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PELOTAS


Los fabricantes de bolas de pádel saben muy bien que la materia prima de éstas es el aire que las llena, así que es normal encontrar fábricas en lugares que tengan buenos aires. Habría que esperar, pues, que las hubiera en Argentina, pero no es el caso, no sé si debido a cuestiones políticas.


Donde sí las hay es en el estado de Nuevo México ya que allá el aire ha sido siempre de la mejor calidad. Parece que hoy no se puede decir lo mismo. Precisamente por esto, una de las principales Firmas allí ubicadas está plateándose salir al paso de este contratiempo desarrollando nuevas técnicas a partir del hecho de que uno de los activos más valiosos de Nuevo México es su producción de hermosas variedades de cactus.


Los investigadores han hallado la forma de aislar los genes de un determinado cactus y clonarlos en cultivos bacterianos para producir bolas de pádel en configuraciones semejantes a las de las suculentas cactáceas. Las dos primeras configuraciones que muestro a continuación son un ejemplo de la llamada bola padelorum ibarrolensis. Su nombre científico es, sin duda, un homenaje a Agustín Ibarrola, el original pintor de los Cubos de la Memoria y del Bosque Pintado.


NOTA MARGINAL

Ibarrola fundó en París, con otros pintores españoles el famoso Grupo 57 al que también pertenecía Juan Duarte, hijo del ebanista que nos fabricó en Córdoba los muebles de recién casados (estilo italiano, cedro de Guinea, etc.).


Siguiendo con lo de las pelotas, nadie ha de sorprenderse porque en el juego aparecieran los chinos. Era de esperar. La calidad del aire ha llegado en China a tal punto de degradación que como nos dijo el Profesor Wang Feng en la Fundación Ramón Areces, los chinos, en cuanto pueden, se van a Canadá a respirar bien.

*     Ver las tres fotografías del final.


Pero como asimismo les gusta fijarse en todo, han dado en observar cómo los gallegos mejoran la calidad del pulpo golpeándolo despiadadamente sobre duras superficies planas. Pues ya está, se han dicho. Metamos nuestro aire mejorable en pelotas de pádel, que ya vendrán luego los fanáticos de ese deporte a pegarles inmisericordes golpes de paleta que lo dejarán como nuevo. La maniobra nos saldrá gratis, y cuando las bolas no den ya más de sí y terminen perdiendo su contenido, éste, el aire purificado, volverá a su procedencia por obra y gracia de los presentadores de los programas meteorológicos.


Ustedes habrán notado, si se han tomado la molestia de quitar el sonido a esos programas, que lo que consiguen los presentadores con sus manipulaciones y movimientos de brazos es reconducir los aires a sus lugares de origen. Aprovechando en su favor todo este cúmulo de circunstancias ya se ha creado en Shanghai la compañía Dun-lo-pin que promete prósperas venturas de negocio.