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LA RESPUESTA


Hace unos días el periodista Jordi Ébole entrevistó al Papa Francisco de forma nunca vista: lo llamaba de usted y el Papa lo tuteaba. Estaban sentados uno frente al otro a la distancia que da el ancho de una mesa de cocina.


No vi entera la entrevista pero, por lo que sí vi, sospecho que en el ámbito católico resultó con diversidad de opiniones: a unos les debió parecer maravillosa la actitud del Papa y un tanto insolente la de Ébole y a otros, los cristianos de base, que Francisco se quedó corto y Ébole demasiado complaciente.


Un jardín dispuesto a todo género de interpretaciones por exceso o por defecto. Yo también me voy a meter en ese jardín, no en plan ocupa, sino por el trato que he tenido con algunos otros reverendos padres jesuitas: Solís, Ollero, Sánchez Gil, Martín Artajo, Ilundain, Mariño, Ceñal, Mataix, de Rafael, Orland, Lequerica, etc.


La realidad, supongo que de acuerdo con lo pactado, es que el entrevistador no se enfrentó al Papa, ni al jesuita. Se encaró al hombre. Lo más teológico que se trató fue si el paisano de Francisco, el famoso futbolista Messi era Dios o no. Y la cosa quedó resuelta con la rotunda afirmación de Francisco: ¡Messi no es Dios! Y sólo le faltó añadir lo del del otro: Y no es no.


No sé si Ébole sabe que su entrevista no fue tan original como parece pero, si lo sabe, es porque clonó otra anterior que le hicieron al Cardenal Razinger antes de llegar a Papa y que está recogida en el libro de 2007 que su autor, el propio Cardenal (CR), tituló DIOS Y EL MUNDO. El entrevistador era el descarado periodista alemán  Peter Seewald (PS).


El comentario que hice a dicho libro está en


http://www.caprichos-ingenieros.com/ratzinger1.html


y de él voy a hacer ahora una extracción. Copio:

1.- El descaro


     En la pág. 18 PS pregunta: ¿Era Jesús católico?

Y el CR responde: No podemos afirmarlo con mucha seguridad, porque Él está por encima de nosotros.

Respuesta inteligente a pregunta descarada, ma non tropo. La respuesta que nos interesa realmente hoy es la que corresponde a la descarada pregunta no formulada: “¿Ud. cree que Jesús se haría católico ahora?”


     En una de esas preguntas sin signos de interrogación que ahora hacen los periodistas, PS le plantea al CR con irreverente soltura:

     Cuando Moisés regresa de la montaña sagrada, el pueblo baila alrededor del becerro de oro. Lleno de ira por la idolatría, el paladín de Dios destruye las tablas de la ley. … “Recorred el campamento, id de una parte a otra”, ordena Moisés, “que cada uno mate incluso al hermano, al amigo y al vecino.”


     Así pues, la historia de los diez mandamientos comenzó, en el fondo, con una enorme violación del quinto mandamiento: “No matarás”. En realidad Moisés debería haber sabido hacerlo mejor.

     

El CR responde afirmando la prioridad del primer mandamiento, el que ha llegado a nosotros como “amarás a Dios sobre todas las cosas”, por encima de todos los demás (quinto incluido, claro), y haciendo una transposición al Nuevo Testamento.

Vuelvo al jardín del Papa Francisco y Ébole. Admitamos la respuesta anterior al periodista que da el Cardenal a la primera pregunta de aquel, ya que el Cardenal, evidentemente, no es todavía Papa. Pero, ¿como sería la respuesta de Francisco Papa si Ébole le hubiera hecho la misma pregunta? ¿Habría podido contestar también que no sabe, siendo como es el Vicario de Cristo en la tierra (el que hace sus veces)?


En fin, lo que pasa con la Iglesia Católica en general y con el Vaticano en particular es tan misterioso como el Misterio de la Santísima Trinidad: Jesús es a la vez Dios y hombre y, por tanto, es divino y maravilloso, sin defecto alguno todo lo que hizo y dijo, porque para eso era Dios. Pero, seguramente, alguna vez debió de tener dolor de muelas, aunque ahora se está poniendo de moda que era muy sonriente (cosa que nunca antes se leyó en el Evangelio).


Digo esto porque cuando la Iglesia hace algo bien, se explica porque es divina, pero cuando le duelen las muelas, qué le vamos a hacer, todos somos humanos.


Siguiendo con el Papa argentino y ya que nos ha comunicado su opinión sobre su paisano el polivalente Messi (medio centro o delantero), a mí me hubiera gustado que Ébole le hubiera planteado otra cuestión sobre otros dos paisanos suyos, los afamados escritores Borges y Sábato. Aparte de que el primero era de derechas y el otro de izquierdas, ambos obtuvieron el Premio Cervantes y coincidían en muchas cosas. Por ejemplo en cuestión de refranes.


Aunque no llegaron a mi exageración de definir al refrán como un silogismo cojo (le falta una de las dos premisas que tiene el silogismo), ni a componer rufrenos, están de acuerdo conmigo en que siempre hay un refrán para algo y para su contrario. Y ponían un ejemplo: ”Al que madruga, Dios le ayuda” y “No por mucho madrugar amanece más temprano”. Por mi cuenta, yo añado este rufrón:  ”No por mucho tempranar madruga Dios”.


Pues bien, en cuestiones literarias también andaban muy parejos. Compondré el siguiente cuadro, sólo imaginario a partir de las dos primeras intervenciones:


-Sábato: La Biblia es una novela fantástica


-Borges: Sí, la Biblia es la obra cumbre de la literatura fantástica.


-Ébole: ¿Está usted de acuerdo con sus paisanos?


-Papa Francisco: ¡Claro!, la Biblia es fantástica. Es el libro más publicado en todo el mundo y a lo largo de todos los tiempos.


-Ébole: Sí, pero tenga en cuenta que los literatos toman el adjetivo fantástico según su primera acepción en el diccionario de la RAE (1. adj. quimérico, fingido, que no tiene realidad y consiste sólo en la imaginación). Y que usted seguramente lo toma según su cuarta acepción (4. adj. coloq. magnífico, excelente).


-Papa Francisco: No, mira lo que pasa. El diccionario de la RAE está inspirado solamente por unos cuantos académicos mientras que la Biblia está inspirada por Dios.


-Yo: Ya.