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LINDEZAS 23-2


La guerra del Pacífico se la ganó el General MacArthur al Almirante Tojo. Y a todo esto, ¿Quién era el pacífico ése?


¿Se han fijado vosotros ustedes que ahora las cosas son cada vez más pequeñas y sus embalajes cada vez más grandes?


Ch. era un excelente mecánico, pero con sus limitaciones. Como le dieras unas instrucciones escritas, la cosa podía complicarse.

- Pero Ch., si ya se decía eso en las instrucciones!

- Mire, yo no puedo con esos papeles que tienen más letras que una botella de agua mineral …


Antes, las cosas estaban claras, bien definidas y todo el mundo sabía a qué atenerse. Por ejemplo, era muy corriente jugar partidos de fútbol entre solteros y casados. Hoy, eso sería impensable.


Parece que la ley antitabaco ha resultado contraproducente: Las aceras, al pie de las oficinas, se ven cada vez más llenas de gentes que pasan animadamente el rato mientras fuman. Con estas facilidades para pasarlo bien, mucha gente ha empezado a fumar.


Sabido es que en conexiones eléctricas, el español encendido/apagado es en inglés in/out y en alemán ein/aus. Los primeros españoles que fueron a trabajar a Alemania lo aprendieron enseguida. Ein = eincendido. Aus = a uscuras.


Cuando Quevedo estuvo en la Torre de Juan Abad tuvo problemas con los lugareños. Pleiteaba con uno que le dijo: Soy capaz de vender a mis hijos con tal de  sacar adelante este pleito. Y Quevedo respondió: No me parece mal que vendas a tus hijos, pero no se te ocurra decir que son tuyos porque no te darán ni blanca por ellos. (Vida de D. Francisco de Quevedo y Villegas, por Pablo Antonio de Tarsia, 1663).


Otra de Quevedo, y de la misma fuente. Sabemos que el genial Quevedo era estevado, de pies deformes y cojo de uno. Solía vestirse de largo para disimular. Estando en casa de unas damas para oírlas cantar se distrajo y dejó un pie a la vista. Las damas se reían diciéndose: con mal pie hemos entrado! Al reparar la mofa, Quevedo replicó: Yo les prometo, señoras, que otro hay peor en el corro. Las damas y quienes lo oyeron empezaron a mirarse entre sí buscando un nuevo cojo. Cuando ya los tuvo bastante mosqueados, Quevedo se destapó el hábito (de Santiago) y desveló el pie más malo, el que ocultaba.


Y otro: Quevedo lo pasó muy mal, preso en el convento de S. Marcos de León. Pero alguna vez los frailes le convidaban a comer con ellos. En una de estas ocasiones la espléndida comida contenía un plato que Quevedo alabó mucho repitiendo varias veces: valiente, bravo, valiente plato. El prior no entendía nada y pidió a Quevedo que aclarara en que consistía el valor del plato. En que  no tiene nada de gallina, fue la respuesta.


Y uno más (en EL Rey se divierte, de José Deleito). Iba Quevedo en el séquito de Felipe IV en un viaje a Andalucía que resultó lleno de peripecias por el mal tiempo. Volcó el coche donde iba con otros cinco. Uno se descalabró y él pudo salir por el techo. El cochero aseguraba que no le había pasado tal en su vida. Yo le dije (relata el propio Quevedo): “Vuestra merced lo ha volcado tan bien, que parece lo haya hecho muchas veces”.


En el hemisferio sur no se ve la estrella polar, pero existe.


Conferencia. El Diccionario de la Academia tiene dos acepciones que no muestran nexo alguno: Disertación en público, y comunicación telefónica. La Era del Conocimiento en que nos hemos metido nos explicita ese nexo. Ambas ya son exactamente lo mismo: Un vaso de agua para el conferenciante, y la clásica botella de agua mineral para el comunicador móvil-telefónico. Lo de las disertaciones en público es palmario.


¡Aquellos campos de golf tan extensos, tan abiertos …! Siempre terminaba yo en alguno cuando paseaba la gloriosa primavera de las Midlands. Pero ay! Primero vino el minigolf de las miniurbanizaciones. Luego, las urbanizaciones, para aprovechar el menor retal de terreno que no da para un chalé, tiran una malla a lo alto, y hala!, a jugar al golf.

Telefónica está considerando seriamente utilizar las cabinas telefónicas que los móviles condenan al desuso, para convertirlas en campos de golf.


Cursos de electricidad para obstétricos: Las parteras ya no cortan hoy el cordón umbilical como siempre. Tienen que asegurarse de que los cables que salen de los oídos de los recién nacidos se conectan debidamente a un IPOD.


Viejo anuncio inglés de fajas de señora: Gather unto you everything that´s yours (Recoja hacia usted todo lo que es suyo).


Ostentaba un vistoso escote sólo por mostrar que tenía simetría bilateral.


La única Institución que vela eficazmente por la unidad de España es (sin que lo diga ni ella ni la Constitución), la Liga de Futbol Profesional.


El químico que toca un violín de menor valencia produce sonidos armoniosos, mientras que si el violín es de valencia alta sonará armónico.


Modoso: que viste a la moda con la valencia menor (acude a Zara).

Módico: quien haciendo caso a los de la propaganda cree vestir a precio bajo pero con la valencia superior. ¡Ojo, que no te engañen!


En el último DNI que me ha expedido la Policía se me exige renovarlo dentro de 8.000 años (en números redondos). Ya he dado instrucciones a mi abogado para que eventualmente inicie una querella criminal contra el Ministerio del Interior en caso de que yo no pueda cumplir con mi obligación.


Campaña de transporte público en la gran ciudad. Para evitar los grandes atascos hay que dejar el automóvil y viajar en metro. El coche es para otra cosa (para dos, realmente): para que de él vivan los que lo fabrican y venden, y para que los demás disfrutemos de los atascos vacacionales.


Ya verán cómo va a disminuir la población de la gran ciudad cuando todos sus habitantes viajen en metro. Entonces vendrá el gran oso hormiguero y meterá su larga y tortuosa lengua, ya saben por dónde. Cualquier día de estos nos lo cuenta Spielberg.


Lo alfabético está en la Sierra de Cazorla y lo omegabético en Sanlúcar de Barrameda.


Estaba tan apegado a su portátil que cuando se murió lo tuvieron que llevar al cementerio sentado en el pescante del carruaje fúnebre.


Al comienzo de sus investigaciones, el inspector Poirot (belga, que no francés) pregunta a una de las presentes si conoce a otra compañera de viaje, una tal Salomé …  Sí, claro, respondió la vieja de mal carácter (Bette Davis); es la que le cortó la cabeza a uno de la Biblia. (“Muerte en el Nilo”, 1978).