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TÍTULO: El nuevo sendero de China.


AUTOR: Martin Feldstein. Profesor de Economía en la Universidad de Harvard.


Artículo publicado en el diario ABC el 26-5-13.





El autor trata de aclarar la tendencia de la economía china desde la opacidad que la cubre y a partir de ciertos signos visibles tales como los nombramientos de personajes ya conocidos y clave en la economía China desde  que Xi Jinping fue nombrado nuevo presidente.


La conclusión a que llega nuestro autor es que China está dispuesta a moderar su crecimiento, desde el enorme 10 % de las últimas décadas a un todavía muy grande crecimiento del PIB, del 7 %. Que aún sea muy grande quiere decir que con él, se duplicará el PIB en sólo 10 años.


Todo esto no es nuevo; ya se deducía de la conferencia del profesor Wang Fen que reseñé en su día (files/china.pdf), y de otra de Antonio Garrigues que asimismo llegó a añorar para España el decreciente crecimiento chino: “Con menos de la mitad de ese 7,5 % ya nos conformaríamos nosotros, dijo en plena crisis del 2007 en adelante.”


Lo que tampoco es nuevo es que los gurús de la Economía hablen de cifras de crecimiento sin despeinarse, es decir, sin hacer una mínima matización.


Lo que se ha visto en China es que un crecimiento creciente es no sólo irracional, sino insostenible, y que el crecimiento desde un bajo nivel de renta no sólo es bueno, sino deseable y alcanzable y que, cuando las necesidades razonables estén alcanzadas, habrá que parar de crecer.


Parece que ahora los chinos se encaminan a la fase de crecer menos para consumir más en la satisfacción de sus necesidades reales, lo que comporta ahorrar menos, que es algo de lo que se van a resentir los países ricos porque, en definitiva, esos ahorros chinos iban a financiar los lujos de los países ricos.


Porque el imprescindible crecimiento de estos consiste en eso: en que , por ejemplo, los ciudadanos americanos necesiten casas más grandes con salones más grandes en que poder acomodar grandes mesas de billar.


Como los economistas no matizan la diferencia entre consumo y consumismo, es hora de que lo hagamos los simples lectores de periódicos.


Los chinos han optado por compaginar el crecimiento que les conviene con la satisfacción de las necesidades de la gente durante tantos años insatisfechas.


Los países ricos, no; nosotros tenemos que seguir creciendo a toda costa para satisfacer nuestras necesidades de vivir todos (todos los ricos, claro) en urbanizaciones con campos de golf propio y, como nos debe sobrar tiempo y dinero, para poder usar un poquito y tirar con mucha frecuencia, haciendo uso de nuestra libertad.


Lo que van a hacer los chinos se llama consumo; lo otro, consumismo.


El crecimiento conduce al consumismo. El desarrollo, al consumo.


Lo que se deduce de todo esto es que China ha optado por crear una clase media allí inexistente. Es lo que en España se consiguió allá por los años 60 del pasado siglo. No es malo disponer de esa nueva y amplia clase media. Lo que sí es muy malo (y es perjudicial para el país) es consentir que la diferencia de clases sea crecientemente excesiva tal como ocurre en países como los EE.UU, Rusia y la propia China. Algunos prestigiosos profesores americanos ya lo vienen denunciando (desigualdad1.html).     


La sorpresa de última hora me viene de una reciente conferencia en el IIE donde se planteaba la siguiente tesis: Europa no tiene más remedio que apostar fuerte por la ciencia fundamental de la que se puedan derivar consecuencias tecnológicas prácticas. No tiene sentido competir en productividad (léase mano de obra barata) con los países emergentes.


La consecuencia es que la Unión Europea se ha embarcado con todas sus fuerzas en el proyecto “Cerebro humano”. Y se añadió: A China le está empezando a resultar cara su mano de obra y la está sustituyendo por la vietnamita. Así que en China, clase media, sí, ma non troppo!