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PROCESO, PROCES y DER PROZESS


Voy a ocuparme brevemente de esos tres sustantivos que empiezan por las tres mismas letras y que sin embargo son tan distintos y están tan distantes. Tienen además en común otro sustantivo importante: el sustantivo abogado. Espero que lo que voy a escribir sirva para que los checos sepan mejor lo que está pasando en Cataluña.


Lo que pasa en Cataluña es que,

… el Plan pujolista de los ochenta (del siglo XX) estaba intentando “construir” Cataluña como nación política …

Esto lo leemos en el libro CATALUÑA HOY. La ruptura de los puentes. Y ahora, ¿Cómo salimos de aquí? de Gaspar Ariño Ortiz, Catedrático de Derecho Administrativo que fue en la Universidad de Barcelona.


Ese Plan pujolista (Pujol fue presidente de la Comunidad Autónoma catalana durante 23 años consecutivos) ha ido desarrollándose sin cesar hasta convertirse en el PROCES (en catalán) de desconexión de dicha Comunidad Autónoma catalana, del Estado español, para constituirse en una República Catalana independiente.


El PROCESO es el que se sigue en el Tribunal Supremo de Justicia (Plaza villa de París, en Madrid) contra los 18 líderes independentistas acusados por causa del PROCES.


Me resulta muy llamativo que los abogados de la defensa, numerosos y bien instruidos, y sus amigos, que tildan El PROCESO de farsa política que  vulnera los derechos humanos, que judicializa la acción política, que crea de la nada unos presos políticos simplemente por ser honrados ciudadanos que aman pacíficamente sus ideas democráticas de independencia, y etc. etc, no lo hayan calificado todavía de kafkiano. Ello me hace pensar que los jueces llevan el proceso por buen camino.


Josef K. era un respetado ciudadano normal que un buen día es detenido por dos funcionarios sin recibir información del porqué de la detención ni del delito del que se le acusa. A partir de ese momento, el sujeto (y bien sujeto) deambuló largamente entre abogados, jueces, burócratas, intermediarios, legajos, informes, requisitorias, burocracia sin fin y sin sentido, etc. etc, en un clima de opresivo, desasosegante y angustioso silencio, cargado de soledad destructora.


La K del apellido del tal sujeto es la misma que la del autor de la novela en la que Josef es protagonista. Ya lo han adivinado. El autor es un abogado judío llamado Franz Kafka que escribió DER PROZESS (El Proceso, en español; publicado en 1925), una obra cumbre de la literatura universal del siglo XX.


El lector de estos tres últimos párrafos está invitado a releerlos y sacar conclusiones de ellos si la TV le ha dejado tiempo para tomar posiciones después de la pormenorizada e inacabable sucesión de detalles con que se ofrece el PROCESO a todo el mundo.


Yo no puedo presumir de haberme empapado televisariamente del proceso del PROCESO, pero sí me voy a detener en dos personajes clave a la sazón, y a pesar de lo poco que les he oído decir. Son Carmen Forcadell, Presidenta que fue del parlamento catalán (como acusada) y Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno de España (como testigo).


Según la primera, ella no tenía ninguna autoridad en el Parlamento. La autoridad residía en el pueblo de Cataluña y, por representación,  en los diputados del Parlamento y, por tanto, en la Mesa del Parlamento que los representaba. Ella se limitaba a tramitar cosas y a hacer caso del Reglamento del Parlamento y por tanto del mandato del Estatuto de Autonomía catalán. Por consiguiente, estaba libre de culpa, en el caso de que pudiera haberla.


Además tardó un suspiro en resaltar que como el dictamen en contra que emitió el Consejo de Garantías Estatutarias no era vinculante, no le afectaba, y no hubo más.


No es ella la única a la que he oído pronunciarse igualmente en relación con esa vinculancia, pero copio lo que he encontrado en el Estatuto de Autonomía de Cataluña: