No sé a dónde quieres ir a parar, Puro, aunque en verdad me gustaría saberlo.
Pues voy a que yo, en mi puropapelería no necesito pegar nada; ni cortar, ni hacer las fechorías de otros.
Puro pronunció otros con el suficiente retintín como para que don Geometríades se sintiera aludido.
Pero como es muy ágil, rápidamente desvió el tiro hacia donde le convenía.
Y sentenció: Lo que tú llamas puropapelería es en verdad papiroflexia.
Ya, algo que parece tener nombre de enfermedad o de alguna cosa más rara aún.
Porque esa X suena a misterio, cosa oculta o incógnita como seguramente diría usted.
Sí, esa X constituye el meollo de las ecuaciones, la incógnita que puede desvelarse con sólo hacer un plegado en el papel. Puropapel miraba fijamente a don Geometríades como si contemplara un cuadro abstracto.
De verdad que con un solo pliegue se puede conseguir una cosa tan rara?
Si se trata de una ecuación de 3er grado, por ejemplo, se necesitan tres plegados, porque sabrás, Puro, que puede haber tres soluciones.
Mire, don Geometrades, yo de eso no entiendo y se me está poniendo dolor de cabeza. Me vuelvo a mi poesía.