EL LENGUAJE
En esta ocasión, y para no hacer largo el relato, nos vamos a limitar a traer citas que se irán completando con el comentario correspondiente, especialmente por lo que se refiere a su empleo en nuestros días.
“La vida del buscavida por otro nombre Don Pablos” es el título original de la obra. Vemos que buscavida es sinónimo de vividor, palabra que a su vez tiene dos significados antagónicos: el que se arregla para vivir buscando con ingenio trabajos honrados y el que sin trabajar vive a costa de los demás. La primera acepción es aún hoy muy típica en los pueblos de Aragón, mientras que la segunda es la que cuadra precisamente al Buscón.
… y que vio meter mastines pesados y a tres horas salir galgos corredores.
Obsérvese que es exactamente el mismo estereotipo que El Quijote aplica al galgo.
… porque no se nos desparramaran los huesos.
El término desparramar se emplea con mucha gracia en Andalucía para dar a entender que algo está extendido descomunalmente: De uno que tiene la boca grande se puede decir que la tiene desparramada hasta las orejas.
… salimos a la tardecita antes de anochecer una hora.
Este tipo de diminutivo es muy frecuente en Andalucía; en la de las Marismas se oye decir salir con la fresquita para referirse a la caída de la tarde en tiempo caluroso.
– por haberme tirado las frazadas abajo –
En España no se emplea este sustantivo pero sí en Argentina con el significado de manta e incluso cubrecama.
Hoy, los jóvenes dicen exactamente con el mismo sentido, que te puedes morir, para dar a entender una dilación desmesurada en un cierto acontecimiento. Se trata, en definitiva, de ofrecer una medida de eternidad. Quevedo repite la fórmula con frecuencia.
… echó de ver la burla, y empezó a santiguarse, que no pensó acabar.
… y solemos traer la trasera tan pacífica de cuchilladas, que se queda en las puras bayetas.
Quevedo emplea muy pródigamente el adjetivo puros / puras con la misma intención que hoy es usado en Mexico: reducción a sola la cosa, lo esquemático, la quintaesencia de algo.
… y él, my haciéndose de pencas, con una en la mano, tocando un pasacalles públicas en las costillas de cinco laudes, sino que llevaban sogas por cuerdas.
En la región de Guadix y Baza se emplea hoy la misma construcción apoyada en el giro sino que.
… ¡Miren el todo trapos como muñeca de niños, más triste que pastelería en Cuaresma, con más agujeros que una flauta y más remiendos que una pía, y más manchas que un jaspe, y más puntos que un libro de música!.
Esta riqueza en las comparaciones espontáneas es lo que da la gracia inigualable a los andaluces de hoy y de siempre. Es de notar también aquí el adjetivo pía: El protagonista de la obra de Tolstoi, Historia de un caballo, es un caballo pío (con la piel manchada de diversos colores, como remiendos).
… y a la media noche no hacían sino venir presos y soltar presos.