Estás en: FEDERRATAS

QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

INICIO

                                                                                                                                         Pgs.  1    2

CHISTORRA TEOLÓGICA

Yo he tenido a mi tío Ángel, a mi sobrino Ángel, a mi primo Ángel a mi cuñada Angelines (supongo que estos ángeles debían de ser los que estaban a juego con el Niño Jesús en el portal de Belén) y, todos, absolutamente todos, además, hemos tenido a Ángela Merkel. Esta Ángela ya ha resuelto con firmeza la duda que al parecer debatía el Concilio de Constantinopla en 1493 sobre el sexo de los ángeles. Allí, el 29 de mayo de ese año entraron los turcos con pancartas  que amenazaban: “¡Aquí se acabó la Edad Media!”, “¡Viva la Edad Moderna!”, y otras proclamas provocadoras por el estilo.


Comprendo que todo ello no sea base suficiente para declarar dogma de fe la existencia de los ángeles. Incluso parece que los ángeles no fueran parte del Dogma. Reconociéndome un mal buscador, nada que ver con Google que lo encuentra todo sobreabundantemente y en centésimas de segundo, no he sido capaz de ver en la web del Vaticano la lista completa de los dogmas de fe de la Iglesia Católica, que sería cosa de mucha utilidad para los creyentes. Vamos, se parecería bastante a la letra pequeña de un contrato de seguro. Total, según he podido leer en Wikipedia, dogmas hay muchos, pero sólo 44 son los más importantes; y entre ellos no aparecen los ángeles.


Sí están, en cambio, en el Listado de Dogmas Católicos del MANUAL DE TEOLOGÍA DOGMÁTICA del Profesor de Teología R. P. Ludwig Ott, Biblioteca Herder (Capítulo tercero.- La verdad revelada acerca de los ángeles o angeología cristiana: 26.-Dios, al principio del tiempo, creó de la nada unas sustancias espirituales que son llamadas ángeles. Así lo declaran el Concilio IV de Letrán y el Concilio del Vaticano).


Sin embargo, la existencia de los ángeles sí es una verdad de fe según la web Vaticana. Ésta ofrece El credo que contiene toda la Fe católica y que comienza con su primera parte: Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra…


Pero también ofrece EL SÍMBOLO NICENO-CONSTANTINOPOLITANO  que reza en su comienzo: Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

La web Vaticana, con sus dos versiones, tal vez quiera conformar a la vez a los católico – romanos ingleses y a los ortodoxos orientales. No lo sé. Pero, observen la sutileza: ninguna de las dos versiones habla de los ángeles; la diferencia está en lo de todo lo visible y lo invisible.


Para los del NICENO-etc. todo lo visible era lo que se podía ver “y además era evidente”, como diría el otro. Pero entonces (igual que ahora), ni la antimateria ni los agujeros negros se podían ver a simple vista, así que hay que pensar que lo invisible del credo eran los ángeles.

Con todo, a mí no me queda claro si la existencia de los ángeles es o no dogma de fe. En cambio, según la web vaticana, esa existencia sí es verdad de fe. En ella podemos leer:

I Los ángeles WEB VATICANO

La existencia de los ángeles, verdad de fe.

328 La existencia de seres espirituales, no corporales, que la sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición.

Es decir, se da una diferencia entre dogma y verdad de fe. El primero es la segunda después que un concilio la ha declarado explícita e infaliblemente como dogma.


De la web Vaticana se deduce que la verdad de fe es la que está testimoniada por la Escritura que luego nutre la tradición que, a su vez, atestigua que las verdades de fe de la Escritura lo son: Vamos, un santísimo círculo virtuoso. No vicioso, sino tres veces santo.


Las tres religiones monoteístas se sustentan en la existencia de los Ángeles. Veamos, para no agobiar, un mínimo de ejemplos.


El Antiguo Testamento del judaísmo está cargado de sucesos angelicales.


Abraham, el padre de dichas tres religiones monoteístas, (Génesis 22-10/12).

Cogió el cuchillo y tendió luego su brazo para degollar a su hijo. Pero le gritó desde los cielos el ángel de Yavé y le dijo: No extiendas tu brazo sobre el niño y no le hagas nada …

La historia de Lot en Sodoma es sobradamente conocida (Génesis 19).

Llegaron a Sodoma los dos ángeles ya de tarde, y Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad …

En el Islam el arcángel Gabriel  (el mismo que trabajó para Dios en el Nuevo testamento) fue enviado por Alá a Mahoma para revelarle el Cap. 96 del Corán.


En el Nuevo Testamento, aparte de los ángeles de J M Nieto, está el ángel Gabriel que acudió a Nazaret para anunciar a la Virgen su santo destino. Todos ellos están avalados por la firma de san Lucas (Lc. 24 en el caso de Nieto y Lc. 1-26, en el de la Virgen).


