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QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Adjetivación y datos para otro retrato a lo Guayasanín:


Mosén Soler era un vejete blanco-rosado, con el cabello fino de color paja, pequeñito, bien conservado, pulido, de una calidad de celuloide, redondete como un conejito. Sus ojos vivos, con un toque amoratado, desprovistos de fuerza inquisitorial, admirablemente conformes con la matización de su frase y de su adorable gesticulación, muy ponderada, lo hacían simpatiquísimo. Era de un trato dulce, azucarado, acuciante. Era “cariñoso”. Este es el hecho irreparable.

Ante lo que esta “palabra” significa, he sentido siempre una especie de insoportable molestia … Cuando Mosén Soler salía de paseo iba precedido por el perro de la rectoría -un animal pequeño, gordo, paticorto, de pelo blanco, con una mancha negra sobre el ojo, rabón, de respiración fatigosa y difícil-. Cuando mi hermano y yo descubríamos aquel perro, nos invadía una especie de angustia, doblábamos la primera esquina, echábamos a correr, huíamos …


18 …Cuando nos trasladamos a la casa nueva … mi padre recibió la visita de los amigos … Al despedirse el Dr. Pons dio con el codo un golpecito al brazo de mi padre y le dijo con una voz enronquecida por la risa: La casa, Tonet, es una buena casa. Una de las mejores de la villa. Te felicito. ¡Has hecho una buena boda!


… A los 7 años todo es misterio … Durante mucho tiempo traté de averiguar el sentido de lo de la buena boda. Lo entendí mucho más tarde y encontrándome ya en medio de las dificultades de la vida …


19 Los domingos por la mañana íbamos al oficio muy endomingados … por la tarde, mi madre y mi tía Lluïsa, hermana de mi padre, nos llevaban al rosario … Cuando la tía nos hablaba de las cosas de la religión, en el plano de su pietismo familiar, casero, siempre nos decía:

-Nuestro Señor, pobrecito …


Se refería, claro, a nuestro Señor Jesucristo, porque llamar pobrecito al Padre Eterno, que en el altar mayor está representado en la parte más alta … con una gran barba blanca, pero muy bien conservado … y un aspecto de salud de hierro, hubiera sido impropio y tal vez inexacto.


20 [Otro retrato] Macies era un viejo pequeño y escuchimizado, de mejillas chupadas, muy devastado de dientes que fumaba una pipa con una boquilla de caña. Fino como una comadreja, la vocecita muy delgada, era muy irónico y explicaba historias muy enrevesadas y generalmente equívocas.


21 Hace 4 ó 5 años que leo el Glosario de Xénius (Eugenio D´Ors) … Lo encuentro muy afectado y a veces un poco demasiado violinista. Tengo una tendencia invencible a desconfiar de los que son demasiado artistas.

La lectura de las novelas de Baroja -que he devorado abundantemente estos últimos días- me ha arrasado los pocos gérmenes de acción que tenía.


27 El hombre que me fastidia más es el que habla escuchándose.


41 Después de darle vueltas, resulta que las mujeres, naturalmente, me interesan, pero no recuerdo haber hecho nunca ningún esfuerzo por tener una de verdad.


Quisiera estar en todas partes, y no me muevo nunca de casa. Lo querría acaparar todo y en realidad todo me es indiferente. Querría tener dinero y a la primera dificultad me echo atrás. Querría, querría … ¿Querría qué?

Con este temperamento, ¿qué podré hacer en la vida? ¿Haré algo más que charlar, pasar, vagar, deliberar, huir?


43 Como muchas personas de mi tiempo, de familia católica y de casa más o menos buena, he jugado, de pequeño, a decir misa y a hacer de cura … Un pequeño compañero, que venía a jugar con nosotros, mostraba una cierta maña cortando casullas con las amplias hojas de Las noticias.


46 A ninguno de mis antepasados se le ocurrió ser un héroe o un gran hombre. Y no tendría nada de extraño que yo padeciese esta falta de empuje de mis abuelos.


50 Ser rico e independiente es, en todo caso, muy difícil … Pero en fin, es concebible. Lo que es literalmente inconcebible es ser pobre e independiente.


51 … mi amigo Trica, de Llançà ha sido uno de los precursores ampurdaneses más activos del comunismo. Pero resulta que ahora ya no lo es.

Trica pasó toda su juventud proclamando a todo el mundo que quería oírle:

-Se tienen que hacer partes iguales, partes iguales …

Casualmente su mujer heredó una casita, un trozo de viña y un huertecito. Y los del pueblo, claro, le dijeron:

-Trica, se tienen que hacer partes iguales, partes iguales …

Y así, el pobre Trica se habrá pasado la segunda parte de su vida teniendo que decir, indignado y efervescente, cada dos por tres:

-¡Y una puñeta, partes iguales, y una puñeta …!


52 No me canso de leer los Ensayos de Montaigne.

Quien los haya leído y conozca la biografía que del autor francés escribió Stefan Zueig verá que nuestro autor y Montaigne se llevan muy bien,

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