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TÍTULO del artículo: Francisco, el Papa que gusta a la izquierda.


AUTOR: Guy Sorman. Profesor francés de Economía y Filosofía, Escritor y cofundador de la ONG

Acción contra el Hambre. Es de origen judío.


MEDIO: Diario ABC, 4-1- 2015



El texto prácticamente completo del artículo está incluido en el presente escrito.


Como es mi costumbre, iré picoteando aquí y allí en el texto. Empezando por el título.

El autor se ha quedado corto: A quien gusta el Papa Francisco realmente es, sobre todo, a la derecha. Su amor a los pobres fascina a los fieles (que suelen ser de derechas) porque ya Cristo los amó tanto que los elevó a la categoría de bienaventurados. Sin los pobres, la Iglesia no habría llegado a ser lo que es. Son la mala conciencia de los demás y, como se sabe, la Iglesia administra las malas conciencias para otorgar la salvación eterna a quien se lo merece, que para eso tiene las llaves del Reino de los Cielos.

Si consultamos los barómetros mediáticos de la izquierda biempensante como “The new York Times”, “Le Monde”, o “El País”, Francisco es el Papa que esa tendencia esperaba. Basta con que mencione la pedofilia de los sacerdotes … y que cuestione el capitalismo, para que los editorialistas de esta izquierda más bien anticlerical alaben la clarividencia del Papa …

Lo de la izquierda biempensante es un decir: Proto Organization es accionista de Prisa (“El País”) y, según la Agencia Efe, el magnate mexicano Carlos Slim con el grupo italiano Proto se convertirán en los principales accionistas del diario estadounidense The New York Times. Así que el capitalismo impera como cabía esperar aunque pueda aparentar anticapitalismo cuando le conviene.

Todavía esperamos de Francisco unos gestos tan decisivos como los de sus predecesores. En cualquier caso no será en el ámbito de la disminución de la pobreza de masas.

La primera parte de esta afirmación puede que resulte muy significativa para Sorman, pero para la gente del común seguramente no lo sea tanto. Menciona como hito de excepción al Vaticano II que es recordado como el que resolvió decir la misa de frente en vez de celebrarla de espaldas. La liturgia es la especialidad de los Papas que son como Dios manda. Benedicto XVI la consideraba el reflejo en la tierra de la bienaventuranza inherente a la gloria celestial.


En cuanto a la segunda parte, sí estoy de acuerdo con su enunciado, pero no por las razones que luego desgrana nuestro articulista y que son éstas:

Los primeros indicios no son alentadores a juzgar por la multiplicación de las declaraciones del Papa contrarias a la economía de mercado. No nos sorprenden si recordamos su trayectoria: es un jesuita que cuando era obispo de Buenos Aires ya confundía la opción a favor de los pobres con la lucha contra el capitalismo. Era una ideología extendida entre todos los jesuitas de Iberoamérica próximos a la Teología de la Liberación y en guerra contra el Opus Dei que era procapitalista.

Primero, una observación inocente. Me llama la atención que en todo el artículo su autor no menciona el sintagma adjetival libre mercado: lo cambia por este otro sintagma nominal, economía de mercado. Parece que este último es más técnico, más respetable, más inmune a la agresiva demagogia antiliberal.


Segundo, estoy de acuerdo. Una vez muerto León XIII, ¿Ha muerto también la “doctrina social de la Iglesia”, la de la condena del socialismo y la insuficiencia del liberalismo? ¿O hay que optar por una de las dos cosas que no existían cuando la Rerum novarum es decir, por el Opus o por la teología de la liberación? ¿In dubio pro reo? Pues no, ¡Viva la ambigüedad!: en cada caso, ¡lo que convenga! Con la Iglesia ocurre lo mismo que decía antes en relación con los periódicos de izquierdas a propósito del capitalismo y del anticapitalismo.

Sin duda, las oligarquías locales pervirtieron, y siguen pervirtiendo el capitalismo en Iberoamérica, aunque eso no quita para que gracias a ese capitalismo y no al socialismo ni a los Gobiernos locales, cientos de millones de pobres en Brasil, en Chile o en Perú dejan de ser pobres. Dado que el Papa Francisco da prioridad a los pobres como enseñó Cristo, ¿no debería consagrar, en vez de denigrar, al único sistema económico, sin duda imperfecto, que reduce la pobreza de masas y que podemos llamar capitalismo popular?

Después volveré sobre este texto, pero antes expondré las razones que me hacen pensar que el Papa Francisco no desplegará gestos decisivos en el ámbito de la disminución de la pobreza de masas. Ya apuntaba en mi primer párrafo un argumento teológico que considero básico. Como apoyo al mismo voy a copiar un testimonio tremendamente espontáneo que he recibido de un joven muy afecto a los Jesuitas y que ha pasado con ellos una breve temporada en la India. He evitado todas las referencias personales y algunos datos irrelevantes. Pongo entre corchetes mis aportaciones cuando el texto original las requiere.

Escribo este email para quien le interese saber como están las cosas al Sur de la India (en Bijapur) y qué hago aquí.

- Día a día: Me encuentro en una ciudad llamada Bijapur en el estado de Karnataca. Me alojo en una de las residencias de los jesuitas, con 120 niños que no tienen otro lugar mejor donde vivir.

Esto tal vez resultará novedoso para Sorman, tan buen conocedor de la importante promoción que el capitalismo ha producido en Brasil, en Chile o en Perú (curiosamente no menciona a Argentina cuyo “Gran Chaco” lleno de problemas debía de estar en la agenda del entonces Arzobispo de Buenos Aires. Pero esto, será mejor dejarlo para verlo en relación con la reciente encíclica sobre ecología, del Papa Francisco).


A quien ciertamente no sonará a nuevo será, precisamente, al Papa que, además de serlo, es él mismo Jesuita y cabeza de la Orden.

La verdad es que vivimos bastante bien, los jesuitas tienen mucho dinero y me cuidan (y se cuidan) muy bien. Tenemos comida todos los días (4-5 platos para elegir en cada comida), tienen dos routers con conexión a internet, varios ordenadores, dos tv led (con canales de pago incluso); me han dado una habitación individual.

Nuestro día a día es levantarnos hacia las 6-7 (te despiertan los niños con sus voces por la mañana), ducharnos, desayunar (única comida no picante del día, generalmente), e ir hacia un colegio que tienen los jesuitas aquí con 900 alumnos a darles 3-4 clases de inglés (con algún que otro problema de comunicación porque algunos no entienden bien el inglés y yo no sé su lengua local: Kannada). Después volvemos a comer y descansamos un rato hasta ir otra vez al colegio para darles 2 horas de clase de ordenadores.

Finalmente volvemos y cenamos con todos los jesuitas que haya en ese momento en la residencia (en todo Bijapur son 12) y nos cuentan un poco la situación. Nos acostamos hacia las 10-11 tras estar con los niños/leer.

- Días festivos:

Los días de fiesta (que son muchos, dado que aquí celebran las fiestas de las 3 religiones predominantes: hindú, cristiana y musulmana) y los fines de semana, vamos a visitar el resto de sus obras sociales que tienen: orfanatos gestionados por monjas, barrios de slums (estrato más bajo) [área urbana muy densamente poblada por gente pobre que está marcada por la aglomeración, viviendas sucias y en mal estado, y desorganización social], la parroquia cristiana, etc. (aunque todavía no he visto mucho de los slums, a los que iré mañana). El resto de días me los organizo para poder visitar las zonas turísticas de los alrededores.

Una observación sociológico-lingüística: En español llamamos suburbio a lo que acabo de definir cómo slum (según el Webster), mientras que para los norteamericanos un suburbio es una urbanización elitista en las afueras de la ciudad.


Pero hay algo más llamativo. Tradicionalmente en la India no había slums dado lo generalizada que estaba la pobreza. Lo excepcional era vivir como un rajá. Y debajo de los pobres había sitio aún para los intocables, la casta más baja de todas.


Ahora deduzco por las palabras de mi joven amigo que ya no existen los intocables sino los slums puesto que aplica esa denominación indistintamente a las áreas suburbiales, y a las personas que las habitan.


Esto es una novedad consecuencia del desarrollo capitalista propio de una BRIC como la India. Baste ver las postales de Mumbay (otra novedad, el cambio de su nombre Bombay, el de siempre para los de fuera) con extensos slums en primer plano y rascacielos al fondo.