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El humor negro de la vida misma


LOS MISTERIOS DE NUESTRA  ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, A FINALES DE DICIEMBRE DEL AÑO 2005


1er Misterio

     El Misterio de Trabajo y Asuntos Sociales tira la casa por la ventana (en realidad, por la puerta que da a Pez Volador 2) y amontona en esa amplia acera (eso sí, en días sucesivos, porque todo no cabe de una vez) el mobiliario completo de su sede: mesas, sillas ergonómicas rodantes, armarios, ordenadores -todo de última generación y de menos de dos años de edad-


2º Misterio

     La gente acude a pie, en coche, en furgonetas, a Pez Volador 2 a llevarse lo que pilla. A eso se llamaría pillaje si no fuera porque está planificado desde el Misterio en plan solidario. El propio Misterio, que está en todo, ha previsto que lo más mollar vaya directamente a las manos del suministrador del novísimo mobiliario de sustitución.


3er Misterio

     La gente, que no es tonta, enseguida se lo explica todo: el trasero y los codos de los/las empleados/as calientan y desgastan mucho el mobiliario mientras no están comprando en el mercado de al lado o charlando animadamente en las cafeterías vecinas.

Además, sería un contrasentido que el propio Misterio de Trabajo llevara al paro a quienes fabrican mobiliario de oficina con tanto provecho (¿De quien? ¡Ah, ese es otro Misterio!).


4º Misterio

     El Misterio de Justicia dice (y por si no le creyéramos, nos lo enseña la TV1) que no tienen sillas para sentar ni a su gente ni a las visitas; ni armarios para guardar sus legajos; ni ordenadores para llevar la cuenta de los malhechores que deja sueltos …


5º Misterio

     El Misterio de Sanidad mira para otro lado cuando una Administración Autonómica pone en almoneda gratuita las camas de sus hospitales para sustituirlas por camas de accionamiento eléctrico con mando a distancia. Se conoce que todo es legal, y que las leyes por las que se rigen los Misterios y las Conejerías Autonómicas (¡qué capacidad de proliferación!) nos las hacen los lapones (que a lo mejor sería preferible).


6º Misterio

     El Misterio de Defensa convoca a sus Fuerzas Armadas, y en plan paz y bien decide fletar su buque-hospital con rumbo a países pobres, lejanos y en desgracia que no tienen hospitales, ni camas, ni sillas para que se puedan sentar a tomar el pulso esos médicos que por no tener no tienen ni fronteras.


7º Misterio

     El Misterio de Economía y Hacienda, que parecía lo más serio que quedaba, resulta que no se ha enterado de que todo esto ocurre porque a fin de año todas las Administraciones se gastan, venga o no a cuento, lo que aún no han conseguido gastar del presupuesto aprobado para el año que acaba. De no hacerlo, en el ejercicio siguiente dispondrán de menos para gastar en cosas innecesarias, con grave quebranto para todos. Así, todo en orden: el año que viene podremos hacer pillaje de equipamientos más nuevos aún que los de este año.


8º Misterio

     El Misterio de Administraciones Públicas (que ese sí que es misterio) sube su sonrisa a lo alto de una mesa y en plan Hyde Park anima al personal que se congrega en Pez Volador (la acera, con tanto mueble y tanta gente se ha quedado pequeña) a que si ya han equipado su casa y la APA de los niños, no se olviden de hacer lo mismo con el chalé de la sierra y el apartamento de la playa.


9º Misterio

     El Misterio de Asuntos Exteriores, con muy buen criterio, ha cursado instrucciones a su Secretario de Estado para Europa, a fin de que, sin llegar a echar mano de los Geo, se impida a toda costa que los fotógrafos hagan primicias de las suyas, no sea que en Bruselas se enteren de que somos ricos y nos quiten los fondos de cohesión.


10º Misterio

     El Misterio de Administraciones Públicas, en un gesto que le honra, alza a la mesa la sonrisa del Presidente del Gobierno que a su vez tira hacia arriba de los Misterios de Trabajo, Justicia, Sanidad (todavía hay mesas para todos), Hacienda, Defensa, y Exteriores y Cooperación (más que nada por lo del 0,7). Todos, en un rosario de manos enlazadas solidariamente, sonríen a la entusiasmada multitud de pilladores (naturalmente en ella está confundido el nuevo suministrador del nuevo mobiliario de reposición) inclinándose desde su cintura.


Final de una farsa menos cruda que la vida misma: el fin de año feliz está garantizado.