, afectando desde el primero de sus ejecutivos hasta el último de sus empleados y colaboradores.

En una publicación reciente hemos podido leer que el 94 % de nuestros directivos ve factible e incluso adecuado que su empresa recurra a la corrupción. Estamos hablando de lo que piensan los directivos y los ejecutivos, cuando su papel es el más fundamental para que en sus empresas se implante la transparencia y el comportamiento ético.

Y no debe aceptarse la coartada que habitualmente se aduce: “Es que si no lo hacemos nosotros, lo va a hacer la competencia para perjuicio nuestro y consolidación de la generalizada corrupción”.

Lo que no se puede pretender es ir dando lecciones de comportamiento ético y al mismo tiempo ir incumpliendo sistemáticamente lo que vas diciendo. Hay que desterrar el tan famoso haz lo que yo diga pero no lo que yo haga. Si lo hacemos bien se podrá recuperar la confianza, tan necesaria hoy, en los gestores de las empresas, en las propias empresas y en la sociedad. Una confianza ganada con hechos, no con promesas vacías.

Para concluir esta breve reflexión, creo que nuestro futuro económico y social dependen de esto: sin un comportamiento ético no puede haber confianza; sin confianza no habrá inversión, y sin inversión, la situación económica puede ir a peor. De nosotros depende que se impulse o no; está todo en nuestras manos y creo que deberíamos aprovechar la ocasión.


Mónica Oriol

Justificó su presencia asociando el tema de la conferencia a lo que para ella significan SECOT y el Círculo de Empresarios, el primero surgido del segundo.

Los seniors de Secot proceden de la empresa una vez jubilados y aunque cuando los primeros dieron ese paso hace 25 años y entonces no se hablaba todavía de comportamiento ético, ellos ya lo practicaban porque acudieron, y siguen acudiendo a Secot para dar desinteresadamente su propia experiencia a los que se inician a la vida empresarial o tienen una idea de su propia empresa. Ellos procedían, pues, del mundo empresarial y estaban practicando el comportamiento ético sin hablar de ello.

Por su parte, el Círculo de Empresarios nació cuando en España no había fraguado una tradición industrial como la holandesa o la inglesa, por ejemplo, y siempre exceptuando a Cataluña y al País Vasco. Y nació con el propósito de fomentar la idea de que la Empresa es buena, que es el motor del crecimiento, y el creador de riqueza tan esencial para una economía en un país que empezaba a ver las luces de la democracia y que procedía de un intervencionismo dirigista muy fuerte en cualquier área.

Cuando Mónica habla de crecimiento en la empresa me salta el automático de mi sensibilidad por los límites de ese crecimiento tal como lo expresé antes al referirme a mi artículo Del rey abajo, ninguno. Y me trae el recuerdo de mi querido Jefe, Alfredo Giménez Cassina, cofundador del Círculo de Empresarios, y al que me referiré luego, que, asimismo me habló del inevitable crecimiento en la empresa. Es este del crecimiento, no sólo en la Empresa sino en todos los ámbitos, un tema que merece un estudio aparte y que aquí quedaría un tanto fuera de lugar.

Como ya he dicho antes, yo también he pertenecido a Secot. Creo que ahora será oportuno reproducir el @ de despedida que, a la sazón, dirigí a mis colegas.

DESPEDIDA

Dadas las fechas que nos acompañan (Diciembre de 2011) quisiera aprovechar la ocasión para despedirme de todos vosotros ya que he dejado SECOT el mes pasado y no quiero hacerlo a la chita callando.

Hace casi 20 años me vi envuelto en la organización del Congreso Mundial de Creatividad que se iba a celebrar en Madrid. Me acomodaron en el despacho del profesor de la UNED que sería el presidente del Congreso, y me puse a trabajar: Contacto animoso con Fundaciones, Universidades e Instituciones varias de todo el mundo, Embajadas y actividades diversas. La primera persona que se percató del entusiasmo puesto en juego fue la secretaria. Enseguida me enteré de que no había presupuesto para sellos de Correos tan caros (en aquel tiempo no existían aún los @). Para entonces ya me había dicho la amable secretaria: Usted lo que tiene que hacer es incorporarse a SECOT (yo desconocía qué podía ser aquello).

Y fue lo que hice en cuanto terminó el Congreso. Como me acababa de prejubilar, aquí vine, me acogisteis amablemente y empecé a trabajar en lo que había. Al paso me enteré de que SECOT lo había fundado, con otros, quien había sido mi muy apreciado Gerente: Alfredo Giménez Cassina.

Entonces no había emprendedurías, como ahora. Lo que había era gente trabajando que quería mejorar lo que hacía y nos pedía ayuda. Y a mí aquello me encantaba porque me permitía aportar lo que yo traía sin necesidad de meterme a emprendedor, que es cosa que no llevo en mis venas. Bueno, me explicaré: Yo admiro mucho a los emprendedores de negocios precisamente porque no sirvo para eso (ni tengo capacidad de riesgo ni me gusta jugar por dinero). Sí me he ejercitado, en cambio, en emprender cosas de carácter puramente humano o técnico que me han dado mucha satisfacción, precisamente porque pude comprobar después que también habían satisfecho a otros.

Ha pasado el tiempo y yo acabo de dar un salto huyendo hacia delante (ya os imagináis hacia dónde huimos los más viejos). Es momento para que quien aún no lo sois nos toméis el relevo: estáis en relación con la sociedad actual en las mismas condiciones en que yo lo estuve hace 20 años con la sociedad que me tocó en suerte. Hay que ser realistas. Y además tengo la fortuna de irme con la satisfacción de llevarme la compañía de vuestra amistad.

En cuanto a mi participación en la Revista de SECOT, ya le he dicho a Julio Rico que, si él quiere, puede contar conmigo para seguir como hasta ahora, aunque con la particularidad de hacerlo desde fuera.

Un fuerte abrazo para todos y mis deseos de una feliz Navidad y año 2012.

Naturalmente, mi recuerdo entrañable y agradecido a Inma y a Clara (besos, chicas!).

     Y ahora cambio de tercio. Como me consta que a algunos de vosotros os interesa el contenido de mi sitio web www.caprichos-ingenieros.com, ahí os adjunto el documento ACTUALIZACIÓN 2012.doc de dicho sitio con las modificaciones que he introducido para su 6ª edición de 2012.

Vale.


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