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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Parece que el autor desta historia sabía más de enamorado que de historiador, porque casi este primer capítulo de la entrada del segundo libro le gasta todo en una difinición de celos, ocasionados de los que mostró tener Auristela [precioso nombre de mujer: Estrella de oro] por lo que le contó el capitán del navío; pero en esta tradución, que lo es, se quita por prolija y por cosa en muchas partes referida y ventilada, y se viene a la verdad del caso …

Obsérvese, por añadidura, cómo Cervantes se distancia del autor de su propia obra entregándola a manos de un supuesto traductor. Algo parecido hizo ya en el Quijote con la figura inventada del autor ficticio al que llama Cide Hamete Benengeli.


Traer al Quijote junto al Persiles me da pie a otras comparaciones entre ambos libros.


-La forma de titular los capítulos se parece mucho, así como la extensión de estos.


-En un momento dado dice el autor del Persiles

Parece que el volcar de la nave volcó, o por mejor decir, turbó el juicio del autor de esta historia.

Se refería a una situación en la que el mejor guionista habría tenido problemas para salir del aprieto en que él mismo se había metido. ¡Cómo no recordar aquí las complicadas situaciones en que don Quijote mezcla locura y cordura!


-La historia de Rutilio, el maestro de danza italiano que aparece en una isla boreal obliga a recordar la cabalgada de don Quijote y Sancho a lomos de Clavileño, frontera del sol y de su fuego.

     El italiano Rutilio, maestro de danza y seductor de una discípula es condenado por ello a muerte y sacado del apuro por una hechicera a quien, a cambio, promete desposar. Ella le pide que se sitúe  sobre una alfombra para poder guiarlo, con lo que emprenden el feliz viaje a tierras alejadas y desconocidas en las que nadie podrá dar con el fugitivo. Llegados al término, la hechicera abraza a Rutilio en demanda de  lo pactado, y ello mientras ella se convierte en una loba a quien el bailarín apuñala para quitársela de en medio, cosa que sucedió letal.


Curiosidades que se cuentan.

Hízose lumbre, pusiéronse las mesas, y, sin tratar entonces de otra cosa, satisficieron todos la hambre, más con muchos géneros de pescados que con carnes, porque no sirvió otra que la de muchos pájaros que se crían en aquellas partes, de tan estraña manera que, por ser rara y peregrina, me obliga a que aquí la cuente: Híncanse unos palos en la orilla de la mar y entre los escollos donde las aguas llegan, los cuales palos, de allí a poco tiempo, todo aquello que cubre el agua se convierte en dura piedra, y lo que queda fuera del agua se pudre y se corrompe, de cuya corrupción se engendra un pequeño pajarillo que, volando a la tierra, se hace grande, y tan sabroso de comer que es uno de los mejores manjares que se usan; y donde hay más abundancia dellos es en las provincias de Ibernia y de Irlanda, el cual pájaro se llama barnaclas.

Uno se pregunta cómo se las arregló el meridional Cervantes para conocer todo esto que, en efecto, era la pura verdad entonces. Hoy sabemos algo más sobre ello. El DRAE dice de barnacla:

Del ingl. barnacle, de or. inc.

f. Ganso silvestre propio de los mares árticos, que se encuentra también en otras costas norteamericanas y europeas, y del que existen varias especies.


Y el Webster:

1. Ganso barnacle: un ganso europeo (Branta leucopsis) que tiene cabeza blanquecina y pecho negro y que se cría en el Ártico.

2. (Según una creencia popular el ganso salía de los crustáceos)

    Uno de los muchos crustáceos marinos (subclase Cirripedia) con apéndices plumosos para capturar alimento que en estado de larva nadan libremente pero que de adultos se fijan firmemente a las rocas, ballenas o cascos de los buques.