- Bijapur:

La pobreza es muy grande aquí, los equipamientos de las ciudades son prácticamente nulos (no tienen recogida de basuras, la queman...; los cerdos, perros, vacas y cabras campan a sus anchas por la ciudad alimentándose de toda esa basura mientras los slums buscan en ella intentando encontrar algo útil...) y el número de "slums" (la casta más baja de la India) es muy alto, y son los más perjudicados de todos ya que la mayoría no tienen ni un techo donde refugiarse.

Tienen algunas vías principales asfaltadas (generalmente son de tierra), pero hay demasiados vehículos (motos, tuktuk, camiones y autobuses) que las congestionan completamente. Las personas también caminan por la calzada (no hay prácticamente aceras) y es una locura, conducen como locos (peor que los italianos) todo el rato pitando y no sé cómo no me han atropellado todavía... Además es bastante incómodo porque respiras todo el aire contaminado mezclado con el polvo.

El transporte a gran distancia (autobús, tren y avión) es un tema a parte, ya contaré mejor en persona pero se encuentra muy saturado, no da abasto. Y eso que todavía solo he probado el autobús que se satura menos que los famosos trenes indios (los cuales probaré en la última semana de viajes).

Prácticamente no he salido por la noche, por lo que no sé cómo es el alumbrado (parece bastante pobre, todo el cableado va colgado de casa en casa).

Las diferencias sociales son muy grandes aquí, hay unos pocos ricos, la mayoría son pobres (que desempeñan oficios como herreros, carpinteros, vendedores de diferentes comidas, etc.), los hay muy pobres (que piden por las calles y generalmente están tullidos) y finalmente están los slums (los cuales son completamente ignorados por el gobierno, y los jesuitas les ayudan a organizarse, comer cada día y enseñarles algún pequeño oficio).

Cuando digo que no espero del Papa Francisco gestos decisivos a favor de erradicar la pobreza es porque pienso que se siente muy a gusto en la situación que se contempla según este último párrafo. Es lo que ha hecho siempre la Iglesia que es cosa muy meritoria, sin duda, pero que se ha quedado anticuada e inoperante en estos tiempos.

Lo que más me gusta de la ciudad es la cantidad de frutas y alimentos variados que venden por la calle: papaya, mango, dátiles, cocos, distintos tipos de melones, plátanos (de varias clases), aguacates, etc. (Bijapur significa ciudad de las semillas).

Además hay una variedad muy grande de frutos secos y dulces variados. Si no fuera por el picante, se comería muy bien, pero se pasan con las especias y con el chili. Y por cierto, todos los días para comer y cenar hay arroz, cocinado de distintas formas pero arroz (lo único no picante).

- Jesuitas:Los jesuitas son una institución grandísima en India. Tienen más de 100 misiones por toda ella y no tienen problemas con las nuevas ordenaciones porque los jóvenes siguen uniéndose.

Aquí en Bijapur ayudan en todos los campos a los más desfavorecidos: dan alojamiento a los más pobres, educación a todos los niños que pueden (tienen un colegio de 900 estudiantes y están construyendo otro que va a ser mucho más grande), dan de comer y ayudan a todos los slums en todo lo que pueden, etc. Además, al igual que en España, tienen varias universidades (no en Bijapur) con buen prestigio.

Su prioridad es educar (invierten mucho dinero en ellos) al mayor número posible de niños para que puedan tener alguna oportunidad (aunque es difícil porque el gobierno no colabora).

Todos los jesuitas hablan varios idiomas, los de aquí se comunican en inglés para que les entendamos pero también saben kánnada (lengua local del estado) e hindú y generalmente algún otro idioma más. De hecho hay uno que sabe más de 15 idiomas (el sánscrito entre ellos).

Por lo que hemos visto tienen bastantes tierras y propiedades, nos dijeron que deben ser uno de los mayores terratenientes de la India y parece ser cierto. Viven bastante bien, la verdad.

Si no fuera porque están ellos aquí, su labor no la realizaría nadie, los niños no tendríull ’an educación y los slums tampoco tendrían representación

Empalmo con mi última aportación y añado: No sólo es el Papa quien se siente a gusto viendo lo que hacen los jesuitas en la India. Se sienten a gusto, además, los propios jesuitas que “viven bastante bien”. Los niños que pueden comer tres veces al día; y, naturalmente, sus familias. Los jóvenes egresados de sus colegios y universidades que gracias a ello darán un salto impresionante desde el primer plano de la postal de Mumbai (slums), al plano de fondo (zona de rascacielos). Los ricos nativos del lugar que se ahorran los quebraderos de cabeza que asumen los jesuitas aunque a cambio seguramente les hagan las donaciones que justifican las propiedades que se apuntan en este email. “El Gobierno que no colabora” porque puede seguir sin colaborar con la conciencia tranquila.

Lo de las propiedades de los jesuitas en la India evoca otra analogía que acabamos de vivir con la crisis griega. Resulta, según informa The guardian, 4-10-2011, que

La Iglesia es el segundo propietario de bienes raíces (detrás del Estado griego), con 130.000 hectáreas de terrenos.

La nueva estrategia oficial de la Iglesia: rentabilizar sus bienes en provecho de sus actividades de caridad, que se han incrementado con la crisis. "En Atenas proporcionamos de 10.000 a 12.000 platos cada día", explica Meichanetsidis, portavoz del arzobispo de Atenas.

En el mismo artículo se comparan las propiedades de las Iglesias griega (ortodoxa), española e italiana (católicas) concluyendo que las de estas dos últimas son muy superiores a las de la Iglesia griega.

Y cabe preguntarse, ¿De dónde salen las propiedades de todas las Iglesias y Órdenes religiosas? Si oyes a los profesionales de la religión te dirán que son la pura acción de la gracia y de la divina providencia. Pero yo, que no soy teólogo, sé de casos de colegios religiosos construidos por mecenas de una Orden que, con el pie en el estribo, han hecho acto de permuta de propiedad a favor de la orden religiosa en cuestión. Como digo, yo conozco algún caso, pero la Iglesia los conoce todos.

Y no será, vuelvo a preguntar, que funciona mi argumento teológico del principio, ampliado a todo aquello que pueda relacionar la vida eterna con la terrena con la consiguiente transmutación de bienes espirituales por propiedades materiales?