CINE POETICO


Como partícipe fundador de la "Tertulia poética del Buen Retiro", luego convertida al nombre de "Arco poético", de vez en cuando me toca alguna intervención. En esta ocasión, el tema al que me había comprometido era Poesía y cine.


Después de escrita la conferencia, se me ocurrió ilustrarla con mi último audiovisual titulado Papiroflexia abstracta. Pronto me dí cuenta de que el conjunto conferencia / proyección resultaba de duración excesiva. Además, comprobé que el salón de actos de la biblioteca donde iba a tener lugar la sesión no reunía las condiciones necesarias para una proyección digital (imagen y sonido) desde un portátil.


Así las cosas, la cuestión se resolvió de esta manera: Leería mi conferencia POESÍA Y CINE y, al margen, redacté una especie de preámbulo a la proyección, que me reservaba para mejor ocasión. Esta ocasión acababa de llegar.


Así pues, amable visitante, vas a tenar oportunidad de conocer el contenido de aquel preámbulo seguido de una adaptación del audiovisual Papiroflexia abstracta, en forma de presentación para la Web. De paso debo apuntar que algunas de las imágenes que se verán son de mi propio diseño mientras que otras tienen el sello de los grandes maestros de la Papiroflexia. Mías son, asimismo, las construcciones y las fotografías.


En esta adaptación se han perdido, irremediablemente, varias cosas: la música, que por ser nada menos que la sonata a Kreutzer de Beethoven, importa mucho; mi voz, que importa bastante menos, y algunas imágenes. Todo ello a fin de aligerar el peso de la página.


La presentación que se verá es como la poética de muchas cosas juntas: La papiroflexia, la geometría, la belleza, la propia poesía, la arquitectura, la escultura, la abstracción, la música, lo surrealista, la imagen, la relación entre dos personajes muy particulares, etc.


Estos dos personajes manejan con frecuencia metáforas visuales pretendiendo la complicidad del espectador. Son una pareja a la manera de D. Quijote y Sancho que a través del debate que se traen entre ellos interesa a los espectadores en las cuestiones debatidas.


La relación entre poesía y cine no consiste en que Rafael Alberti dedicara sendos poemas surrealistas a los humoristas consagrados del cine de su tiempo, Chaplin, Buster Keaton y Harold Lloyd.


Para mí, cine poético es el que expresa lo inefable, incluyendo en ello hasta la belleza de las formas abstractas. El lenguaje cinematográfico es mucho más que palabras. Éste es el meollo de la poética del cine.


Cine son imágenes en movimiento aunque éste pueda ser tan elemental como pasar de una imagen fija a otra también fija.


La poesía en el cine ha de empezar por el guión, y hay muchas formas de articular éste para lograr aquélla.


A mí me gusta el guión basado en dos personajes complementarios o antagónicos, según se prefiera explicarlos.


Pienso en Charlot que es los dos personajes en uno: el que hace pasar del llanto a la risa al conjuro de un gesto sutil o una pirueta de bailarín habilidoso.


O en las inéditas Variaciones sobre un tema de Cervantes de Orson Welles, donde D. Quijote, sentado en la butaca de un cine, y a la vista de un película que proyecta violencia (superposición de escenarios), la emprende a lanzazos contra la pantalla ante el estupor de los espectadores y del propio Sancho que le hace las advertencias de rigor. Es un poco la dialéctica del tonto y el listo entre los payasos del circo.


Lo abstracto se presta mucho a lo poético, igual que lo surrealista. Ya tenemos el antecedente del poeta-cineasta que fue Luis Buñuel: se puede presentar un quinteto musical con instrumentos tales como un violín, una hoja de papel o la sombra.


La metáfora visual es el gran hallazgo del cine poético: una figura geométrica puede estar suplantando en nuestra fantasía a la cabeza de un cervatillo o a un gato.


El cine-poesía requiere la colaboración del espectador; éste debe completar a su manera y con su imaginación lo que se dice o se ve en la pantalla (o lo que las elipsis omiten). Es lo que pasa con la poesía convencional.


En el cine, el espectador puede llegar a implicarse en la trama tanto como los personajes de la pantalla, aportando soluciones, continuidades o alternativas a los planteamientos explícitos o sucesivos.


El cine metafórico (poético, a fin de cuentas), a la manera de Pipermint frappé de Carlos Saura o Un cuchillo en el agua de Roman Polansky nos permite trascender a planteamientos sociales o íntimos desde la peripecia de personajes concretos.


                                                                                                                                      SIGUIENTE


PAG. 1 / 2




QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

INICIO


    Pgs.  1    2