Por lo que hemos aprendido, los únicos que han visto de verdad a los ángeles han sido san Lucas y Fra Angélico, porque lo que es Nieto, todo lo que ha hecho es un retrato-robot con lo que le ha dicho san Lucas. Y hay que ver lo feos que le han salido los santos ángeles, sobre todo comparándolos con lo guapísimos que debían de ser los dos que visitaron a Lot. Si serían guapos que “los hombres de la ciudad, los habitantes de Sodoma, mozos y viejos, todos sin excepción, dijeron a Lot: sácanoslos para que los conozcamos [ver la 6ª acepción en el DRAE] Gen. 19-5”.


Llama la atención que los ángeles no hayan ascendido de la categoría de verdad de fe a la de dogma, porque sin ellos la fe católica quedaría sin la Encarnación del Verbo Divino y sin la Resurrección del Verbo Encarnado, es decir, sin Iglesia.


Lo que está claro es que Nieto ha tenido mucha suerte con su chiste porque si bien las santas mujeres perdieron el resguardo de la resurrección, podrían haber conservado la pluma de la firma que en tal caso, seguramente se conservaría hoy en un sitio de honor del Museo Vaticano o, quien sabe, si no, en el Museo de la Vera Cruz de Caravaca (Murcia). Este detalle habría arruinado el chiste, de manera que para evitar la ruina, nuestro autor no tuvo más remedio que hacerle un retoque.


Realmente, el chiste original era un tríptico del que su autor ha conservado sólo la hoja central. En la de la izquierda se representaba el gesto del ángel de la derecha echándose mano a la espalda para arrancarse de un tirón una pluma que ofrecería gentilmente a la santa mujer del flequillo.


Este gesto resultaría muy creíble por humano dada su semejanza con el que en tiempos era habitual en los hombres con pluma estilográfica: uno se sacaba la Parker, también de un tirón, del bolsillo interior de la chaqueta, para ofrecérsela, altivo, al abajofirmante. Eso sí, con la precaución de quedarse con el capuchón a fin de obligar al otro a devolver la Sheaffer. Con la Mont Blanc pasaba otro tanto.


Eran los oscuros tiempos de la barbarie cavernosa y machista en que se podía oír lo de Hay dos cosas que no se deben dejar a otro: la mujer y la estilográfica.


La tercera hoja del tríptico mostraba juntas en el museo de Caravaca de la Cruz (Murcia) a la pluma de la firma del chiste y a la propia Vera Cruz. ¿Y esto, por qué? Pues por tres motivos:

Primero, Porque aunque una reliquia-pluma como ésta tenga importancia sobrada para estar en el Museo Vaticano y dado que éste tiene ya suficiente reclamo, mejor será promocionar el turismo de Murcia.

Segundo, y esto es lo más importante, porque parece que la Vera Cruz fue transportada hasta allí por dos ángeles desde Jerusalén.

Tercero, porque ambas reliquias son de tamaños parecidos.


Con todo mi respeto y consideración a los caravaqueños a quienes tengo por muy legales, voy a copiar lo que he leído en el libro Los huesos de Descartes, del autor Russell Shorto. Lo hago por si en Caravaca de la Cruz no se sabe y, por si se sabe, se siga callando: “Refiriéndose al tráfico de reliquias de comienzos del cristianismo, Calvino escribió, con protestante desprecio, que había suficientes fragmentos de la “vera cruz” circulando por Europa como para completar el cargamento de un barco”.


Lo que parece cierto es que el Lignum crucis actual de Caravaca no es el original que fue robado sacrílegamente en 1934. El de ahora es otro que en 1945 el Papa Pio XII concedió a Caravaca (no sé si el cargamento del barco de Calvino está ahora almacenado en el Vaticano para atender a las necesarias reposiciones).


Quisiera terminar con un elogio a los apóstoles redactores del Credo que contiene toda la Fe católica, particularmente en lo relativo a sus primeras palabras: “Creo en Dios … “


Mi querido P. Astete, en su Catecismo, pregunta: “¿Quien dijo el Credo?” Y responde: “Los Apóstoles”. En la página siguiente vuelve a preguntar: “¿Quién es Dios nuestro Señor? Y responde con cuatro renglones llenos de elogios que expresan todas las buenas cualidades que a un hombre puedan ocurrírsele, pero sustanciadas en grado sumo, para construir la Divinidad.


A mí, que tiendo simplificar, me gusta decir, sencillamente, que Dios es el genitivo, el creador.

Efectivamente, la palabra Dios no es otra cosa que el genitivo griego del sustantivo irregular de doble tema, Θευς, Διος (primer tema Θευ; segundo tema Δι). Quien quiera más detalles, que se asome a la naturaleza donde encontrará todos los que necesite.