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QUIÉN hay detrás

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Y ahora, mis recuerdos.

Otra gracia más de Llafranc eran nuestras chicas, las que conocíamos de Olot y veraneaban allí.

“El faro de Calella”, que visitamos y nos admiró con su solera de mercurio sobre la que giraba su luminaria, era además, por entonces, una muy conocida marca de calcetines. Tan conocida, que hoy, sesenta y tantos años después, su producción cesante es objeto de coleccionistas.


Seguidamente hablaré de botánica.

A los del SUT (Servicio Universitario del Trabajo) nos facilitaron alojamiento en un campamento dentro de un pinar, allí mismo, junto a la playa de Calella.


J. Pla se habría sentido muy a gusto viéndonos rodeados de pinos 35 años después de escribir lo que escribió. Si desde nuestras tiendas levantábamos la vista a lo alto de la Punta de los Forcats nos veíamos transportados al misterioso “Jardín del Ruso”. En el lugar se hablaba mucho de él, pero nadie lo había visto, ni sabía cómo era, ni dónde estaba exactamente.


Yo esperaba que J. Pla, tan amante de la botánica nos desvelara el secreto en su libro, pero no lo ha hecho. En vista de ello me he puesto a investigar y lo primero visto es que nuestro autor no pudo hablar de dicho jardín el 1919, simplemente porque no existía. Fue en 1927 cuando el coronel ruso Nicolai Woevodsky se instaló allí con su amante, la aristócrata inglesa Dorothy Webster, después de haber elegido el sitio como el más adecuado para implantar una especie de jardín botánico mediterráneo que diera asiento a la ilusión compartida de la pareja: esa particular botánica convertida en un jardín pleno de belleza y arte.


En 1969 la pareja donó su propiedad (desde la orilla del mar, un extenso bosque que se adentra hacia el interior -castillo incluido-) a una fundación a condición de que se garantizara la conservación del patrimonio paisajístico y arquitectónico. Lo que nos muestra Google Earth desde el satélite es que la mayor parte de la superficie está hoy convertida en una urbanización que será, probablemente, la que ha de proporcionar recursos a la fundación para cumplir sus fines comprometidos.


Seguiré picoteando en el libro a ver si consigo datos suficientes a fin de  pasárselos al pintor Guayasanín para que haga el retrato magistral de nuestro autor. No quiero olvidar que el protagonista del Cuaderno gris es, precisamente, J. Pla.


11 Mis antepasados fueron payeses muy pobres, que vivieron, sobre todo, del cultivo de la viña …


12 … En la familia hubo, durante muchos años, una viva admiración por el señor Esteve Casadevall a causa de la fortuna que trajo de Cuba … se acercó poco a poco a la Iglesia. Un año, el P. Goberna, célebre jesuita de Barcelona, predicó en Palafrugrll una misión muy dramática. Se produjeron conversiones contundentes y espectaculares. El Sr. Casadevall fue tocado por el impacto. Se volvió un católico encarnizado, activo, completo. La misión no estaba aún rematada y ya había ido él a la notaría y dictado un testamento dejando diez mil duros de oro (las dos terceras partes de su fortuna líquida) a la curia de Gerona.


Ciudad levítica, como ya quedó apuntado antes. Lo más asombroso: ¡Y al Sr. Casadevall no le pasó lo que a Ananías! (Hechos de los Apóstoles 5 1-11).


13 Tuve fama, pocos momentos después de haber nacido, de criatura bien constituida …

Me hace gracia pensar que no tuve que hacer más que nacer y salir de paseo por las calles para provocar ideas elevadas y movimientos de calidad en los habitantes de mi villa natal. De mayor, no he llegado nunca a producir unos resultados tan convincentes y admirables.


14 … Tengo que confesar que, si hubiera podido escoger, me habría dirigido a las mismas personas que me pusieron en el mundo y me cuidaron.


15 … Recuerdos: el olor a corcho quemado, un poco acre, que siempre flotaba en el aire de Palafrugell. [la industria corcho-taponera es típica del lugar; he conocido catalanes que han ampliado su actividad a los alcornocales de la Sierra de Cádiz].


La sensación de angustia que me produjo soñar que pasaba por el borde de la cornisa del campanario. El vértigo siempre me ha resultado insoportable. Soy un animal de tierras llanas, o como mucho, ligeramente onduladas; un animal horizontal.


… Al colegio fui desde muy pequeño: a los tres años … El colegio (de los hermanos Maristas) era muy bueno. El hermano Blas fue para mí un maestro inolvidable. Me enseñó sólida y rápidamente, algunas cosas básicas.


16 Mi primer recuerdo de lectura: la información de la bomba de Morral cuando los reyes se casaban.

… Un descubrimiento considerable: en casa se comía bastante bien.


17 De pequeño fui muy tímido. Todavía lo soy, y las innumerables faltas que he cometido en sociedad obedecen a mi manera de ser, pasablemente complicada pero muy incompleta.