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TÍTULO DEL LIBRO: El Principio de Peter


AUTORES: Dr. Laurence J. Peter y Raymond Hull

     J. Peter es un profesor universitario con gran experiencia en investigación sicológica y social, y Raymond Hull es un escritor y periodista muy interesado en la materia de este libro.


EDITORIAL: DEBOLSILLO, 2003.


RESUMEN de:

Jesús de la Peña Hernández (Junio 2007).


SUMARIO

Este libro es fruto del matrimonio de R. Hull, un escritor preocupado por la incompetencia, y J. L. Peter. Este último tiene sobre el fenómeno, una dilatada experiencia además de una gran cantidad de datos, meditadas ideas y sistemática investigación y, tal vez lo más importante de todo, le falta tiempo para escribir debido al hecho de haber sido él mismo víctima de la incompetente burocracia.

La palabra incompetencia, tal como la usan los autores es, en la mayoría de los casos, un sublimado de lo que en español llamamos chapuza


CONTENIDO


Podemos resumir la filosofía de este libro como un intento para poner de manifiesto por qué las escuelas no generan sabiduría, los gobiernos no aseguran el orden, los tribunales de justicia son ineficaces, por qué la prosperidad no produce felicidad o por qué planes utópicos no propician utopías nunca.

Todas estas cuestiones, tan serias, se tratan en el libro con apariencia de alegre pasatiempo desarrollado con un inteligente sentido del humor, que puede llevar incluso a la risa.


Aunque el libro se editó por primera vez en 1969, la mayoría de sus citas siguen teniendo valor hoy. Una, por ejemplo: Cuando Peter pretendió una plaza en una nueva escuela, presentó personalmente la instancia con los certificados exigidos. La documentación se recepcionó adecuadamente pero … Al cabo de unos días le devolvieron por correo la documentación completa con una nota aclaratoria: una nueva reglamentación obligaba a enviar la documentación a través de Correos para asegurar que la documentación se recepcionaba adecuadamente.

Algo muy parecido me acaba de pasar a mí con mi compañía de seguros.


Estamos acostumbrados a oír hablar de terapia ocupacional, pero lo que Peter desvela es la enorme incompetencia ocupacional de nuestro entorno. Después de observar que esa incompetencia es común a todo tipo de organizaciones, llega a la conclusión, después de profundos estudios, que ello debe tener algo que ver con la colocación de los empleados. Algunos ejemplos clásicos:

1)      A un buen encargado lo promocionan a jefe de taller (cosa para la que no está dotado en absoluto). El resultado es que se pierde un buen encargado y se gana un mal jefe de taller.

2)      Algo parecido ocurrió cuando un buen aprendiz fue promocionado a oficial y más tarde a encargado: Se comprobó la degradación de eficacia cada vez que se producía una promoción.

3)      Un valiente general, bueno en acciones de campo fue promocionado a mariscal de campo para relacionarse no con soldados, sino con políticos. Resultado: el desastre.


En consecuencia, el Principio de Peter se formula así:

     “En una organización, todos los empleados tienden a ascender hasta su nivel de incompetencia”

(Como un corcho, yo añadiría, cuando se le suelta en el fondo de un cubo lleno de agua).


Los ejemplos anteriores muestran cómo ese nivel puede estar situado a cualquier altura del organigrama, de acuerdo con las características inherentes a cada empleado. Corolario:

“Cualquier puesto en cualquier tipo de organización terminará, con el tiempo, en manos de una persona incompetente”...

Entretanto, las organizaciones pueden funcionar suficientemente bien con tal de que se conserven los empleados que aún no han alcanzado su nivel de incompetencia.


El Principio de Peter es aplicable no sólo a las promociones que puedan producirse en la línea jerárquica sino también en las áreas de estaf. (las promociones relacionadas no ya con lo jerárquico sino con lo funcional). Es el caso del buen maestro de niños pequeños convertido en un nefasto profesor de profesores.

Para ilustrar su principio, Peter suele decir:

“La crema sube hasta que se agría”

(Yo prefiero mi propia metáfora: “El chorro de agua no sube por encima del vértice de su parábola”).


A lo largo del libro, los nombres que aplica a personajes, sitios, compañías, etc. son de lo más divertido. Un general del ejército es Goodwin. La ciudad que tiene fama de ser el colmo de la incompetencia es Excelsior City. Un encargado de la compañía Perfect Pill Inc. es Mr. Sphere. Un autócrata de los de ordeno y mando se llama R. Driver. G. Spender es un director financiero que anda completamente perdido. (Él me recuerda al excelente escritor Francisco Ayala que nos recuerda en sus Memorias, cómo su padre, un hombre que había arruinado completamente la economía familiar fue nombrado por el Gobierno de la Segunda República española Administrador del Monasterio de las Huelgas, como parte del Patrimonio Nacional). Walt Blockett era, con su incompetencia, el clásico cuello de botella para los ascensos de otros. Killy es el patrón que promociona a peor, a un incompetente. Waverly Broadcasting Corporation es una compañía de éxito en radio y TV gracias a que toda su plantilla de incompetentes ayudantes y adjuntos estaba instalada en un lujoso edificio lejano. R. Filewood es un incompetente jefe de oficina en Cardley Stationery Inc. Kirk es un cura protestante, y así sucesivamente.


