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EL COMBATE DEL SIGLO

[Lo inicia FDP fingiendo la presentación radiofónica del combate de boxeo entre David y Goliat. Ganó el primero y su victoria …]

… fue considerada maravillosa por el pueblo de Israel que, después de perseguir a los desmoralizados filisteos, convirtieron a David en su héroe favorito. Llovieron sobre él los honores de rey que, lógicamente, le debía el trono amenazado por los enemigos pero que, lógicamente también, empezó a ver con malos ojos la preponderancia que adquiría el hasta entonces humilde pastor.

Saúl mató sus mil / pero David sus diez mil … cantaba el pueblo. Esta comparación no gustaba nada al monarca, obligado por las circunstancias a tener que honrar al héroe y sintiéndose cada vez más celoso de su nombradía.

… Saúl no podía deshacerse de David sin granjearse la enemistad de su pueblo. Hizo varias tentativas … contra su vida pero siempre se le escapaba … porque el hijo de Saúl, Jonatán, avisaba a David de las asechanzas de su padre. Porque –dice el Libro- Jonatán “le amaba como a su alma”, cosa que el rey su padre le reprochó más de una vez, con cierta lógica ya que Jonatán al ser amante y cómplice de David, pecaba contra la naturaleza en sus dos vertientes, el respeto filial y la sexualidad normal.

Del exégeta: “Entonces se encendió en cólera Saúl contra Jonatán y le increpó: ¡Hijo perverso y contumaz! ¿No sé yo bien que tú prefieres al hijo de Isai (a David), para vergüenza tuya y vergüenza de la desnudez de tu madre? …

[pasó el tiempo y tanto Saúl como sus hijos, Jonatán incluido, murieron a manos de los filisteos. Cuando se enteró David …] compuso una elegía en la que, … cuando habla de Jonatán se extasía …

¡Angustiado estoy por ti, oh Jonatán hermano mío; / y tu amor era para mí dulcísimo / más que el amor de las mujeres.

Veamos lo que tiene que decir de esta relación, el hermeneuta (este último verso y la exégesis parecen mostrar que ambos eran bisexuales): “El corazón noble y generoso del joven Jonatán se alegra de haber hallado otro como él y se liga en estrecha amistad con el héroe del día (David) … Jonatán era leal a su amigo … La nobleza de sentimientos de David, tantas veces mostrada en su proceder para con Saúl, se manifiesta en este canto elegíaco, en que David se lamenta no sólo de la muerte de Jonatán, su entrañable amigo, sino de la de Saúl, su encarnizado perseguidor”.

[Ya se vio cómo a la sodomía de Sodoma y Gomorra, Dios la castigó con el fuego exterminador, pero a David, ni tocarlo: en cambio, le dio poder sobre sus enemigos. Queda claro que Israel era el pueblo escogido por Dios].


DAVID, EL REY DEL ARPA

Tenía treinta años cuando fue elegido monarca de Israel. Uno de sus primeros actos de gobierno fue transportar el Arca sagrada en procesión: “David y toda la casa de Israel iban danzando delante de Jehová con todas sus fuerzas, con arpas, salterios, adufes, flautas y címbalos”.

El hermeneuta: “Este detalle del culto de Yavé no tiene nada de extraño para nosotros que vemos esto mismo en el culto cristiano en ciudades y pueblos de España. [Vamos, lo de los “armados” sevillanos de FDP. El sencillo pueblo español de ahora y el religioso pueblo judío de entonces unidos por el fascinante folklore litúrgico; y Jehová allí mismo, entre todos, que si no bailaba también, se le deberían ir los pies. Pero David no sólo ejercía de litúrgico; también ejercía de poderoso].

Que me la traigan (a la mujer del militar Urías, Betsabé); “vino ella a su casa y él durmió con ella”… (y dio esta orden): “Poned a Urías en el punto donde más dura sea la lucha y cuando arrecie el combate retiraos y dejadle solo para que caiga muerto”.

Y cayó muerto. David se lleva a la viuda a casa y tiene con ella dos hijos; el segundo será el gran Salomón.

Dice el hemeneuta: “El autor sagrado intercala este episodio de la vida privada de David, en el que se pone de manifiesto la flaqueza de David y su abuso del poder, la nobleza y lealtad de Urías, no obstante su origen extraño; la autoridad del profeta Natán, que tan hermosamente [mediante una parábola] supo arrancar al rey su propia condenación, y, finalmente, el espíritu profundamente religioso de David”.

[Parece que ese espíritu se sustancia en lo que añade el hermeneuta: David dijo a Natán: “He pecado contra Yavé”. Y Natán dijo a David: “Dios te ha perdonado tu pecado. No morirás; mas por haber hecho con esto que menospreciaran a Yavé sus enemigos, el hijo que te ha nacido, morirá”. Y murió el primer hijo que tuvo con Betsabé.

Se ve que de tanto como andaba Dios con los hombres por aquellos tiempos, llegó a contagiarse de las  flaquezas de estos y se hizo muy vengativo. Lo cual no le impidió conservar a David con su buena estrella a fin de que pudiera encabezar la estirpe de Jesucristo].


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