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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Pgs. 1    2    3    4    5

Regreso a los griegos modernos que piensan que

Página 167 … las relaciones entre dos personas de sexos opuestos son naturales y entre dos personas del mismo sexo, antinaturales.

Yo no estoy tan seguro de que sea eso lo que piensan ahora los griegos sabiendo como deben saber lo que hacía Alcibiades con total naturalidad. En mi opinión, tanto las relaciones heterosexuales como las homosexuales son naturales porque se dan naturalmente, valga la redundancia, en la naturaleza. Otra cosa es que se nos quiera vender la moto de que por ello no hay diferencia entre ambas relaciones ya que las dos se asocian al placer. La hay y muy importante: las primeras facilitan la continuidad de la especia mientras que las segundas son estériles a ese respecto. El placer es un efecto ciertamente útil pero de corta duración; el de la procreación viene durando cientos de millones de años.


Por añadidura. En el contrato de venta de la moto se dice en letra pequeña que además, hay tantas relaciones de un tipo como de otro.


Afortunadamente esto es falso porque si así hubiera ocurrido siempre, yo no podría haber leído este libro con gran perjuicio para mí: el género humano se habría extinguido hace mucho tiempo.


Las relaciones homosexuales son la excepción que confirma la regla (me atengo al lugar común que nuestro autor utiliza en la página 174 con otra finalidad) de que las heterosexuales son las normales estadísticamente. En una distribución normal reducida, las homosexuales seguramente estarán más allá de las 3 ó 4 sigmas.

Página 167 … A la madre Naturaleza no le importa si los hombres se sienten sexual y mutuamente atraídos.

Falso. Claro que sí le importa, dado que tiene el propósito de perpetuarse o, al menos así viene comportándose desde hace 6.000 millones de años. El área bajo la campana de Gauss comprendida entre ± 3 σ es el 99,7 % de su área total. Evidentemente, la heterosexualidad no cubre el 100 % de las relaciones sexuales. La naturaleza es en todas sus actividades un poco más descuidada que las fábricas de productos farmacéuticos que se manejan, cuando menos, con ± 4 σ  .


Sigue con las madres:

Únicamente son las madres humanas inmersas en determinadas culturas las que montan una escena si su hijo tiene una aventura con el chico de la casa de al lado.

Y cuenta lo encantadas de la vida que estuvieron Tetis y Olimpia con las relaciones homosexuales de sus hijos respectivos Aquiles y Alejandro con sus amantes Patroclo y Efestión.


Mi experiencia a propósito de esas madres humanas contradice a la de nuestro autor. He conocido varios casos en los que la madre protectora del hijo (sobre todo si es único) evita a toda costa que se lo quite otra mujer para hacerlo suyo. Al final, la protección materna se convierte en un hijo protector de la madre a la que no disgusta con tener él un amante fijo o varios ocasionales. El caso es que no haya otra mujer en competencia de la madre.

Página 167. Un número significativo de culturas humanas han considerado que las relaciones homosexuales no son sólo legítimas, sino incluso socialmente constructivas.

No sé si entre esas culturas significativas incluye nuestro autor a las que admiten la pederastia como cosa legítima, porque desde luego hay otras que la condenan y comprendo que estas últimas sean tenidas como de orden superior.


El párrafo está hábilmente sesgado: Lo que puede resultar socialmente constructivo no es la relación homosexual, sino la aportación que un personaje homosexual pueda hacer a la sociedad. Y es esto lo que realmente ocurre con profusión. Pondré sólo algunos ejemplos tomados al azar de entre los muchos artistas y escritores homosexuales que como tales se han declarado:

Leonardo de Vinci, Gregorio Prieto, Miguel Ángel, Walt Whitman, Oscar Wilde, Yuval Noah Harari, Gª Lorca, Benavente, Vicente Aleixandre, Gil de Biedma, Antonio Gala, Luis Antonio de Villena, Luis Cernuda, Terenci Moix … Alan Turing (científico).


La razón de su fama puede que sea el hecho de poseer una sensibilidad especial que no sé por qué se niega a otros. Quiero recordar a este respecto las Cartas de mujeres de nuestro Nobel Jacinto Benavente que son un dechado de finura y penetración psicológica.


Como se ve, la lista contiene hombres solamente. La realidad es que, de hecho, hay menos mujeres que hombres homosexuales en este grupo de actividad. Lo mismo pasa si se considera el colectivo de heterosexuales, aunque en el cultivo de la poesía se aprecia últimamente un decisivo incremento de la aportación femenina.


Al hilo de esto quiero hacer un pequeño comentario. La homosexualidad en los hombres siempre ha sido más notoria que en las mujeres. No sé si es porque en éstas es menos frecuente o por otros motivos. El hecho es que la homosexualidad se ha atribuido habitualmente al homo, hominis; es decir, al hombre, traduciendo del latín.



Al extenderse la práctica homosexual a las mujeres había que marcar una diferencia y para ello se recurrió a la poeta de Lesbos, Safo. La solución condujo a lesbiana pues no parecía apropiado llamar hombresexual a una mujer.


El embrollo proviene de pensar que la homosexualidad tiene que ver con el latino homo, hominis cuando en realidad deriva del griego "omo" - como prefijo y con espíritu áspero en la primera ómicron (que al aspirarse produce nuestra h –muda en este caso-). El prefijo deriva a su vez del adjetivo "omoios, a, on" que significa igual, mismo.


Es decir, lo importante de la homosexualidad es que se refiere a la atracción de personas del mismo sexo, independientemente de que ese sexo sea el de hombre o el de mujer. Es decir, tanto se puede predicar la homosexualidad de un hombre como de una mujer.