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POESÍA


En 2016 la Academia Sueca otorgó el Premio Nobel de Literatura al cantautor norteamericano Bob Dylan. No sé si por toda su obra o sólo por su canción Blowin' in the Wind. Parece ser que  "por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción". Me quedo con esa canción y no discutiré el merecimiento del premio.


En 2007 ya había recibido el Premio Príncipe de Asturias de las Artes concedido a un "mito viviente en la historia de la música popular y faro de una generación que tuvo el sueño de cambiar el mundo", y que "conjuga la canción y la poesía en una obra que crea escuela y determina la educación sentimental de muchos millones de personas".

Blowin' in the Wind


How many roads must a man walk down

Before you call him a man?

How many seas must a white dove sail

Before she sleeps in the sand?

Yes, and how many times must the cannon balls fly

Before they're forever banned?


The answer, my friend, is blowin' in the wind.

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento

.……


Soneto

(por encargo, otra vez, de doña Violante)


Un soneto me manda hacer Violante,

no comprendo por qué quiere un soneto

si no es para ponerme en un aprieto

esta señora tan extravagante.


De mí, que sólo soy un dibujante,

espera, entre un terceto y un cuarteto,

ponerme a prueba, por si así cometo

una pifia sonora e importante.


Pretende hacer patente mi ignorancia

y ridiculizar a un académico,

que es cosa a la que no hay derecho.


Quiero por eso que tengáis constancia

de ser yo sólo un dibujante cómico

por si sale el soneto contrahecho.


Como es sabido, este Premio Nobel ha levantado mucha controversia. La verdad es que yo encuentro más adecuado para Bob Dylan el premio de Las Artes del Príncipe de Asturias, que el de Literatura del Nobel. Esa controversia me recuerda algo semejante a lo que nos pasó aquí cuando en el año 1987 la Real Academia Española de la Lengua admitió en su seno, por cooptación de sus miembros, como es preceptivo, al humorista Antonio Mingote (sillón r). Ello sucedió por superioridad de votos frente a los del laureado poeta Caballero Bonald, después Premio Cervantes, y a la sazón dedicado en la Docta Casa al trabajo de lexicografía (por consiguiente, bien conocido de los Académicos).


En el caso Mingote no hubo polémica, pero sí sorpresa. A la gente le gusta más ver imágenes que leer, así que Mingote era conocido por sus chistes mucho más que por sus escritos. No escribió muchísimo, pero escribió bastante y, sobre todo, muy bien. Su Historia de la gente es una joya y cuando se ha puesto a hacer poesía es genial. Voy a copiar uno de sus sonetos en el que pone de manifiesto el fondo de la polémica a que han sido sometidos tanto él como Bob Dylan: