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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Pgs. 1    2     

Sorprende a primera vista que para tratar de la pobreza y los pobres, no haya elegido el Papa la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro. Tal vez sea porque ésta resultara poco políticamente correcta; no lo sé. Lo que sí está claro, es que en la parábola del buen samaritano no aparece ningún pobre. Ni el herido, que llevaba de todo (de no ser así, no habría atraído a unos ladrones), ni el samaritano (tenía su propia cabalgadura y, al menos,  dos monedas de plata), ni los ladrones que ya eran dueños de lo robado. Hay que suponer que ni el levita, adscrito al servicio del templo, ni el sacerdote, de más categoría que el otro, eran pobres.


Entonces, ¿cual es aliciente que ha movido al Papa a elegir la parábola del buen samaritano? En mi opinión, un motivo de transferencia [resultado de extender o trasladar el significado de una voz a un sentido figurado (D.L.E.)]: La voz pobre se transforma en el comodín para muchas cosas. Pondré algunos ejemplos.


En san Lucas (6,20) leemos: Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.

Esto mismo leído en el catecismo del jesuita y teólogo P. Astete (1537-1601), dice: Bienaventurados los pobres de Espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos.


El coadjutor de mi parroquia, un agustino, nos rezaba así el Credo: Creo en Dios Padre todo bondadoso … No fuera a pensar alguien que al ser Dios todopoderoso pudiera machacar a los pobres.


La guinda teológica la ponía el párroco, también agustino, que nos enseñaba que la virginidad de María consistía en que era pobre … Cuando tenía que referirse a los pobres siempre los acompañaba del sinónimo (¿) “pequeños”.


Estas consideraciones sobre el concepto de transferencia me llevan al Capítulo 5º de la encíclica.

El desprecio de los débiles puede esconderse en formas populistas, que los utilizan demagógicamente para sus fines, o en formas liberales al servicio de los intereses económicos de los poderosos.

Como estoy de acuerdo con las dos variantes, me voy a detener sólo en la primera forma populista que

deriva en insano populismo cuando se convierte en la habilidad de alguien para cautivar en orden a instrumentalizar políticamente la cultura del pueblo, con cualquier signo ideológico, al servicio de su provecho personal y de su perpetuación en el poder… Esto se agrava cuando se convierte …en un avasallamiento de las instituciones y de la legalidad.

Ya tenemos, 2011, al pobre pueblo cabreado de Mayo, en la Puerta del Sol de Madrid con un jefe que les promete conquistar el cielo, y no por consenso precisamente. Los pobres cabreados entendieron que el jefe no les pedía dinero porque sabe que no lo tienen; les pedía sus votos, que con esos votos él conseguiría el dinero de todos los españoles en forma de impuestos, que le pagarían un sueldazo para subvenir al costo y gastos de su nueva mansión desde la que él los redimiría a todos, cabreados y pobres.


Es decir, primero hace falta una masa crítica de pobres; si no existe, hay que crearla; después se requiere un redentor de la pobreza y, para que se pueda perpetuar el poder de redención, hay que mantener unas instituciones y una legalidad.


Fundido en blanco y un poco de cronología.


1 –1284 aC (circa).- Según la Tradición, Moisés escribe el Génesis.

2 –57 dC.- San Pablo escribe su Epístola a los romanos.

3 –354- 430.- San Agustín, obispo de Hipona (Cartago) y, Padre y Doctor de la Iglesia, se apoya en san Pablo.

4 –397 dC.- Concilio de Cartago.

5 –1503-1513 dC.- Su Santidad El Papa Julio II, el de los seis anillos según Rafael Sanzio, funda la actual basílica de san Pedro.

6 –1515 dC (circa).- En Alemania se venden indulgencias para construir en Roma la Basílica de san Pedro.

7 –1546 dC.- Miguel Ángel construye la cúpula de la basílica vaticana.

8 –1545-1563 dC.- Concilio de Trento.


1 – 2, 7- 23 Según el Génesis: Creación del hombre y del Paraíso. Prohibición de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Creación de la mujer.

1 – 3, 1- 24 Tentación (engaño de la serpiente; no moriréis). Comieron (pecaron). Dios maldijo a la serpiente (pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer y entre tu linaje y el suyo)* y a nuestros primeros padres; a la mujer: parirás con dolor los hijos; al hombre: polvo eres y al polvo volverás (la muerte). Y los expulsó del Edén.


* En este paréntesis se funda la victoria de Jesucristo sobre Satanás (La primera promesa de redención, según mi Biblia) (?).


2 – 5, 15 …si por la transgresión (el pecado) de uno solo mueren muchos, mucho más la gracia de Dios y el don gratuito consistente en la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se difundirá copiosamente sobre muchos.


Un comentario de humor negro: ¡Pues menos mal que Adán pecó, porque si no, ahora no cabríamos todos en el Mundo!


Hay que suponer que lo de la muerte de los hombres y lo de los partos con dolor no forma parte de la Revelación. En tiempos de Moisés ya había constancia clara de que eso sucedía e iba a seguir sucediendo.


3 / 4 – El Concilio de Cartago declara como libros canónicos al Génesis y a la Epístola de san Pablo a los romanos (y al resto de la Biblia). Es decir, ambos textos son Libros Canónicos, o sea, portadores de la Verdad, de la divina Revelación (Inspirados por Dios).


8 – El Concilio de Trento ratifica al de Cartago. Con ello, ya tenemos la masa crítica: todos los pobres pecadores que nacen en el mundo. Luego, el Papa será el redentor-delegado de Jesucristo, el auténtico Redentor  de ese género humano que nace en pecado. Según Mt 16, 18-19 Él dice a san Pedro: Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos.


5 / 6 / 7 – Bueno, ahí ocurren algunas cosillas pero, lo importante es que hoy, Su Santidad el Papa Francisco, heredero de san Pedro y Vicario de Cristo en la Tierra, alejado de la hermosa cúpula de san Pedro y habitando en San Juan de Letrán, nos dedica la prédica de esta Encíclica.


Lo que queda claro es que no necesitamos de la Revelación para saber de la muerte. Miren el diálogo de estos dos sabios: