QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

INICIO

MOSCAS

Las moscas a propósito del Sr. Moscas

Uno de los episodios más extraordinarios y absurdos en la historia de la pseudociencia numerológica tiene que ver con el trabajo del cirujano berlinés llamado Wilhelm Fliess. Fliess estaba obsesionado por los números 23 y 28. Estaba convencido, y convenció a otros, de que tras todos los fenómenos de la naturaleza viva y tal vez también de la inorgánica, hay dos ciclos fundamentales: un ciclo macho de 23 días y un ciclo hembra de 28. Operando con múltiplos de esos dos números (sumando o restando), fue capaz de imponer su esquema numérico, prácticamente sobre cualquier cosa. Sus operaciones produjeron un gran revuelo en Alemania durante los primeros años del siglo XX. Algunos discípulos se adhirieron al sistema desarrollándolo y modificándolo en libros, panfletos y artículos. En los últimos años el movimiento ha arraigado en los Estados Unidos.


Aunque la numerología de Fliess interesa a los matemáticos recreativos y a los estudiantes de patología, hoy seguramente se habría olvidado de no ser por un hecho casi increíble: Durante una década, Fliess fue el mejor amigo de Freud, y su confidente.


Freud consideró al principio La teoría de los ciclos de Fliess como algo pionero en biología (ahora la gente traduce esto por rompedor –que ya está en el DRAE-). Freud envió a Fliess información sobre los periodos de 28 y 33 días relativos a su propia vida y a la de sus familiares y visualizó las subidas y bajadas del tono de la  salud según la fluctuación de ambos ciclos. Creyó que la distinción que él había constatado en su experiencia clínica entre neurastenia y neurosis por ansiedad se podía explicar por medio de los dos ciclos. En 1898 rompió su relación editorial con un periódico porque no quiso retractarse de una dura reseña que había publicado sobre un libro de Fliess.


Hubo un tiempo en que Freud sospechó que el placer sexual consistía en una emisión de energía del ciclo 23 y el displacer sexual en otra del ciclo 28. Durante años creyó que iba a morir a los 51 años (23 + 28; Fliess le había dicho que ése era el año más crítico). “51 años es la edad particularmente peligrosa para los hombres”. Freud escribió en su libro sobre los sueños: “He conocido colegas que han muerto de repente a esa edad y, uno entre ellos, que tras largas dilaciones fue promovido a una cátedra sólo unos pocos días antes de morir".


Freud admitió en muchas ocasiones que era irremisiblemente deficiente en cuestiones matemáticas. Fliess entendía la aritmética elemental, pero poco más. Éste no se daba cuenta de que si una pareja de números enteros primos entre sí son substituidos por 23 y 28 en su fórmula básica, cualquier otra pareja de enteros positivos podría emplearse en la sustitución en vez de esos dos.


…:::=:::…

Lo que antecede es la traducción del inglés que me ha pedido un amigo (que, por cierto, no la necesita); se trata de un articulín de los que se compone el libro de David Wells titulado The Penguin Book of Curious and Interesting Mathematics.


Mucho me temo que el encargo se debe a que mi amigo quiere ver mi reacción ante este último torpedo bajo la línea de flotación de Freud.


He de empezar diciendo que mi traducción ha sido fiel pero libre porque incluso el original inglés deja bastante que desear. Y continuaré brindando a mi amigo y a quien quiera leer esto el siguiente enlace sobre biorritmos:

Se refiere éste a lo que escribí ahora hace 11 años (en 2007), cuando mi nieto Pablo tenía 17 y estudiaba su último curso de Bachillerato en Brisbane (Queensland, Australia. Ahora mismo está trabajando durante una temporada en el Silicon Valley). El chico me pidió ayuda porque, como se ve, se trataba de un problema en el que habían de aplicarse las sinusoides para resolverlo y él no estaba familiarizado con el tema. El problema era sencillo, práctico e interesante: Un buen ejemplo de aprendizaje de matemática diversa. No se trataba de sacar de él consecuencias ajenas a esto, ni de averiguar si las premisas de partida eran reales o ficticias.


Mi sorpresa de hoy ha sido grande al comprobar que lo que entonces manejé tiene relación con algo que Freud y su amigo Fliess también tuvieron entre manos en su día. La diferencia entre ambos manejos es que lo de Fliess contempla sólo dos ciclos (de 23 y 28 días), mientras que lo de Pablo examina tres ciclos: uno de 33 días y, además, los otros dos.


Esto me lleva a pensar que la obsesión de Fliess por los números 23 y 28 no es un invento suyo, sino que la cosa viene de más atrás. Sin olvidar que los dos biorritmos tienen connotaciones sexuales en el caso Fliess y físicas o emocionales en Pablo. Y que el biorritmo 33 que Fliess ignora tiene en el caso Pablo connotaciones intelectuales.


Todo lo anterior conduce, según yo lo veo, a que esta historia de los biorritmos es un montaje ficticio de mucho interés para los fanáticos del tarot o de las convergencias astrales. Si bien es cierto que puede dar pie a plantear interesantes problemas como el de Pepita y su carné de conducir.


¿Cuál es, pues, la carga explosiva del torpedo que Wells lanza contra Freud? Pues que Freud era uno de esos mentecatos créelo todo ya que era incondicional amigo de Fliess. Pero veamos la realidad de los hechos.


Cuando nos acercamos a un autor y a su obra hay que tener en cuenta tres cosas:

-Lo que el autor dice en su obra.

-Lo que el editor o el traductor pueden añadir a ella en modo de notas marginales.

-Lo que el autor pueda haber dicho fuera de su obra ya en público, ya en privado; por ejemplo en su correspondencia epistolar. Todo eso no es parte de su obra publicada.


Como apunté más arriba, dice Wells en su articulín que Freud escribió en su libro sobre los sueños: “He conocido colegas que han muerto de repente a esa edad … “


Pues no. Me he entretenido en rastrear las 357 páginas de LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS de Freud al encuentro de esa cita en la edición digital pdf  (ver al final el enlace) mediante la aplicación Find de búsqueda, con resultado negativo: no existe tal cita.


Wells pasa por alto el hecho de que Freud era un investigador concienzudo que experimentaba sobre cualquier conjetura antes de proclamar su certeza. Sigue un ejemplo a propósito de los famosos 23 y 28 días de su amigo Fliess. De la página 130 del pdf antes aludido copio lo que dice Freud: