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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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EL REY EN THULE

(Schubert, Listz)

1


Había un rey en Thule

que hasta la tumba amó,

su amada al ver que muere

un vaso de oro le dio.


No lo olvidaba jamás,

lo apuraba en cada orgía;

sus ojos se iban detrás

cada vez que de él bebía.


4


En el banquete real,

los caballeros vecinos,

en la alta sala ancestral,

en el castillo marino,



Lo vio caerse, beber,

y hundirse al fondo del mar.

Cayeron los párpados de él,

no bebió una gota más.



EL REY DE THULE


1


En Thule había un rey

que amó a su amada

hasta la tumba.

Viéndolo a la muerte

le dio un vaso de oro.


Nunca lo olvidó:

Lo apuraba en cada orgía.

Los ojos se le iban

tras su recuerdo

cada vez que de él bebía.


4


En el banquete real,

los caballeros vecinos

en la alta sala están,

de su castillo marino.

                             …

Lo vio vaciarse, caer

y hundirse en el mar.

Cerró los párpados él,

no bebió una gota más.


AMOR SIN CALMA


Contra lluvia leve,

contra viento y nieve.

En vapor de abismo,

por nimbos de niebla,

continuo, continuo,

sin calma, no cesa.


Prefiero penando

pasarla sufrida,

que soportar tantos

placeres de vida.

Todo inclinarse

de dos corazones

cómo es crearse

propias aflicciones.


¿Cómo escapar?

¿El bosque buscar?

¡Inútil partida!

¡Corona de vida,

dicha en inquietud,

amor, eres tú!


AMOR PORFIADO


Como lluvia que no cesa,

como cellisca imparable,

en el abismo o en las cumbres,

sigue, sigue sin tregua.


Prefiero pasar la vida sufriendo

a vivirla gozando placeres.

Todo uno es abrazarse dos

corazones

y empezar sus aflicciones,


¿Cómo escapar?

¿Huir hacia el bosque?

¡Inútil sería!

¡Corona de vida

y dicha en inquietud! …

Amor, eso eres tú!



A LA LUNA

(Schubert)


Llenas de nuevo el lindo valle

de brillo de niebla,

silente, liberar de nuevo sabes

mi alma entera.


Sobre mi campo esparces,

tal el ojo querido,

tu sedante mirada suave

sobre mi destino,

que conoces bien agitado.

Al corazón en llamas

lo tenéis junto al río encantado

como un fantasma,


cuando en la noche invernal

de muerte se crece

y en el esplendor primaveral

los capullos mece.


Bendita quien se aparta del mundo

y no odia,

tiene un hombre junto al pecho suyo

y con él goza

lo que, ignorado, o en desprecio

de los hombres,

por el laberinto del pecho

pasa en la noche.



A LA LUNA



Otra vez llenas el lindo valle

con el brillo de la niebla.

Silenciosa, sabes cómo infundir

en plenitud, libertad a mi alma.


Me colmas

con tu cálida mirada

que sosiega mi agitado destino.

Así, mi corazón en llamas,

encantado como un fantasma,

acude sereno junto al río,

tanto si la  muerte se agiganta

en la noche invernal,

como si los capullos de primavera

anuncian su esplendor.


Bendita tú que, apartada del mundo

no odias y siempre tienes a un hombre

junto a tu pecho

para gozar con él de la noche,

ignorando la existencia

del resto de los humanos.



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