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DURAN


Título: EL RIESGO DE LA VERDAD


Autor: Josep Antoni Durán Lleida. Abogado. Último Presidente de su partido Unión Democrática de Cataluña, cuando se disolvió (2017).


Edita: Planeta, 2019 (559 páginas).




He empezado a leerlo y, ya por la página 34, creo que puedo comenzar a escribirlo; más que nada, para que no se olviden cosas, pues hay muchas páginas por delante. Diré en primer lugar que es una satisfacción poder leer algo escrito ahora en Cataluña con mesura, equilibrio y buena letra.


Me sorprende que este autor, tan involucrado en la política catalana desde 1974, y más recientemente en la española, no deje apenas constancia de su inevitable experiencia en contacto con Jordi Pujol y Soley (en adelante, Pujol). Mirando después el Índice Onomástico descubro que esto cambiará más tarde porque en dicho índice sí que aparecen muchísimas citas sobre él. En la página 21 leemos:

El presidente Jordi Pujol me había dicho, en más de una ocasión, que Miquel Roca y yo éramos animales políticos y que él era otra cosa. No creo que fuera exactamente así ni, sobre todo, que lo pensara de verdad. Pero nunca me ha sabido mal que me consideraran un buen profesional de la política.

Este párrafo resulta, para mí, un gran resumidor de muchas cosas. Pujol afirmaba que era otra cosa distinta de un animal político. Seguramente es que había leído a Freud que decía de alguien bien conocido por él que lo que le pasaba a ése es que tenía problemas con sus cuatro talones de Aquiles. Así pues, ¡mucho cuidado con los animales políticos!


Entonces, ¿Qué es lo que era Pujol? Nos lo dice Durán: Un mentiroso; el que dice lo contrario de lo que piensa de verdad. Y uno, que ha oído decir siempre de Pujol que era un hombre de estado, pero que ha visto su comportamiento y consecuencias, ya hace que llegó a la conclusión de que lo que pasa con Pujol es, sin duda, que se trata de un personaje astuto (hábil para engañar).


El párrafo delata asimismo la doble ingenuidad de Durán: Primero confunde el elogio de ser considerado un animal político con el hecho de ser un buen profesional de la política, y en segundo lugar, resulta que le encanta ser engañado por un mentiroso.


Pero hay otro tipo de ingenuidad en Durán,  página 27:

Los que hemos sido formados en el humanismo cristiano y el personalismo comunitario … no podemos hacer otra cosa más que lamentar profundamente declaraciones como ésas.

Se refiere a que Nuria Gispert, presidenta a la sazón del Parlamento catalán, animaba a la andaluza Inés Arrimadas a que se fuera a casa (a su tierra, quería decir).


Lo cristiano tiene mucho predicamento en la cuestión catalana actual. No hay más que recordar a Oriol Junqueras, lloroso encarcelado protestando lo bueno que es y cómo va a misa. Y no digamos ya, a la conferencia episcopal catalana (no reconocida por la Santa Sede) con párrocos escondiendo urnas ilegales en sacristías …


En todo caso, en cuestión de lo cristiano, Pujol gana por goleada a Durán: Tiene su propio oratorio en casa. Menos mal que lo que nos cuenta Durán ahora coincide con su retirada de la política, víctima acosada por los independentistas. Si no, es probable que la misma Nuria Gispert (de su propio partido) hubiera terminado por mandarlo a él, también a casa, a Aragón, de donde procede (es de Huesca).


Durán decía antes que lo de animales políticos con los que Pujol adornaba a Roca y a él, “no creo que fuera exactamente así”. Tiene razón. Pujol seguramente quería llamarlos “bestias negras”.


Roca, el padre de la Constitución Española por Minoría Catalana que incluía el partido de Pujol (Convergencia Democrática de Cataluña) consiguió que dicha Constitución fuera aprobada en referéndum (1978), por el 90,5 % del pueblo catalán. La misma Constitución que los sucesivos secuaces de Pujol, al día de hoy, han vulnerado repetidamente añadiendo al delito la cobardía de dejar en la estacada a otros colegas independentistas. Que yo sepa, Roca no ha mudado su conducta desde 1978 hasta 2019. Pero Pujol, el que es otra cosa, ha dejado clara su habilidad para engañar a los catalanes como el personaje astuto taimado que es.


La otra bestia negra, Durán, a la vista de lo visto, fue una víctima más de Pujol. Éste lo acoge al principio, lo confedera (desde 2001 hasta 2014 ejerció de secretario general de CiU–Convergencia y Unión-), le da poder (Durán había sido Consejero de Gobernación y Relaciones Institucionales de la Generalidad de Cataluña hasta 2001). Y, cuando ya lo tiene bien macerado, le envía en tromba a sus huestes para que, con ayuda del colon irritable de la víctima, hacerlo saltar por los aires: De pronto, y sin que nadie sospechara lo que estaba pasando, la mitad de la militancia de Unión Democrática de Cataluña, era independentista.


En aval de lo que acabo de decir, miren lo que se lee, también en la página 27: