EL SONETO


ANTECEDENTES


Cuando en 1992 se publicó mi libro Calidad. Fiabilidad, la imprenta que lo hizo tuvo la gentileza de regalarme una edición limitada, para amigos, de mi colección de sonetos que a la sazón había terminado. Ahí quedó su difusión. Después seguí haciendo más, pero quedaron inéditos.


Aquel mismo año 92 publiqué en Anales de Mecánica y Electricidad un artículo que titulé Ingeniería, Poesía? Ingeniería, Poesía!! Su contenido está   en la raíz de lo que muestro ahora.


Al año siguiente, y en mi calidad de Vicepresidente del Comité de Inventiva y Creatividad del IIE, organicé en dicho Instituto uno de los que llamábamos Encuentros con la Innovación, precisamente bajo el título ¿Ingeniería, Poesía? En él me acompañaron mis dos amigos poetas, Álvaro Jiménez Casado, Ingeniero Industrial, y Luís Arrillaga, galardonado poeta.


En 1994 apareció el contenido de esa sesión en un Digesto que publicó el IIE agrupando lo tratado en 16 sesiones mantenidas a lo largo del tiempo por el Comité de Inventiva. Del Resumen que entonces hice, copio:


"Nos dice Luís Arrillaga que la poesía no necesita del poeta para existir, aunque sí para ser expresada. A la Ingeniería le pasa lo mismo: siendo ciencia aplicada con ingenio, está ahí, en la naturaleza, desde siempre; lo que hace el ingeniero es traerla a nuestro alcance."


Bien, pasa el tiempo, pongo aquellos sonetos en la primera edición de mi página Web, y mis compañeros en la Tertulia Arco Poético, Pepa Nieto, Soledad Cavero y Francisco de la Torre se sorprenden de verme metido en el jardín de los sonetos. No por nada, simplemente que no me imaginaban en esas andanzas. E inmediatamente me piden que prepare una sesión monográfica sobre el soneto, para nuestra tertulia.


Y lo hice con aquellos mimbres, y con otros que yo guardaba en reserva. Tendré que explicar ahora, porque de lo contrario mis lectores no llegarán a saberlo, que la sesión de la Tertulia Arco Poético terminó con la audición de la grabación de una selección de mis sonetos recitados por Francisco Valladares. Él mismo me aconsejó un acompañamiento musical "neutro", para lo cual nada mejor que unas piezas para guitarra de Fernando Sors que yo elegí de acuerdo con el contenido de cada poema.


EL SONETO


    A sonnet is a moment's monument,

    memorial from the soul eternity

    to one dead, deathless hour.


Dalí dijo una vez: "No me fío de un artista que no sepa conseguir la división áurea de un segmento".


Un segmento así dividido es fuente de belleza. La idea fue nada menos que de Euclides.


A este propósito hay que decir que el pentágono es una de las figuras geométricas de mayor importancia porque constituye el medio más práctico de conseguir aquella división que tanto interesaba a Dalí. También hay otras soluciones.


Tómese el segmento a dividir de manera que sea la diagonal de un pentágono regular convexo. Pues bien, el lado de ese pentágono y la diferencia entre diagonal y lado de dicho pentágono serán los dos subsegmentos que determinen la división áurea del segmento de partida (el que hemos tomado como diagonal del pentágono).


La consecuencia es que el subsegmento mayor obtenido es la media proporcional entre el segmento total y el otro subsegmento menor.


Esta división áurea se conoce también en geometría como "dividir un segmento en media y extrema razón".























Catorce versos dicen que es soneto, según Lope nos cuenta en el primer cuarteto del famoso soneto que le mandó hacer Violante.


Y uno se preguntará: ¿Qué tiene que ver tanto número y tanta geometría con el soneto? Y más aún, tendrá relación la ingeniería con la poesía?


Después volveré sobre la geometría del soneto, pero antes me interesa extenderme un poco sobre su ingeniería.


Por si no fuera suficiente asomarse a un diccionario de griego clásico para apreciar cuan próximos pueden estar los conceptos de ingeniería y poesía, traeré a la memoria lo que decía Julián Marías por el año 1975:


"La técnica no consiste en meras operaciones; tiene, por el contrario, ya directa, ya indirectamente, una función productiva: consiste en hacer, en producir medios o recursos. Es la poesis de los griegos: El resultado de la acción de construir un edificio o fabricar unos zapatos es la cosa que queda, el edificio o los zapatos. En cambio, el acto de tocar la flauta o de gobernar, se agota en la propia acción, por eso los griegos afirmaban que la teoría es la forma más excelsa de la práctica".


Podría decirse, pues, aunque solo sea de una manera analógica, que una obra poética es una obra de ingeniería. Ambas quedan, permanecen entre nosotros. La analogía es patente si consideramos todos estos ingredientes comunes a las dos.


* El ingenio. Sería una redundancia insistir en que la ingeniería precisa de ingenio. Tanto, al menos como la poesía. El Fénix de los Ingenios españoles fue llamado el más conocido y fecundo de nuestros poetas, Lope de Vega.


* La sensibilidad. Toda obra de ingeniería es pura creación o recreación, al menos. Y a este respecto me viene a la memoria lo que en cierta ocasión me comentaba otro académico, en este caso, Antonio Mingote: "Para crear o para recrear algo, hay que recrearse en ello". Este recrearse está asociado directamente a la sensibilidad. Aquí sí huelga insistir en la sensibilidad que precisa un poeta.


* Las leyes. Con estas leyes a las que me refiero ahora ocurre lo mismo que con las leyes que manejamos en la sociedad; las hay de primer rango, de segundo, de segundo orden, tercero, etc. y hay reglamentos.


Las grandes leyes de la ingeniería son las leyes físicas, las leyes de la naturaleza, y de ellas, pasando por otras elaboradas a partir de aquellas llegamos a leyes de detalle como pueden ser, p.e. las derivadas de un determinado lenguaje de programación. Cuando yo estudié el 4º curso de bachillerato, tratábamos muy seria y extensamente una asignatura denominada Preceptiva Literaria que excuso decir se refería ampliamente al arte poético.


* La búsqueda de la belleza. Alfredo G. Cassina, cuando era nuestro jefe solía decirnos que "todo proyecto que no entra por los ojos, no es un buen proyecto". Aquello, que se refería casi siempre a la ingeniería mecánica, era en realidad un atisbo de lo que hoy conocemos como persecución de la excelencia por medio de la Calidad Total. Y es que nuestros ojos, hechos para contemplar a la naturaleza están acostumbrados a su armonía y rechazan lo disconforme con ella. Un poeta lo sabe también: la naturaleza es asimismo cadenciosa y un verso que no entre con facilidad en el oído, no suele ser un buen verso.


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