PLEGADOS CURVOS

Tía Enchi era una mujer encantadora que había sido profesora de labores de mi madre en la Escuela Normal de Soria. Excelente profesora, inculcó en mi madre su, no digo ya afición, sino orgullo y pasión por las labores que ella, a su vez transmitió a sus alumnas de Noviercas.

Era la tía de mi amigo Carmelo Araíz y, como no tenía hijos, consentía al sobrino y a nosotros, sus amigos, todo lo que, dentro de un orden, se nos ocurriera. Dejó a nuestra disposición el último de los tres pisos de su estrecha casa. Digo, con motivo, que era buena profesora porque entre unas cosas y otras y siempre con absoluta libertad, nos enseñaba dibujo, marquetería, pirograbado, repujado en cuero y serigrafía.

De ella me estoy acordando mientras escribo esto, porque este manejo que me traigo y que tan atractivo me resulta, de los plegados curvos sobre papel, me trae a la memoria aquéllos repujados que hice entonces, de chaval, para fabricarme una cartera de bolsillo.

Esta mi inclinación por el plegado curvo es sólo por llevar la contraria a los papiroflectas que hacen auténticas maravillas a base de plegados rectos. Añadiré que nunca he empleado papeles especiales ni técnicas de humectación. He aquí cinco ejemplares. En el primero, todo es curvo con mínimas excepciones. Recordaré que las nueve primeras figuras están hechas flexando papel, que no plegándolo.


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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Pgs. 1    2    3

¡Viva la teja árabe, lo sigmoideo y la docilidad del papel!

PLEGADOS PLANOS

Descontada la apoyatura del cilindro, todo lo demás son planos.


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