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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Continua el Capítulo 47, Tomo 1.


… En esto volvió el cura el rostro, y vio que a sus espaldas venían hasta seis o siete hombres de a caballo, bien puestos y aderezados, de los cuales fueron presto alcanzados, porque caminaban, no con la flema y reposo de los bueyes, sino como quien iba sobre mulas de canónigos …


… y uno de los que venían, que en resolución era canónigo de Toledo y señor de los demás que le acompañaban … preguntó qué significaba llevar a aquel hombre de aquella manera.



Apocalipsis. Preámbulo, 2.


El género apocalíptico es un género profético, pero un tanto diferente del género común de los videntes del Antiguo Testamento.


Como todo el mundo sabe, hay muchas clases de canónigos, pero seguramente, el más importante de todos es el canónigo doctoral que es perito en cánones. A la vista de lo que acabamos de leer, el canónigo que nos pinta Cervantes debía de ser uno de esos, dada la importancia de que viene revestido. Es decir, que debería de ser un buen conocedor de todos los libros canónicos incluido, naturalmente, el Apocalipsis con todo su contenido de videncias y videntes. Y, naturalmente, del libro de los Macabeos, uno de los Libros deuteronómicos de última incorporación al Canon (Concilio de Trento que Cervantes alcanzó por los pelos). Habrá que recordar que el Canon es el catálogo de los libros tenidos por la Iglesia católica como inspirados por Dios. Y que, por tanto, el de los Macabeos es como un lapsus divino que, aunque tarde, fue enmendado debidamente en concilio (deuteros = dos; se trataría de algo así como una reconsideración o revisión de una decisión apresurada tomada antes. Algo así como un second thought -Diccionario Webster-).


Continua el Capítulo 47, Tomo 1.


… Don Quijote dijo:

-¿Por dicha vuestras mercedes, señores caballeros, son versados y peritos en esto de la caballería andante? Porque si lo son, comunicaré mis desgracias, y si no, no hay para qué me canse en decirlas.


El canónigo, a lo que Don Quijote dijo, respondió:

     -     En verdad, hermano, que sé más de libros de caballerías que de las súmulas de Villalpando [elemental sumario de lógica del hereje español de ese nombre].

     -     … - A la mano de Dios, -replicó Don Quijote.- Pues así es, quiero, señor caballero, que sepáis que yo voy encantado en esta jaula por envidia y fraude de malos encantadores.

… Caballero andante soy y no de aquellos de cuyos nombres jamás la fama se acordó para eternizarlos en su memoria, sino de aquellos que, a despecho y pesar de la misma envidia y de cuantos Magos crió Persia, Bracmanes la India, Ginosofistas la Etiopía, ha de poner su nombre en el templo de la inmortalidad, para que sirva de ejemplo y dechado en los venideros siglos, donde los caballeros andantes vean los pasos que han de seguir si quisieren llegar a la cumbre y alteza honrosa de las armas.

… Admiráronse de nuevo los criados y el canónigo de oir la peregrina historia de Don Quijote, y en acabándola de oir, dijo:

-Verdaderamente, señor cura, yo hallo por mi cuenta que son perjudiciales en la república estos que llaman libros de caballerías.

… Pues ¡qué hermosura puede haber, o qué proporción de partes con el todo, y del todo con las partes, en un libro o fábula donde un mozo de diez y seis años da una cuchillada a un gigante como una torre y le divide en dos mitades como si fuera alfeñique?





1 Samuel 17.32


David dijo a Saul: “Que no desfallezca el corazón de mi señor por el filisteo ése [el Gigante Goliat]. Tu siervo irá a luchar contra él”. Saul le dijo: “Tú no puedes ir a batirte con ese filisteo; eres todavía un niño y él es hombre de guerra desde su juventud”. David dijo a Saul: “Cuando tu siervo apacentaba las ovejas de su padre y venía un león o un oso y se llevaba una oveja del rebaño, yo le perseguía, le golpeaba y le arrancaba de la boca la oveja; y si se volvía contra mí, le agarraba por la quijada, le hería y le mataba. Tu siervo ha matado leones y osos; y ese filisteo incircunciso será como uno de ellos … “Yavé, que me libró del león y del oso, me librará también de la mano de ese filisteo”.


Siendo David todavía un niño contaba que ya había hecho de las suyas. A lo mejor es que de bebé ya mataba osos y leones. Lo que no nos dice el Libro Sagrado es si esas fieras eran de alfeñique, que todo podría ser.


¿Y qué cuando nos quieren pintar una batalla, después de haber dicho que hay de la parte de los enemigos un millón de combatientes? Como sea contra ellos el señor del libro, forzosamente, mal que nos pese, habemos que entender que aquel caballero alcanzó la victoria por sólo el valor de su brazo.


… De que no poco se rió el canónigo.


1 Macabeos

Judas Macabeo, sus primeras victorias.

3.15


Y preparada la segunda expedición, salió [Serón, jefe del ejército de Siria]  y subió con poderoso ejército, al cual se unieron los impíos, para apoyarle y tomar venganza de los hijos de Israel. Llegaron hasta la subida de Betorón, donde les salió al paso Judas con una pequeña tropa. Ésta, viendo el ejército que venía contra ellos, dijo a Judas: “¿Cómo podremos nosotros, tan pocos, luchar con tan poderosa muchedumbre, y menos estando, como estamos hoy, extenuados por el ayuno?”


Pero Judas les contestó: “Fácil cosa es entregar una muchedumbre en manos de pocos, que para el Dios del cielo no hay diferencia entre salvar con muchos o con pocos; y no está en la muchedumbre del ejército la victoria en la guerra; del cielo viene la fuerza.

… Dios los aplastará a nuestros ojos: no tengáis miedo de ellos”.




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