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LPC (Lo políticamente Correcto)

     

Me inclino mucho a compadecer a los pobres progres visto lo zurrados que andan por todas partes. Paradójicamente, son los progres los acuñadores de LPC con ayuda de los media (o es al revés?) y luego resulta que LPC es que todos los demás les den a ellos palmetazos en las palmas de sus finas manos por causa de su acuñamiento.

     

Los palmeteadores son de amplio espectro: de derechas, antisistema, de los de dequevaquemeopongo, malhablados, groseros, blasfemadores, intelectuales rigorosos, alternativos, ultras de lo que sea, anarcos, etc. Lo cierto, y como digo, paradójico, es que lo que predomina en los media (especialmente en INTERNET) es el cachondeo inmisericorde inspirado en LPC: no he encontrado ningún ditirambo.

     

No quisiera que se me hiciera demasiado tarde antes de aclarar qué es LPC. No es lo que en algún sitio he visto identificado como Lenguaje Políticamente Correcto. Yo soy mucho más original y me refiero a Lo Políticamente Correcto.

     

Un ejemplo de lo que decía. Me he tropezado en un sitio web (webalia.com) con el siguiente chiste: “¿Qué le dijo una pared a otra? – En la esquina nos encontramos”.

     

A continuación del enunciado el autor entra a analizar su breve chiste desde la óptica de LPC, extendiéndose en 10 apartados con un total de 307 palabras. Y así, en el primer apartado aclara: La intención de este chiste no es ofender a las paredes. En el 9º se adelanta a los malpensantes y dice que lo de la esquina entre dos paredes no es ninguna alusión sexual …

     

Por otra parte, LPC no es ya patrimonio exclusivo de los progres: ahora es, en sentido estricto una verdadera pandemia que infesta las sociedades del mundo entero. He tropezado con doctores en ciencias y profesores de Universidad que se han enojado mucho, y muy seriamente, al enfrentarse a cosas de significado parangonable con las que trata el chiste de antes.

     

No sé cómo interpretar la cosa: Se trata de una parasicopatía? De cobardía? Sumisión inquebrantable? Falta de criterio? Ignorancia? Asunción consciente de LPC? O tal vez carencia de sentido del humor? Puede que haya de todo un poco.

     

El resultado aparente es como si la cosa se les hubiera ido de las manos a los progres, aunque no creo que sea tal. Como lo conocemos ahora, LPC tuvo su origen en la izquierda norteamericana  no hace demasiado (Ay! Estos denostados americanos –a menos que sean de izquierdas, claro-). Lo que ocurre es que los media actuales con su velocidad de intervención en extensión, intensidad y profundidad lo llenan todo en un santiamén.

     

En tiempos de Quevedo (1580-1645) la cosa era distinta. Tanto, que yo he tardado 370 años en enterarme de que el maestro de los quevedos decía en su diálogo  Sueños y discursos cosas como éstas:

     

No ves los viejos, hipócritas de barbas, con las canas envainadas en tinta, querer en todo parecer muchachos? ¿No ves a los niños preciarse de dar consejos y presumir de cuerdos? Pues todo es hipocresía.

     

Pues en los nombres de las cosas, ¿no hay la mayor del mundo? El zapatero de viejo se llama entretenedor del calzado. El botero, sastre del vino, porque le hace de vestir. El mozo de mulas, gentilhombre de camino. El bodegón, estado; el bodeguero, contador. El verdugo se llama miembro de la justicia, y el corchete, criado. El fullero, diestro; el ventero, huésped; la taberna, ermita; la putería, casa; las putas, damas; las alcahuetas, dueñas; los cornudos, honrados. Amistad llaman al amancebamiento, trato a la usura, burla a la estafa, gracia a la mentira, donaire la malicia, descuido la bellaquería, valiente al desvergonzado, cortesano al vagabundo; al negro, moreno; señor maestro al barbero y señor doctor al platicante.


Así que ni son lo que parecen ni lo que se llaman: Hipócritas en el nombre y en el hecho. De suerte que todo el hombre es mentira por cualquier parte que lo examinéis, si no es que, ignorante como tú, creas las apariencias.

     

Efectivamente, la apariencia es lo único que cuenta hoy: la imagen. El listo muda la apariencia para que el tonto se crea que es la realidad lo que ha cambiado. Y todos contentos, los tontos y, sobre todo, los listos!

     

Decía antes que no me quería limitar al lenguaje PC, pero ciertamente es él lo determinante de lo que esconde. Las cosas no existen mientras no se les da nombre. Lo sabe bien cualquiera que se codea con los ordenadores: puedes haber escrito un artículo maravilloso pero si no le das nombre para guardarlo, has perdido el tiempo: tu maravilla se ha disuelto en la nada.

     

Así pues, los listos saben que su baza está en jugar con el lenguaje; éste se presta no sólo con su polisemia, sino sobre todo, por ser producto del pueblo. Al listo le basta con generar producto a través de sus aliados, los media, para completar la faena.

     

En definitiva lo que sustenta LPC es la manipulación del lenguaje. Pero hay que preguntarse, ¿Por qué lo “correcto” se deja acompañar de lo “adverbialmente político”?

La respuesta que se me ocurre es ésta: Porque con ello los progres han conseguido la alianza de sus enemigos de cualquier signo: todos tienen en común el ser políticos.

     

¿Por qué cuando un político comete una irresponsabilidad todo el mundo dice (empezando, claro, por los propios políticos de cualquier devoción) que es un irresponsable político? Pues no señor! Es llanamente un irresponsable!

     O es que si un ingeniero comete una irresponsabilidad, a alguien se le ocurre decir de él que es un irresponsable ingenieril? La responsabilidad es de la persona, no de su ropaje. Así pues resulta indecoroso que los políticos se amparen en el ropaje que les pagamos los demás, y en el momento conveniente lo cuelguen en el perchero para mostrar su persona limpia de polvo y paja.


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