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También es de rigor constatar la siguiente circunstancia. Los Institutos para la Ingeniería Innovadora, aparte de crear nuevos puestos de trabajo asociados a la I+D, descubren uno que le sale gratis a la Administración: es el Ingeniero Innovador que resulta ser el investigador principal en cada actuación.

Desarrollemos la estructura del III en relación con sus funciones. El Gerente, aparte de ser su responsable tendrá que decidir quien habrá de ser el juzgador en cada caso, para lo cual tendrá que apoyarse en su OTRI/OTT que a su vez debe conocer muy bien las personas, instituciones y actividades relacionadas con la I+D en los Organismos Públicos de Investigación (OPIs) de dentro y fuera de su CA, así como de científicos y técnicos relevantes en la esfera privada. El Juzgador se materializará en el Comité Científico-Técnico del que ya se ha tratado antes.

Con el VºBº de este Comité ya se puede iniciar la actuación del Taller de Innovación que a su vez podrá llevarse a efecto total o parcialmente en dicho Taller, y casi siempre con el apoyo de la OTRI/OTT que allanará el camino buscando fuera los recursos apropiados cuando sea necesario. Aquí se pone de manifiesto una vez más el papel esencial de la OTRI /OTT. En cualquier caso, el responsable último de la intervención será el Taller de Innovación que tendrá como interlocutor al Ingeniero inventor o innovador.

Cualquiera con experiencia en I+D sabe que la gestión de esa actividad es muy particular y no es lugar éste para describirla; pero sí conviene, al crearse de nueva planta el III, dejar claro que el Gerente ha de tener la gran habilidad de hacer compatible un trabajo programado en grueso con los vaivenes propios de la mezcla que se produce cuando hay que compaginar la Investigación y el Desarrollo.

Sin más explicaciones de detalle queda claro que la figura del Facilitador que antes se apuntó está asumida por la composición de Taller de Innovación y OTRI/OTT.

A estas alturas vamos a dar por terminado con éxito el trabajo del III. El ingeniero inventor o innovador, que ha participado activamente en todo el proceso, también está conforme con el resultado. ¿Qué hacer a continuación?

Para que no haya incertidumbre sobre ello, habrá que haber hecho algo en el principio que, por no hacer farragosa la descripción, se omitió en su lugar.

Al tiempo que el Ingeniero Innovador presentaba su memoria, el III (su contraparte), le ofrecía un contrato de colaboración en el que quedaba asentado el proceso que había de seguirse (el ya descrito), y lo que vendría después. Esto es, en esencia, que el III por medio de su OTRI/OTT patentaría a nombre y por cuenta de ellas, el resultado del trabajo; que el propio III  a través de su OTRI, se ocuparía de ceder la patente en el mercado de la Innovación; y que el resultado económico de esa cesión, unas regalías en definitiva, se repartirán al 50 % entre las dos partes, III e Ingeniero Innovador. Cualquiera que haya escrito un libro sabe que lo que se plantea aquí es mucho más ventajoso para el ingeniero inventor o innovador que el trato de un autor con sus editores.

Con esto se cumple además la exigencia que viene impuesta al III: Convertir en riqueza el conocimiento en beneficio de la sociedad consumidora (ver el cuadro inicial).

A propósito de ese cuadro, será oportuno decir que la Empresa que toma el proyecto en régimen de regalía tendrá que hacer, a su vez, su propio desarrollo, no investigativo, que éste ya se hizo, sino industrial, para adaptar el producto a sus propios medios de producción y al mercado. Lo cual avala la tesis sostenida al principio, de que la acción de Desarrollo tiene naturaleza propia y no necesariamente ha de ir ligada a la de Investigación.

Conviene ahora hacer la aclaración que se insinuaba al describir el primer contacto del ingeniero inventor o innovador con el III. Como ya se dijo, nuestro ingeniero es un tipo singular: alguien que no se limita a tener ideas en el ámbito de su especialidad; las puede tener sobre cualquier otra sin que necesariamente esté capacitado para desarrollarlas. De ahí la necesidad de que el III pueda contar con los especialistas necesarios en las condiciones ya explicadas. Y su Gerente debe saber que cuanto más valor añadido incorpore a la idea, mayor será el beneficio que obtendrá al negociar regalías. No es lo mismo vender algo a una oficina de ingeniería que ha de hacer mucho cálculo sobre ello, que ofrecerlo con cálculos ya hechos, a una empresa constructora, por poner un ejemplo. En ese punto de equilibrio deben estar de acuerdo el Gerente del III y el ingeniero inventor o innovador.


ACLARACIONES

CA: Comunidad Autónoma.

CCAA: Comunidades Autónomas.

CPI: Centro Público de Investigación.

I+D+I: Investigación, Desarrollo e Innovación.

ICO: Instituto de Crédito Oficial.

II: ingeniero inventor o innovador.

IIE: Instituto de la Ingeniería de España.

III: Instituto para la Ingeniería Innovadora.

OPI: Organismo Público de Investigación.

OTRI/OTT: Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación / Oficina de Transferencia de Tecnología.

PRICIT: Plan Regional de Investigación Científica y Tecnológica.

T de I: Taller de Innovación.



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