Incluso los nombres instrumentales que inventa para apoyar su propia teoría son originales: El pullee es un tipo del que se tira desde arriba. El país en el que abundan los pullees es Pullovia. El invertido de Peter es el que ha invertido la relación medios-fines, etc.


Peter es consciente de que a la gente no le gusta que se la considere integrante de su principio; más bien piensan que ellos son la excepción. Así pues, alerta sobre esos supuestos exceptos y dedica amplio espacio a sus únicas cinco excepciones aparentes.


   1. La sublimación percusiva (una seudo promoción). Un incompetente es promocionado a peor para propiciar la promoción de otro que aún es competente. No se trata de una promoción en sentido estricto pues esto solo se da desde un nivel de competencia. El autor lo ilustra con al menos tres casos en los que la maniobra tuvo éxito.


    2. El arabesco lateral. A un empleado incompetente lo trasladan a otro sitio sin aumento de sueldo, pero en un puesto de nombre nuevo y bien  largo, para que se ocupe de supervisar y coordinar que las segundas copias de los documentos relativos a las relaciones interdepartamentales, se archivan correctamente. (En una de las compañías en que trabajé, a eso le llamábamos una promoción al Valle de lo Caídos).


     La free floating apex (punta que flota: es como la punta de un iceberg, pero sin nada debajo) es un caso particular. En vez de trasladar al incompetente, se le deja donde está: son sus subordinados los que se trasladan (incluso físicamente) a otro departamento para dejar a su jefe en solitario y sin nada que hacer. En lo sucesivo, la pirámide jerárquica se reducirá a un vértice que flota en el aire y sin base alguna.


3. La inversión de Peter es una especie de círculo vicioso burocrático: La enfermera despierta al paciente que duerme plácidamente con un “¡Despierte, que ya son las ocho y diez y tiene que tomar su píldora para dormir!” ...   En tiempos de Peter eran los funcionarios quienes mantenían la maraña burocrática; ahora son los ordenadores, que de vez en cuando aún empeoran la cosa. Ahora el problema lo tenemos con los ordenadores propiamente dichos, es decir, con su “burocracia interna”. ¿Nunca ha tenido V. necesidad de consultar el menú de ayuda de una aplicación a fin de aclarar algo de ella, para encontrarse con la respuesta de que en esa aplicación no hay nada relativo a lo que V. pregunta? Por otra parte, la “conducta” de los ordenadores es aún más rígida que la de los antiguos funcionarios.

     

Uno puede preguntarse, y ¿cómo es que esos incompetentes empleados autómatas llegan a promocionar?      ¿Es que están fuera de los planteamientos de Peter? La respuesta es no! El problema radica en que para      sus superiores sí son candidatos a la promoción: son excelentes empleados puesto que se atienen al pie de la letra burocrática y al papeleo. Esos superiores y, claro, sus subordinados, han invertido medios y fines.


   4. Hierarchal expholiation (exfoliación de la organización). Afecta a las minorías de los que están situados más allá de las  3 sigmas en la distribución gausiana de la competencia, es decir a los supercompetentes y a los super incompetents. Son los únicos que, a lo largo del libro, se expulsa de la organización; ambos tienen en común una actitud de oposición a las normas. He aquí dos ejemplos:


-     El profesor que trabaja a su aire con niños discapacitados (nada de insertar bolitas para hacer collares, ni      pintar con los dedos, etc.) y al final consigue de ellos mejores calificaciones que los chicos normales de las      clases convencionales.


- El cura protestante que se hizo deista y además era partidario de que las iglesias pagaran impuestos.

     

Estando ambos afectados por el Principio de Peter, puesto que habían llegado a su nivel de incompetencia,      ya no eran capaces de promocionar. La diferencia con los otros no promocionables es que a esos dos se los despide.


  5. El paternal in-step (enchufado). Esta figura se refiere a lo que en español llamamos el recomendado o enchufado (the plugged-in). Antiguamente solo se daba en los negocios familiares en los que el dueño colocaba a su hijo. Hoy en día ocurre lo mismo en cualquier organización. El enchufado puede estar colocado en cualquier nivel de la organización y será candidato a la promoción en tanto cumpla los deseos de quien lo recomendó. En caso contrario quedará instalado en su nivel de incompetencia y ya no promocionará nunca.


Como se ve, estas cinco excepciones aparentes, son simplemente aparentes, pero no excepciones. No hay excepciones al Principio de Peter.


El libro sigue y sigue desarrollando temas tan fascinantes como “Seguidores y líderes”, “La patología del éxito”, “Incompetencia creativa”, etc. etc. Es un puro suspense, así que no voy a desvelar más detalles. El lector es quien debe descubrirlos.


Un consejo: De ser posible, mejor leerlo en inglés, dada la elegancia e ingenio del autor. Es capaz de inventar no sólo las palabras que él necesita, sino cualquier neologismo que ha de encajar perfectamente en el idioma inglés.