QUIÉN hay detrás

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TÍTULO: Maldito karma.

AUTOR: David Safier.

Booket, 315 páginas.


Acabo de leer este libro que me regaló mi hijo para que me divirtiera tanto como él. Ya he visto que arrastraba fama de divertido, no obstante lo cual indagué para ver con quien me iba a jugar los cuartos: Se trataba de un joven autor alemán de origen judío y antecedentes de guionista televisivo. No parece que ello justificara mucho entusiasmo al respecto. Pero nunca se sabe, porque Freud deja en sus Obras Completas una honda y divertida huella con un serio análisis de chistes de judíos.


El libro está bien contado, con agilidad e ingenio y, por qué no reconocerlo, con sus puntas de humor. Pero todo ello no ha sido suficiente para que me interese. Se trata de una sucesión de re-encarnaciones de personas en animales y en seres humanos que se configuran entorno a un amor materno-filial hacia una hija desenraizada.


Un fondo demasiado serio para digerirlo en un envoltorio frívolo hecho de gracietas, traiciones, deslealtades, infidelidades, desestructuración familiar y todas las malicias que se puedan imaginar hoy en día. Eso sí, todo adobado con buen rollo y mucho, salvaje y muy gratificante sexo pasajero.


Hay que tener en cuenta que yo estoy encarnado (no me consta que esté re-encarnado) desde hace más de 82 años y eso condiciona mucho. Tanto, por lo menos, como las encarnaciones que hoy vemos por la calle o en la televisión. El autor lo sabe y por eso hace aparecer, re-encarnado, a Casanova, el play boy del siglo XVIII, seguramente para que no se sienta sólo el play boy de la televisión del siglo XXI que ejerce como tal  repartiendo su aroma sexual entre todas las titis que lo acosan.


Así pues, aunque el libro no llegue a convertirse en un modelo literario, seguramente podrá ser objeto de consulta dentro de algún tiempo por los sociólogos que quieran saber cómo se comportaba la gente en un país avanzado durante el primer cuarto del siglo XXI.


Una cosa que si quiero señalar es que, de no ser por la solapa del libro que nos muestra al autor-hombre, yo hubiera pensado en una mujer como autora: tal es el dominio, el conocimiento que se filtra en el texto, de las esencias, martingalas y devaneos de la condición femenina; particularmente en lo tocante a la actividad sexual.