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Pero es que, hablando de golfos, todos sabemos que el comportamiento del gobierno americano y de la BP en el reciente vertido en el golfo de México ha sido bien distinto del de las compañías petroleras que operan en el delta del Níger, y de la conducta seguida por el gobierno nigeriano. Y es que, ya se sabe, los golfos del mundo (incluidos los africanos, claro), unidos jamás serán vencidos.

El silencio que dedica nuestro autor a Biafra no es por desconocimiento del lugar. En el capítulo ALLÁ VA EL SEÑOR CABALGANDO SOBRE UNA NUBE LIGERA (pág. 303) nos dice:

Nos encontrábamos en Port Harcourt, ciudad situada en el tórrido y húmedo delta del Níger. El templo en que yo acababa de entrar pertenecía a una comunidad que se llamaba Iglesia de la Fe Apostólica. Se trataba de una de esas sectas cristianas que a centenares actúan en Nigeria del Sur (léase antigua Biafra; este paréntesis es mío).

Como se ve, todo casa: Inversión petrolera americana, dinero fresco para una población en prosperidad incipiente, y sectas cristianas americanas en cantidad, dispuestas a hacer caja.

Y otra guerra, también silenciada en el libro: la de Katanga. Voy a hacer memoria de algunos nombres que me sonaron en su día. En 1955 el ex Congo Belga es independiente y tiene como presidente a Kasa-Bubu, primer ministro a Lumumba (procomunista) y a Mobutu al frente del ejército. En 1960 el líder Tshombe (cristiano, anticomunista y pro-occidental) proclama la independencia de la provincia congoleña de Katanga, rica en minerales de todo tipo (cobre, oro y uranio, fundamentalmente). Naturalmente, Tshombe se llevaba divinamente con las compañías mineras explotadoras.

En 1965 Mobutu tomó el poder con la anuencia de los países occidentales, y se convirtió en el dictador más temible del lugar (ya hace que había asesinado a su enemigo Lumumba). Pero como eran los tiempos de la guerra fría, todo se daba por bien empleado. La sombra de Lumumba mártir se proyectaba desde la Universidad Patricio Lumumba creada en 1960 para estudiantes africanos en Moscú. El Che Guevara también era visitante a la sazón en el Congo. Mobutu hizo exiliar a Tshombe varias veces (una de ellas, a España)

Todo esto es la brocha gorda de la historia; ahora ustedes pueden añadir todos los detalles que quieran relacionados con lo tribal, tan arraigado en cualquier lugar de África, y con los encontronazos entre Francia, los EE.UU, Bélgica y las Naciones Unidas.

Lo de la Universidad Lumumba en Moscú era como el software de la participación soviética en la guerra fría. Pero veamos su hardware tal como nos lo describe nuestro autor en el capítulo ESTAMPAS ERITREAS (pág. 321).

Eritrea, en su pasado, nunca había sido independiente: fue colonia de Turquía, luego de Egipto, y en el siglo XX, sucesivamente, de Italia, Inglaterra y Etiopía. En 1962, esta última, que ya llevaba diez años ocupando Eritrea por las armas, la declaró provincia suya, a lo que los eritreos respondieron con una guerra, la guerra antietíope de independencia, la más larga de la historia del continente, pues se prolongó durante 30 años. Mientras reinaba en Etiopía el emperador Haile Selassie, los americanos le ayudaban a combatir a los eritreos, y desde el momento en que Mengistu depuso al emperador y él mismo tomó el poder, los relevaron los rusos. Las reliquias de esta historia se pueden ver en el gran parque de Asmara (Eritrea) que alberga el museo de la guerra.

Pero este museo es sólo una minucia; lo que hay que ver es Debre Zeit, a 100 Kms. de Addis-Abeba, la capital de Etiopía, según recomendaron a nuestro autor. Que sigue …

El panorama que se despliega en este lugar es único en el mundo. Ante nosotros, hasta donde alcanza la vista, hasta el mismo horizonte, lejano y algo nebuloso, se extiende una inmensa llanura sin árboles. Toda ella aparece cubierta por maquinaria de guerra. A lo largo de kilómetros se ven cañones de diverso calibre, infinitas avenidas de tanques grandes y medianos, parcelas en las que se amontonan bosques de morteros y piezas de artillería antiaérea, cientos de carros blindados, tanquetas, emisoras de radio portátiles y anfibios. Al otro lado de la colina se extienden inmensos hangares y almacenes, hangares que ocultan fuselajes de unos Mig sin acabar de montar, y almacenes llenos de cajas de municiones y minas. Cientos de miles de ametralladoras, obuses, piezas de artillería de montaña y helicópteros de combate. Todo esto regalo de Brezhnev a Mengistu, fue llegando a Etiopía desde la Unión Soviética. Con semejante arsenal se podría conquistar África entera …

Si Plutarco hubiera leído este libro, seguramente habría escrito las vidas paralelas de blancos y negros. Los poderosos siempre se aprovechan de los débiles a su alcance, indistintamente del color de la piel.

Copio de Wikipedia: Monrovia es una ciudad de la costa atlántica de África, capital de la República de Liberia. Se llama así en honor al Presidente de los Estados Unidos James Monroe, que gobernaba en el momento en que los esclavos negros fueron liberados en la costa africana para que esclavizaran a la población indígena y copiaran el modelo de sociedad del sur de Estados Unidos en la época.

Pág. 251: En 1821 atracó [en el lugar que hoy ocupa Monrovia], un barco procedente de Norteamérica  que traía a bordo a un tal Robert Stockton, un agente de la American Colonisation Society. Stockton, encañonando con su pistola una sien del rey Peter el jefe de la tribu, lo obligó a venderle –a cambio de seis mosquetones y una caja de abalorios- la tierra que la mencionada compañía americana se disponía a poblar con aquellos esclavos de las plantaciones de algodón (principalmente de los estados de Virginia, Georgia y Maryland; los llamados americo-liberianos). La compañía de Stockton tenía un carácter liberal y caritativo. Sus activistas creían que la mejor indemnización por las sevicias de la esclavitud consistía en enviar a los antiguos esclavos a la tierra de donde procedían sus antepasados: a África.

¡Caray con la pistola caritativa del Sr. Stockton, y las consecuencias que cabía esperar!

Pág. 252: Por experiencia propia, aquellos americo-liberianos no conocían sino un único tipo de sociedad: el de la esclavitud en que habían vivido en los estados del Sur norteamericano. De manera que tras desembarcar, su primer paso en la tierra consistiría en copiar la sociedad conocida, solo que ahora ellos, los esclavos de ayer, serían los amos y convertirían en esclavos a los miembros de las comunidades del lugar, sobre los que, una vez conquistados, extenderían su dominio.


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